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PAT METHENY TRIO
III Festival de Jazz de Peñíscola

  • Fecha: 11 de julio de 2006.
  • Lugar: Palau de Congressos de Peñíscola (Peñíscola, Castellón)
  • Componentes:
    Pat Metheny: guitarras eléctrica, acústicas, barítona, sintetizador y Pikasso de 42 cuerdas.
    Christian McBride: contrabajo, bajo eléctrico.
    Antonio Sánchez: batería.

Pat Metheny Trio

  • Comentario: La Naturaleza es sabia. Cuando el joven aprendiz de trompetista Pat Metheny apenas contaba con 13 años de edad, aquélla quiso jugarle una mala pasada provocando en sus dientes una deformidad suficiente como para necesitar un aparato corrector que le impedía tocar su instrumento con la destreza necesaria. Consecuencia inmediata: el joven Metheny compró, de segunda mano, una guitarra (la mítica Gibson 175 que utilizó hasta principios de los 90). Consecuencia a largo plazo: gracias a ese aparato para los dientes hemos podido disfrutar de uno de los jazzmen más prolíficos de la historia. Y no sólo hemos podido, seguimos haciéndolo, y cada día con más fruición. Abriendo la tercera edición del Festival de Jazz de Peñíscola, en el bonito Palau de Congressos de la localidad castellonense, el guitarrista apareció en el escenario sin acompañantes, tan solo él y su guitarra barítona (la acústica con extraña afinación que utilizara en One Quiet Night). Comenzó explorando sonoridades mágicas, arpegiando sobre acordes imposibles que evocaban paisajes de otro mundo. De repente se incorporaba una línea de bajo, aportando misterio, y desaparecía, regalándonos nuevamente los acordes desnudos. Bellísima introducción a la versión rápida de "Last Train Home" y a esa marejada de notas simultáneas llamada "Song for the Boys", donde la tensión no deja de crecer, incluso en aquellos puntos donde parece comenzar a ceder. Una nueva composición aún sin título, balada de armonía cálida y trasfondo melancólico, y el popurrí conformado por algunos de sus grandes éxitos ("Phase Dance", "Minuano (Six Eight)", "Antonia", "This Is Not America"), dieron paso a la espectacular guitarra Pikasso de 42 cuerdas, cuya interpretación improvisada de nombre genérico "Into the Dream" dio paso a sus compañeros: Christian McBride y Antonio Sánchez, comenzando con el clásico "So May It Secretly Begin". Con el título provisional de "Number 13", el trío abordó un tema habitual de las últimas giras, compendio de las mejores artes jazzísticas del guitarrista de Missouri, vehículo ideal para permitirle ofrecer todo su potencial en forma de lenguaje profundo, afilado y personal. McBride y Sánchez no sólo cumplían a la perfección su función rítmica, también ofrecían un extenso repertorio de recursos con los que apoyar los fraseos de Metheny y embellecer el conjunto. Primera intervención solista de Christian McBride, un músico que ya hablaba be-bop siendo adolescente y ahora es capaz de expresar una visión propia y contemporánea. Si bueno fue su solo, no se puede perder de vista el original acompañamiento del líder, nada convencional, con una capacidad de escucha y reacción al alcance de unos pocos privilegiados. La improvisación de Sánchez, respetando los obligados rítmicos de la melodía del tema, estuvo soportada en todo momento por el cencerro que acciona su pie izquierdo, y que testificaba las evoluciones de una batería que parecía tener vida propia.

    Tras las presentaciones de rigor, los tres artistas buscaron la belleza en la balada "Change of Heart", con memorable solo al arco francés de un Christian McBride que manejaba su contrabajo como si de un juguete se tratara. Cambio de tercio: el "Police People" que Metheny grabara en 1986 con Ornette Coleman –que acaba de ver la luz en la reedición de Song X– permitió que el espíritu del free jazz se apoderara del ambiente. Pat utilizaba deliberadamente sonidos estridentes sobre los obsesivos pedales de McBride, mientras Antonio Sánchez atiborraba su improvisación de polirritmos. Faltaba poco para el momento álgido de la noche, la extendida interpretación de "Question and Answer", el complejo vals con acordes coltranianos que Metheny grabara por vez primera a finales de 1989 y que se ha convertido en visita obligada noche tras noche en las actuaciones del trío. Este tema arranca lo mejor de los músicos, lo más salvaje, lo más cierto. De la improvisación de Pat se pudieron desgranar tintes oscuros, sombríos, incisivos, evolución de su lenguaje, sin duda, que también estuvo presente en otras fases del concierto. McBride atacaba sus cuerdas de forma caníbal, como si le fuera la vida en ello. Sánchez comenzó su solo con recato, pero no con miedo, sino más bien acechando a su presa artística, esperando el momento justo de elevar las dinámicas a su máximo nivel expresivo. El batería se fundió con su maestro en la intervención de éste a la guitarra sintetizada, haciendo del ruido una necesidad para un público tan emocionado como apabullado. Cuando parecían haber alcanzado el Olimpo de la intensidad, Pat accionó su pedal octavador, haciendo su sonido más agudo y estridente, desplegando sensaciones desgarradoras, creando. El final del tema, ad libitum, parecía un agónico epílogo a los veinte minutos anteriores. Magistral representación intensamente reconocida por el respetable.

    Y tras la tensión, reposo. Dos temas a guitarra acústica ("When Night Turns Into Day" y la brillante adaptación del "Lonely Woman" de Horace Silver que el de la camiseta a rayas grabara en su Rejoicing de 1983) relajaron el ambiente, buscando la sutil interacción entre los músicos. Como fin de concierto, un "Lone Jack" en el que Pat Metheny observaba la armonía como simple referencia de la que salir y entrar a voluntad, donde Christian McBride utilizaba índice y corazón con la facilidad con que los usaría un bajista eléctrico, y donde Antonio Sánchez manejaba las baquetas con tal maestría que parecía estar físicamente unido a ellas. El bis, ese desenfadado blues en sol mayor llamado "Double Guatemala", puso el punto y final a las dos horas y cuarto que duró el espectáculo. ¿Qué más se puede pedir? Gran noche inaugural para un festival, el de Peñíscola, que ha apostado por el jazz de calidad y al que deseamos toda la suerte del mundo.

    Texto y fotos © 2006