Comentario: El Berlín
Jazz Café, apuesta del colectivo empresarial Talento
Jazz, quedó anoche oficialmente inaugurado. Y qué
mejor anfitrión que una de las cabezas visibles del proyecto:
el guitarrista Santiago de la Muela, en su doble vertiente de
jazzman empedernido y de director de big band.
Así, el primer pase consistió en un recorrido
musical a trío donde De la Muela hizo gala de su sabio
fraseo y su buen uso de acordes, jalonado por un siempre melódico
Richie Ferrer y por uno de los baterías jóvenes
con más talento de la actualidad: Daniel García
Bruno, capaz de fusionar a la perfección atrevidos conceptos
de batería moderna sobre el discurso más tradicional
de su líder. Entonándose a medida avanzaba el
concierto, el grupo comenzó sufriendo las inclemencias
de las métricas extrañas para, con guiños
latinos incluidos, abordar originales del líder como
el tema que da título a su último álbum,
"3 no es multitud", la balada "Evocación
en Montpellier" o el "Amsterdam" con que el trío
cerró el
set.
Minutos más tarde, De la Muela se presentó con
chaqueta, como evocando el
glamour implícito
en una formación de big band, al frente de los 17 miembros
de la Talento Jazz Orchestra, con un Berlín abarrotado
y dispuesto a disfrutar de la buena música. La TJO se
encuentra en continua progresión, y anoche se pudo percibir
que el rodaje de la banda sigue por el buen camino. Nuevos temas,
mayor conocimiento de los arreglos por parte de los instrumentistas,
mejor interpretación de las dinámicas, más
soltura y, como consecuencia, un buen resultado musical.
El mingusiano "Nostalgia in Times Square" y los originales
"Samba for Pepita" y "Otras noches vividas"
permitieron comprobar lo bien que entroncan los solos de generosa
duración con los poderosos arranques de los metales de
la big band, con fuerza y sin estridencias. El trompetista Jonathan
Badici dirigió su arreglo de "My Little Suede Shoes",
donde la melodía es divertidamente presentada por las
trompetas con sordina y solemnemente rematada por la cuerda
de saxofones, y la orquesta demostró que la improvisación
no es imprescindible si el sentimiento jazzístico es
fuerte, gracias al delicioso "A Child Is Born" de
Thad Jones, donde la pianista Marta Sánchez dio paso
a un precioso arreglo de metales que finalizaban el tema sin
dar pie a solos.
"Bill, Not Gil", composición dedicada al pianista
Bill Evans (e interpretada sin piano) y el "Abd-El-Krim"
de Santiago de la Muela donde se alternaba
feeling
de
swing tradicional con ambientes más abiertos,
y donde Sir Charles nos dejó un solo de impresión,
avisaban del final del
show, con el tema de Los Picapiedra
y las presentaciones de los miembros de la banda a cargo de
su director. El obligado bis, "Things Ain't What They Used
to Be", proporcionó un amplio espacio para improvisaciones.
Merecido lucimiento de los miembros de la TJO que anoche reinauguraron
el Berlín por todo lo alto, en una iniciativa esperanzadora
y con muchas expectativas.