Comentario: Todo Festival
de Jazz que se precie programa un concierto liderado por un
guitarrista. En Tarrasa este concierto fue a cargo de uno de
los instrumentistas más prestigiosos de la actualidad,
pero también menos conocido por los aficionados, John
Abercrombie.
El guitarrista americano apareció con la misma formación
que tiene publicado dos trabajados para el sello discográfico
ECM (Cat´n´Mouse de 2002 y Class
Trip de 2004), presentando temas de su nueva grabación.
Los aficionados a la guitarra eléctrica disfrutaron
de una gran velada, a cargo del estupendo cuarteto que lidera
John Abercrombie; un grupo rodado y bien compenetrado entre
todos sus integrantes, circunstancia ésta que se percibió
a lo largo de la ejecución de todos los temas. Todo
ello permitió acreditar la extraordinaria expresividad
y musicalidad que cada uno de los músicos aporta al
grupo como unidad final de expresión.
Se podría advertir que la música que se interpretó
a lo largo del concierto proviene de un mundo muy variado,
empezando por el propio líder, con sus influencias
procedentes de la gran tradición de la guitarra en
el jazz y del rock, de la música clásica por
parte de Mark Feldman (que permitió disfrutar de ciertos
momentos que bien se podrían calificar de jazz de cámara),
o las influencias del free jazz provenientes de las
exploraciones sonoras de la batería de Joey Baron.
Con todos estos elementos, John Abercrombie nos ofreció
una clase magistral de cómo se toca una guitarra, desarrollando
en su interpretación una búsqueda sonora muy
extensa, consecuencia de los diferentes estilos que domina.
Abercrombie demostró ser un músico de mástil,
de mano izquierda, capaz de desarrollar tanto acordes frenéticos
como líneas melodiosas y ligeras, y con un lenguaje
por momentos abigarrado pero sirviéndose en todo momento
de las aportaciones del resto de integrantes del grupo. De
entre ellos señalar muy especialmente el virtuosismo
de Mark Feldman, que aportó una sonoridad bien distinta
a la guitarra de Abercrombie, y la destreza libertaria de
Joey Baron, brillante y altamente creativo, resultando ser
el contrapunto tanto sonoro como improvisatorio de la formación.
En definitiva, un excelente concierto que permitió
disfrutar de la música de uno de los interpretes más
interesantes de la escena jazzística actual.
Texto © 2007 Juan Carlos
Abelenda
Fotos © 2007 Carmen Llussà