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JOSHUA REDMAN ELASTIC BAND
XXII Festival de Jazz de Madrid

  • Fecha: 10 de Noviembre de 2005.
  • Lugar: Centro Cultural de la Villa (Madrid)
  • Hora: 22:25
  • Asistencia: Tres cuartos
  • Componentes:
    Joshua Redman (saxos tenor y soprano)
    Sam Yahel (teclados, Rhodes)
    Mike Moreno (guitarras eléctricas)
    Gregory Hutchinson (batería)
  • Comentario: Da gusto ver cómo, más allá de dejarse caer en los brazos del éxito conquistado con una fórmula que agrada a crítica y público, un músico es capaz de trabajar duro para actualizar dicha fórmula, ampliar sus límites expresivos y hacerla sonar fresca día tras día. Ese es el caso de Joshua Redman y su Elastic Band, grupo que nos dejó uno de los mejores conciertos del presente Festival de Jazz de Madrid.

    Con un inspiradísimo Gregory Hutchinson en el puesto que ocupara originalmente Brian Blade, la Elastic Band ha ampliado su registro desde la primera formación con la incorporación del jovencísimo guitarrista Mike Moreno, los sonidos de teclado tipo Zawinul-años 70 con los que Sam Yahel interpretó la mayoría de sus solos y los pedales de efectos colocados en el micrófono del saxo, a destacar el octavador cuyo efecto era muy similar al de los graves del EWI, instrumento que popularizara Michael Brecker, pero con un timbre mucho más acústico. Artificios aparte, la música fue excelente. Desde el potente arranque de concierto en que Redman dio paso a Molten Soul con una introducción a saxo solo, el grupo mostró un amplio catálogo de recursos técnicos y líricos, individuales y colectivos, melódicos y rítmicos, demostrando lo bien engrasada que está la máquina y lo que aún tiene que ofrecer. Hutchinson se mostró como un auténtico coloso, descubriéndonos su lado más funky, tocando a velocidades de vértigo sin caer en la vacía demostración técnica y con una pegada absolutamente envidiable. Su sabio uso del bombo fue el apoyo ideal para las líneas de bajo de Sam Yahel, claras y acertadas como si su mentalidad fuera, efectivamente, la de un bajista. El organista gozó de varios momentos de gloria en sus solos de teclado y demostró una adaptación casi perfecta al entorno musical del grupo. El show fue tomando forma gracias a varios temas de Momentum, último trabajo de un Joshua Redman que se defendió en castellano a la hora de hacer las presentaciones, y que demostró encontrarse en un momento de forma muy, muy saludable. Su lentísima interpretación de What Remains sirvió de introducción a un buen solo de Mike Moreno, guitarrista con buen lenguaje pero, aún, poco peso en la banda. A pesar de sus buenas evoluciones técnicas evidenció algunas carencias que a buen seguro corregirá con el tiempo, cuando encuentre su propia voz y deje de recordar a guitarristas de generaciones anteriores.

    Un par de composiciones de carácter latino permitieron apreciar la calidad del lenguaje jazzístico que rezuma el saxo de Joshua Redman, sea cual sea el contexto. En la introducción de To Remember One Forgets el californiano hizo un juego de autoacompañamiento dando bocados a la boquilla del tenor y haciendo gala de sus pedales de efectos que le hicieron acreedor a un sentido aplauso de los presentes. El final de concierto, con Sweet Nasty, trajo consigo espectaculares solos de Redman, Yahel y Hutchinson, en este último caso con el acompañamiento de una serie de diabluras rítmicas por parte del saxofonista.

    Tras el bis obligado, la vuelta a casa. Esta noche con una amplia sonrisa. Calidad, diversión, lenguaje, arte, mucho funky y mucho jazz. Redman, definitivamente, ha dejado de ser esa joven promesa en continua evolución para ser todo un músico de referencia, y también en continua evolución. No se le debe perder la pista.