Stefano Bollani es un pianista sorprendente y artísticamente maduro, que no duda en interpretar su música en solitario. Y es que este conocido y reconocido pianista italiano, cuya fama viene precedida por colaborar en diversos proyectos con Enrico Rava, se presenta sin máscara y a pecho descubierto, dispuesto en esta ocasión a demostrar su personalidad ante el público madrileño.
Sus manos pasan de puntillas sobre el teclado en ocasiones, no así en otras, que se muestran rápidas y de digitación fuerte, entrecruzándose la una con la otra, alcanzando un grado de virtuosismo realmente destacable, que da la impresión de ser dos pianistas y no uno el que toca.
Así se desarrollaron los dos primeros cortes de la noche, que por cierto y según palabras del propio Bollani, fueron composición de un compositor contemporáneo llamado Stefano Bollani. Y es que el humor es un componente que caracteriza sus conciertos, que sorprende y mantiene en tensión al público.
Sus manos se pasean por el teclado para tocar una balada tímbrica y optimista, que casi se podía tararear y, que bien pudiera ser el tema central, de una banda sonora imaginaria. En otras, se muestran serenas y tranquilas para oídos en paz. Más allá, se transforman en violentas y primitivas, que golpean el teclado y la tapa del Steinway contra el frontal, ayudándose de codos y rodillas, no dudando en hurgar en las cuerdas interiores o de claquear con los pies sobre el suelo. Todo un canto a la heterodoxia, un sacrilegio para oídos ortodoxos y castos. Una locura de composiciones de solemnidad disonante, que recorren desde Aaron Copland a ¿"Domenico Modugno-Pier Paolo Pasolini"? o al compositor, "¿español?", Ludwig Van Beethoven y su tema "Para Elisa", en un desvarío tan libre como cómico. Y es que lo que importa no es lo que se toca, sino cómo se toca. Lo que le da libertad para interpretar de cualquier manera y a cualquiera, llegando su osadía en el bis, donde se convirtió en un prestidigitador, que pidió hoja y bolígrafo para anotar todas las canciones que quisiéramos que interpretara; en una prueba mas de su dominio y conocimiento de la música, independientemente del estilo o época. Entre los temas y artistas sugeridos por el público, con los que realizó un medley, encontramos "Istambul", "Amarcord" o "Summertime", y Paolo Fresu o Philip Glass, entre otros.
Medley propuesto por el público.
La conclusión a la que se llega, es que su directo es impactante, con cambios emotivos diferentes y, que su romanticismo le da para mezclar lo humorístico con lo dramático, en una suerte de ingenio y creatividad, que rompe moldes y divierte como nunca antes había visto en un directo a piano solo.
¡Qué gran músico!
¡Genial!
¡Amadeus!
Texto © 2007 Enrique Farelo
Fotos © 2007 Sofía Menéndez
Agradecimientos: Javier Nombela por el asesoramiento técnico