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RICHARD BONA GROUP / ABDULLAH IBRAHIM
XXIV Festival de Jazz de Madrid

  • Fecha: 10 de noviembre de 2007.
  • Lugar: Centro Cultural de la Villa (Madrid).
  • Componentes:
    Richard Bona Group
    Richard Bona: bajo y voz.
    Taylor Haskins: trompeta.
    Adam Stoler: guitarra.
    Etienne Stadwijk: teclados.
    Ernesto Simpson: batería.
    Samuel Torres: percusión.
     
    Abdullah Ibrahim
    Abdullah Ibrahim: piano.
  • Comentario:
    Richard Bona
    La escena madrileña, siempre en deuda con ese universo musical al que con afecto se ha llamado “Mamá África”, decidió esta vez dedicarle una noche de su festival de jazz al camerunés Richard Bona y al surafricano Abdullah Ibrahim que trajeron dos propuestas tan diferenciadas como previsibles.
     
    El sexteto del joven bajista y cantante ofreció una serie de composiciones, en su gran mayoría firmadas por el propio líder, que continuaron en esa línea ligera, directa y de múltiples acentos que caracteriza la obra de Bona, aunque en esta ocasión con un peso mayor de los ingredientes latinos.
     
    Frente a una platea entregada, el ex integrante del Pat Metheny Group lució su faceta de showman bromeando, invitando al público a dar palmas, a cantar (“O sen, sen, sen”) y, ya hacia el final de su actuación, a ponerse en pie y a bailar al ritmo de sus cinco cuerdas machaconas.
     
    Con un repertorio hábilmente dibujado, los temas fueron atravesando, con unos tempos muy contrastados, los variados gustos musicales del camerunés. Un espectro sonoro en el que parece caber todo lo que ha fagocitado Bona en sus 40 años de vida. Su recital incluyó pasajes con raíces centroafricanas, funk, pop, fusión, jazz, clásica, fraseos à la Pastorius, improvisaciones, ritmos caribeños y homenajes a Stevie Wonder y al sonido de Weather Report (con citas de “Black Market” y “Birdland”).
     
    En medio de ese mar de influencias, fue en los temas en solitario donde el camerunés alcanzó su lenguaje más inspirado, personal y depurado, aunque sus juegos por momentos pecaran de exhibicionistas.
     
    Richard Bona

    Sin llegar a descollar, el holandés Etienne Stadwijk, los estadounidenses Taylor Haskins y Adam Stoler, el colombiano Samuel Torres y el cubano Ernesto Simpson formaron un grupo compacto que arropó con corrección las extraordinarias dotes vocales de Bona.
     
    El público, que colmó entusiasmado el Centro Cultural de la Villa, despidió la primera actuación de la noche con una festiva ovación.
     
    Abdullah Ibrahim
    Tras el descanso, Abdullah Ibrahim, ofreció como era de esperar, un concierto muy diferente al de su predecesor. Tan diferente que, apenas unos minutos después de que el  piano (sin amplificación) comenzara a pasearse por senderos introspectivos, los fans del bajista se apresuraron a abandonar sus butacas por decenas.
     
    La actuación del gran músico de Ciudad del Cabo pareció ser la continuación, tras cuatro años de intervalo, de su última presentación en Madrid. Acomodado en una serena madurez estilística, su teclado volvió a ofrecernos tersos y contenidos fraseos contemplativos sobre unas melodías que fueron encadenándose, a modo de suite, durante más de una hora sin interrupciones.
     
    Como ocuriera en su anterior presentación en el San Juan Evangelista, Ibrahim fue hilando breves citas de su repertorio con improvisaciones prácticamente ancladas en los registros medios de su teclado, un material que, sin alcanzar el fuego de su época dorada, demostró ser un vehículo más que adecuado para confirmar que el otrora influyente Dollar Brand continúa siendo el dueño de un pianismo hipnótico y absolutamente personal. Allí estuvieron esas pinceladas que siempre se citan a la hora de  dibujar un perfil de su estilo: las raíces ancestrales de su tierra, un acercamiento elegante y muy sentido al blues, a Monk, al gospel, a Ellington, cierta placidez espiritual y una mano izquierda con ecos de oscura belleza.
     
    Si bien su discurso pudo rozar por momentos la monotonía, los asistentes quedaron  muy satisfechos con su trabajo, al que saludaron calurosamente en pie.
     
    Abdullah Ibrahim

    Más allá de los aplausos que coronaron ambas presentaciones, la velada nos dejó la sensación de ser un poco pobre para representar a un continente tan rico. Ojalá nuevas noches traigan a otros hijos más olvidados de la siempre olvidada “Mamá África”.

    Texto © 2007  Sergio Zeni
    Fotos © 2007 Pablo Neustadt