Comentario: Este concierto sirvió de presentación para el disco más reciente de Stacey Kent, Breakfast On The Morning Tram (Blue Note), producido por su marido y saxofonista Jim Tomlison. Durante el espectáculo desfilaron canciones de diversos compositores, conocidos unos y otros no tanto. Temas como “What a Wonderful World” de David Thiele y George David Weiss, no necesitan presentación: interpretada casi al final y, Kent lo hizo con feeling y swing, pero a un tempo mucho más lento que el original. Otras canciones, como “Ces petits riens” o “La saison des pluies” de Serge Gainsbourg, son menos conocidas. La primera de ellas sonó a chanson française y la segunda no tanto, pero ambas supusieron uno de los momentos más destacados. “Samba Saravah”, compuesta al alimón entre Baden Powell y Vinicius de Moraes, fue cantada en portugués con un bonito acompañamiento a cargo de Jim Tomlison, que recordó a Stan Getz.
Es cierto que Stacey Kent interpreta jazz, pero lo hace a su manera; es cierto igualmente que pertenece a la escuela clásica de las grandes voces, que utiliza el scat, que tiene swing y feeling y una muy buena técnica que le valió no pocos aplausos. Pero no es menos cierto que sus estructuras musicales convierten sus temas en uniformes, lo que a veces le hace caer en la monotonía. Si sumamos que la capacidad de espontaneidad y la improvisación se vieron relegadas a un segundo término, el resultado fue un concierto que para los más críticos no resultó todo lo bueno que debiera, pero que para el resto supuso un regalo caído del cielo en forma de una excelente voz, a la que supieron acompañar unos muy buenos músicos que tradujeron perfectamente la filosofía de su música.
Es igualmente reseñable que la voz de Stacey Kent (que a veces recordó a Michael Franks) es seca, siseante pero delicada y, que el entendimiento con su marido y saxofonista, Jim Tomlison, demostró una gran complicidad, no sólo con el instrumento, sino también en sus conversaciones en voz baja, cuando dejaban espacio para el lucimiento del resto del grupo. Pero no quiero que se me malinterprete, ya que en realidad la mayoría del público disfrutó de lo lindo, y no seré yo quien le contradiga.