Comentario: Por segunda
semana consecutiva el joven cuarteto Fractal volvió a
pisar las tablas del Berlín, con nuevo repertorio y reafirmando
el buen hacer del martes pasado. Si en el
show anterior
se pudo denotar una buena combinación de conocimiento
de la tradición con búsqueda de sonoridades actuales,
en esta ocasión la dualidad del grupo fue aún
mayor, intercalando explícitamente interpretaciones de
estándares encuadrables dentro de las corrientes del
bop y el cancionero americano con temas propios y versiones
jazzísticas más modernas.
El comienzo arrollador con el arreglo simple pero efectivo de
"Lullaby of Birdland" y el siempre divertido "Groovin'
High" de Dizzy Gillespie dónde Héctor García
Roel nos dejó un interesante solo por acordes, contrastó
de forma radical con "Alfanumérico", creación
del guitarrista cuya ejecución abierta proporcionó
a los músicos la posibilidad de interaccionar a gran
nivel. El colchón de fondo basado en tintes oscuros y
una cierta ambigüedad se tornaba vehículo ideal
para exprimir lo mejor de los cuatro intérpretes. Especial
mención para el solo de batería de Diego Gutiérrez.
Sorprendente contraste con el tranquilo "At Long Last Love"
de Cole Porter y el movido "Red Shoes", entorno de
pequeñas asociaciones dentro del cuarteto (improvisación
de saxo a dúo con la batería y de guitarra a dúo
con el contrabajo) y donde las citas se convirtieron en recurso
habitual. Turno para el momentáneo descanso. A esas alturas
los solistas habían vuelto a dejar patente su capacidad
melódica y un lenguaje personal en constante crecimiento,
especialmente patente en la figura de García Roel. Sinceridad
en el discurso y huída del encadenamiento de clichés
(peligroso compañero de viaje del buen improvisador).
De nuevo a la carga, el reposo y la calma del blues menor "Stolen
Moments" se apoderó del ambiente, contemplando una
excelente intervención solista del bajista Gerardo Ramos,
acompañado con suavidad por el
charles y la
caja percutida con las manos de Diego Gutiérrez. El "Inner
Urge" de Joe Henderson extrajo nuevamente los más
altos valores expresivos del grupo, con un enorme trabajo de
la sección rítmica, y la versión del "Enjoy
The Silence" de Depeche Mode (el único tema repetido
del concierto de la semana anterior) tomó una nueva dimensión,
aún más lírica, gracias al sonido cálido
de la guitarra acústica. "Fee-Fi-Fo-Fum" y
la aportación latina de "Recordame", donde
Javier Bruna nos obsequió con un buen solo de dinámica
ascendente, cerraron la actuación entre aplausos y la
sensación de que el futuro del jazz nacional está
más que asegurado.