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VICTOR WOOTEN BAND
Viajazz 2004
- Fecha: 8 de Julio de 2004.
- Lugar: Campo de Fútbol Municipal, Villalba (Madrid)
- Hora: 21:00 horas
- Asistencia: Lleno
- Componentes:
Victor Wooten (bajo eléctrico, voz)
Regi Wooten (guitarra eléctrica, voz)
Joseph Wooten (teclados, voz)
Derico Watson (batería, voz)
Debbie Walker “Mc Divinity” (voz, bajo eléctrico)
Anthony Wellington (bajo eléctrico, voz)
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Comentario:
Las aves migratorias
suelen efectuar un viaje anual que les lleva por diversos
parajes geográficos. Siempre buscan los lugares con las
condiciones climáticas que más les convenga en cada momento,
pero sin llegar a sentirse integradas en el entorno de forma
permanente. Este jueves el campo de fútbol de Villalba estaba
atestado de aves migratorias, instrumentistas de distintos
estilos musicales, en muchos casos alejados del jazz y
similares, que se agolparon en torno al escenario serrano con
el único objeto de no perder un detalle de las evoluciones técnicas
de los Weckl, Patitucci, Gambale, etc. (en el segundo
concierto de la noche a cargo de Chick Corea y su Elektric
Band) y, por supuesto, de ese monstruo del bajo eléctrico
llamado Victor Lemonte Wooten.
Así, centenares de bajistas estaban ya en posición de
escucha cuando, a las nueve en punto, apareció el miembro de
los Flecktones enfundado en una camiseta del Real Madrid con
el 9 de Ronaldo a la espalda (sólo que con menos kilos y el
nombre "Wooten" en la elástica). Una espectacular
introducción a bajo solo dio paso a un par de temas ya con la
banda al completo. Funky, soul, fusión, sonidos negros en
torno a los increíbles desarrollos técnicos del maestro de
las cuatro cuerdas (cinco en este caso). El grupo, formado en
parte por miembros de su propia familia, arropó desigualmente
las evoluciones de Victor con destacada mención para el
batería Derico Watson, excelente en cuanto a tiempo, técnica
y moderación, afincando perfectamente los grooves con Wooten
y con Anthony Wellington, que ejerció de segundo bajista en
la mayoría de los temas, dejando de ese modo espacio para los
solos del líder.
El tema que dio título al disco What Did He Say? sumió el
concierto en una fase de interpretaciones vocales con acentos
de soul y rap, alejados de un concepto jazzístico pero
siempre sirviendo como excusa para el protagonismo de Victor
Lemonte, quien mostró un tiempo sensacional, una capacidad
técnica sin límites y, sobre todo, la virtud que más le ha
distinguido siempre: ser uno de los poquísimos bajistas
eléctricos capaces de combinar en su justa medida las
técnicas más variadas e incendiarias (slap, tapping,
armónicos) con el sentido melódico de la interpretación.
Wooten combina lo mejor de Marcus Miller y de Jaco Pastorius,
de Victor Bailey y de Jeff Andrews, de Stanley Clarke y de
Bunny Brunel, pudiendo dejar atónito al público haciendo
slap con el índice y el anular, tocando acordes en tapping,
slappeando con el pulgar "a contrapúa" o haciendo
malabares con el bajo alrededor de su cuerpo, todo ello a
velocidades endiabladas, mientras a la vez es capaz de
economizar notas y buscar la frase más melódica y bonita que
la situación requiera, huyendo en todo momento de la
monotonía y la técnica extrema pero vacía de contenido.
Descanso para el guerrero, y tiempo para el lucimiento de sus
compañeros de escenario, en una fase intermedia del concierto
que se tornó bastante excesiva. La cantante McDivinity,
empuñando el bajo de Wellington para la ocasión, interpretó
un bastante soso tema de rock, y Regi Wooten, hermano mayor de
Victor y guitarrista de sonido bastante sucio, atacó un
interminable número de guitarra sola donde el tapping fue el
arma fundamental (y, prácticamente, la única).
La vuelta de Victor al escenario zambulló a la banda en un
popurrí de material funky mítico (no faltó James Brown, por
supuesto), que dio paso al momento álgido de la velada:
interpretación a bajo solo de varios temas con distintos
tratamientos por parte del excepcional bajista. Fue aquí
donde Wooten evidenció todas las cualidades anteriormente
reseñadas, y donde arrancó los aplausos más atronadores.
Comenzó con un intento de armonía flamenca, seguido de una
preciosa versión con armónicos naturales del Norwegian Wood
de los Beatles. Técnica funky para presentar originales y
rápidas versiones de A Night in Tunisia y Caravan, y el
precioso final que ya lleva haciendo varios años con Béla
Fleck and the Flecktones: Amazing Grace, también con
armónicos, tocado con una perfección francamente insultante.
Bajo la atenta mirada de John Patitucci, que disfrutaba del
concierto entre bastidores, el resto del grupo volvió para
finalizar con un homenaje al recientemente fallecido Ray
Charles. No hubo tiempo para más.
A pesar de ser algo heterogéneo tanto en la sucesión de los
temas como en las distintas habilidades de los músicos, el
espectáculo dejó buen sabor de boca, hizo las delicias de
los asistentes y reivindicó la figura de uno de los bajistas
más completos de los últimos tiempos.
Arturo Mora Rioja
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