Comentario: Con el primer concierto del año de los encuentros culturales "Portugalete", el quinteto de Juan Camacho pasó a engrosar la nutrida lista de músicos importantes de la escena madrileña que han pasado por el centro Cultural Carril del Conde, situado en el madrileño distrito de Hortaleza, por el que en estos últimos años han pasado artistas de la talla de Andrés Olaegui, Norman Hogue, Marcelo Peralta, Guillermo Bazzola o el cuarteto Fractal.
El quinteto de Juan Camacho comenzó con "Toño se va en un barco", tema de su último disco Ternario-La poética de la resistencia. Esta fue la única referencia del grupo a su pasado más reciente, ya que el resto del repertorio lo constituyeron nuevos temas compuestos por el guitarrista, temas cargados de originalidad, complejidad armónica y rítmica, y cuyos títulos no dejarían a nadie indiferentes.
Ejemplo de lo expuesto anteriormente fueron "Aunque lluevan piedras" un tema que comenzaba a modo de fanfarria y que pasaba por varios cambios de métrica y "Tratado cartográfico (lo que esconden los mapas)", un tema con ritmo difícil, sostenido de forma segura por Arturo Mora con el bajo de cinco cuerdas, instrumento con el que se desenvuelve cada vez con más firmeza, y el soporte armónico de Teo Gómez.
El variado repertorio también incluyó dos baladas de no menos difícil ejecución, pero los mejores momentos llegaron al final, con "Viajero en el metro sosteniendo la barbilla con la mano", tema compuesto por notas cortas tocadas secuencialmente por los músicos, que implicaba una gran coordinación colectiva, y el tema final, "La furia del artesano", que comenzó en un ambiente free con un solo de Renato di Prinzio, muy activo durante la tarde, sobre un diálogo entre Juan Camacho y el versátil saxofonista Alex Cid.
Como único pero cabría indicar las deficiencias del sonido, que sin duda no llegó al nivel de anteriores citas, algo fuera del alcance de los organizadores, y que hay que poner en el debe de la Junta Municipal, encargada de subcontratar los servicios de luz y sonido.
En todo caso fue este un buen inicio de año a cargo de Juan Camacho y su quinteto, que consigue transmitir en el escenario la química existente fuera de éste, con una actitud muy cercano al público que llenaba el Centro Cultural Carril del Conde, consiguiendo sobreponerse a las adversidades técnicas a base de un jazz moderno y original. Sin duda habrá que estar atento a la evolución de este nuevo proyecto y a su, esperemos que pronta, grabación.