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KRISTJAN RANDALU QUARTET
Madrid

  • Fecha: 8 de febrero de 2007.
  • Lugar: Bogui Jazz.
  • Componentes:
    Kristjan Randalu: piano
    Stephan Braun: violonchelo
    Toño Miguel: contrabajo
    Bodek Janke: batería, percusión y voz
  • Comentario: La magia del jazz en un club no sólo se alimenta de la cercanía a los músicos y la interacción de éstos con el público, ni siquiera del ambiente cómodo y acogedor. A veces los clubes son testigos mudos (¡qué paradoja!) de la emergencia de talentos no muy conocidos, descubrimientos de inolvidable recuerdo como este cuarteto, el del pianista estonio Kristjan Randalu. Hasta tal punto sorprendió, que parte del público repetía experiencia tras haber asistido a algunos de los conciertos que el mismo combo había ofrecido la semana anterior (ya lo dice Randalu en su página web: "Madrid is the place!").

    De entrada la formación era más que inusual: partiendo del cuarteto clásico melódicamente encabezado por un saxo, Randalu otorgaba dicho liderazgo al violonchelo de Stephan Braun, virtuoso amanuense de variadas técnicas y con plena capacidad para la improvisación. El uso de efectos sonoros en el chelo y patrones de batería modernos, así como las variaciones métricas y la técnica clásica del pianista, identificaban al grupo con los suecos E.S.T., si bien en las ocasiones en que la base melódica y rítmica de los temas hacía referencia a música tradicional balcánica, la similitudes se daban con el yugoslavo Bojan Z. Sonido, por tanto, puramente europeo.

    Los cuatro intérpretes, residentes en Manhattan, mostraron interacción, escucha mutua, excelente nivel técnico y buenas ideas. El zaragozano Toño Miguel (sonriente de principio a fin del concierto) ofreció un discurso basado en notas claras y precisas, mientras Bodek Janke no se limitó a tocar la batería, utilizando diversos tipos de enseres percusivos y cantando melodías de tinte étnico en varios temas. Compases de 5/4 y 7/8 se combinaban con intrincadas versiones de clásicos como "All the Things You Are" o "If I Were a Bell", sorprendentes arreglos de Randalu con endiabladas partes escritas. El estonio dirigía a su grupo desde la discreción, sin extenderse demasiado en sus solos y dando cancha a sus músicos. No obstante el héroe de la noche fue Stephan Braun. El chelista embelesó al nutrido público que asistía, entre el silencio respetuoso y el aplauso encendido, al espectáculo. Mezclando técnicas de arco y pizzicato, autoacompañándose o apoyando el instrumento sobre su muslo, como si de una guitarra se tratase, Braun aportó más que simple color tímbrico. El joven cuarteto hacía hincapié en los detalles, evitando de ese modo el abuso del virtuosismo. El sabio uso de dinámicas y contrapuntos permitía variar la intensidad de los temas de forma dramática pero no abrupta, concentrando la atención del oyente en múltiples puntos, desde la interacción rítmica al lirismo melódico o la síntesis de timbres (con especial mención al unísono entre chelo y piano).

    Estamos ante otro nuevo éxito de la globalización artística. La fructífera escena neoyorquina está agrupando a músicos de todos los orígenes, afianzándose como centro de contactos, marcando tendencias pero sin cercenar ideas estilísticas. Por otro lado Europa continúa su avance hacia el Olimpo del jazz contemporáneo. El cuarteto de Kristjan Randalu (un estonio, un alemán, un español y un polaco) no sólo aporta prueba de ello, además fomenta la sensación de que aún le queda mucho más que decir. Le seguiremos la pista.

    http://www.kristjanrandalu.com/
    http://www.stephanbraun.com/
    http://www.antoniomiguelbass.com/
    http://www.bodekjanke.de/

    © 2007