Comentario: Spain is different. Siempre nos hemos deshecho en elogios hacia este ciclo Directo Jazz donde se dan a conocer valores de nuestro jazz nacional, facilitando el acceso a su música gracias al hecho de no cobrar entrada. Buena labor del Ayuntamiento de Madrid (cuando lo hacen bien hay que decirlo) en pro de la promoción del buen jazz. Guarda cierta lógica el hecho de que estos conciertos no cuenten con una promoción excesiva, ahora bien, lo intolerable es que esa promoción sea errónea. Y es que, aún a estas alturas, muchas horas después de que el evento se produjera, en la página web del consistorio sigue anunciándolo a las siete y media de la tarde, cuando realmente la hora de comienzo fue adelantada en treinta minutos. Menos mal que a un servidor le gusta llegar a los sitios con tiempo, y menos mal que se me ocurrió hacer una llamada poco antes de que el concierto empezara. Sólo me perdí el primer tema. Comentaremos el resto.
El BAC Trio es un excelente ejemplo de que no siempre es cierta esa máxima que reza: “aunar buenos músicos no implica tener un buen grupo”. En este caso la banda está por encima de la suma de sus partes, y eso que las partes quitan el hipo por sí solas. BAC (Baldo, Alejandro, Carlos) es una inusual formación de saxos, contrabajo y batería, sin instrumento armónico (piano o guitarra), arriesgado line-up que implica una inteligente administración del espacio y definición de las armonías subyacentes. Los tres miembros del grupo no sólo bordaron su labor individual, sino que tocaron en grupo, para el grupo, escuchándose, interaccionando y ayudándose en todo momento. Alternando versiones poco usuales, modernas composiciones de Baldo y otras más románticas de Alejandro Pérez, el trío se movió con gran soltura, sustentado en todo momento por el estilo fino y experto de un Sir Charles que ganó protagonismo a medida la tarde avanzaba, alejado de cualquier concesión pirotécnica, utilizando únicamente los elementos estrictamente necesarios de su kit de batería, alternando baquetas y escobillas con un gusto digno de mención. Pérez se mostró incisivo y juguetón, atacando las melodías de forma lírica, y cambiando de Doctor Yekyll a Mr. Hyde en los solos, donde técnica y rapidez no fueron sino medios a disposición de la inteligencia y la musicalidad. Fue especialmente interesante ver cómo acoplaba su fraseo a las evoluciones de la sección rítmica. Pero si alguno de los tres músicos destacó especialmente, ese fue Baldo Martínez. El contrabajista gallego aunó en todo momento swing y clasicismo, afinación y riesgo. La soltura e intención con que abordaba los temas (especialmente las inusuales métricas de sus propias composiciones), ya fuera con arco, en pizzicato o incluso percusivamente, demostraban que Baldo es de largo uno de los mejores músicos de este país, por mucho que no llegue a tener todo el reconocimiento que merece. Esa sabiduría, esas vertientes tan bien explotadas de intérprete y compositor, esa conjunción de raíces y atrevimiento convierten a Baldo en nuestro Dave Holland particular. No era de extrañar, pues, que el último tema del concierto fuera del mismísimo Holland: un Four Winds donde el grupo abordó sin tapujos la improvisación libre. Quizás no fuera el tema más apropiado para cerrar una actuación ante un típico público de centro cultural, mayor y poco entendido (muy respetuoso, también hay que decirlo), pero hasta en eso el BAC Trío demuestra su descaro y despreocupación.
El primer disco del grupo, Ya!, es un excelente trabajo que deja ver muchas de las cualidades de la banda. En todo caso es casi obligado asistir a las representaciones en directo del trío. Y esperemos que la próxima vez se respete el horario.
Arturo Mora Rioja