Comentario:
Al subirse el telón se podía ver un escenario vacío pero coloreado de azul profundo y dispuesto para la aparición de los músicos. Silje Nergaard presentaba su última producción, la que dicen más madura, con las mejores composiciones de su carrera y que lleva por título Darkness Out Of Blue. La música comenzó sonando ligera, amable, sensible y hasta pegadiza. Eran los primeros momentos del concierto y el tema llevaba por título “Be Still My Heart”, lo que provocó numerosos y ardientes aplausos.
En el segundo tema, “When Judy Fall”, la sencillez de la melodía y del ritmo permitieron que Silje diera rienda suelta a su voz con el acompañamiento de Helge Lien al Fender Rhodes.
Estas dos primeras canciones fueron suficientes para catalogar la música de esta encantadora y simpática diva noruega, que encandiló al público desde el primer momento con mucho estilo y una voz elegante, intensa, emotiva, bien trabajada y que modula con suma delicadeza cada nota, cada instante.
El grupo estuvo totalmente supeditado a la cantante y lo hizo interpretando hermosas baladas de fino pop, aderezadas de feeling y ritmos jazzy, que ofrecían en ocasiones pasajes de lisérgica ternura en los que el pianista Helge Lien creaba atmósferas y sonoridades mágicas. Y ya que hablamos de Helge Lien, podríamos decir de él, sin temor a equivocarnos, que puso casi todo el jazz que pudimos disfrutar. De sonoridad y sensibilidad parecidas al gran pianista Tord Gustavsen, proporcionó momentos de belleza intimista, siendo el acompañante perfecto para la fina voz de Silje Nergaard. Los dos últimos temas “Lullaby to Erle” y “Japanese Blue”, fueron una demostración más de que la música de Silje es una música suave que sirve para relajar las mentes estresadas, con un grupo que suena a la perfección, donde cada cosa está en su sitio, donde todo está cuidado al máximo, donde el sonido y la luminotecnia son perfectos.
Sólo una última pregunta para terminar: ¿por qué le llaman jazz cuando quieren decir pop?
No seré yo quien responda a tal cuestión pero, a pesar de todo, tengo que ser sincero y decir que me divertí en este concierto tanto como los numerosos aficionados que se dieron cita. Perfecto, perfecto, divina perfección.¡Buen rollo!