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RICHARD BONA
Viajazz 2004
- Fecha: 10 de Julio de 2004.
- Lugar: Campo de Fútbol Municipal, Villalba (Madrid)
- Hora: 22:30 horas
- Asistencia: Lleno
- Componentes:
Richard
Bona (bajo eléctrico, voz)
Aaron Heick (saxos tenor y soprano)
Etienne Stadwijk (teclados)
Stephane Vera (batería)
Samuel Torres (percusión)
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Comentario:
El hecho de que los
festivales llamados de jazz tengan casi obligatoriamente que
aderezar su cartel con artistas englobados en estilos más
comerciales empieza a ser bastante cargante. Incluso en los
mundialmente conocidos festivales de Vitoria y San Sebastián
llevamos años teniendo que aguantar la presencia en el cartel
de los Van Morrison, Bill Wyman, Paco de Lucía, Compay
Segundo, Buddy Guy o Steve Winwood (excelentes artistas todos
ellos, pero fuera de contexto en un festival de jazz). Viajazz
no ha querido ser menos, dedicando su fin de fiesta al funk de
Isaac Hayes y de Shakatak. Entre medias, una propuesta más
cercana al jazz, si bien no al cien por cien: Richard Bona.
El camerunés lleva años reinventando el bajo eléctrico y
demostrando que Pastorius tiene un digno sucesor.
Instrumentista de elevado contenido melódico, domina la
pirotecnia como nadie, pero la aplica con cuentagotas. Hasta
tal punto que las actuaciones en directo con su propia banda
han sido siempre criticadas por el exceso de repertorio
propio, temas vocales donde se mezcla la tradición africana,
el soul, la fusión y algo de música latina. En esta ocasión
Bona reincidió en el menú que lleva ofreciéndonos en los
últimos tiempos, si bien la actuación serrana incluyó un
componente jazzístico bastante más intenso que en anteriores
actuaciones.
Así pues, el grupo comenzó sin contemplaciones, atacando el
Liberty City de Jaco Pastorius que suelen dejar para finalizar
los conciertos, con solos largos y espaciados, y añadiendo
fragmentos del Birdland y el Black Market de Weather Report,
en lo que se tornó como un gran homenaje al genial Jaco.
Tiempo para los temas marchosos y poperos de Munia: the Tale y
Reverence, últimas creaciones discográficas del camerunés,
en contra de lo habitual con mucha improvisación. El
saxofonista estadounidense Aaron Heick y el teclista de
Surinam Etienne Stadwijk hicieron valer los años de rodaje
que llevan en el grupo, con solos muy bien construidos que
recibieron bastantes aplausos. La batería del francés
Stéphane Vera (que utilizó claqueta en algún que otro tema)
y la percusión del colombiano Samuel Torres formaron una base
rítmica sobria y estable. Respecto a Richard, los retazos de
técnica que aportó fueron sencillamente maravillosos. Bona
no sólo se ha erigido en el nuevo mesías del bajo
eléctrico, sino que sigue creciendo día a día. En Villalba
pudimos ver que su técnica de slap está perfectamente
integrada en el repertorio, que ha incorporado el rasgueo de
cuerdas y el slap de índice y anular como recursos
habituales, y que ahora utiliza un pedal que traduce el golpeo
de sus cinco cuerdas en sonidos de teclado, añadiendo un
componente aún más melódico a su discurso. La voz delicada
y aterciopelada del ya ex-miembro del Pat Metheny Group
continuaba desgranando su repertorio más comercial, mientras
el público se dividía entre los que disfrutaban con el ritmo
de los temas, los que querían ver más bajo eléctrico y los
que, sencillamente, esperaban pacientemente el final de la
actuación.
El final del concierto, abrupto cuando menos. La presencia de
tres grupos en la misma noche provocó un milimetrado
cumplimiento de horarios que impidió ese bis tan solicitado
por la mayoría de asistentes. Bona y sus chicos tuvieron que
irse prácticamente corriendo. Había que dar paso al
incomprensible cierre del festival de jazz a cargo de Isaac
Hayes.
Arturo Mora Rioja
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