Comentario:
Bogui Jazz arranca la nueva temporada con fuerza, apostando nuevamente por músicos foráneos de renombre, en este caso con sección rítmica nacional. Conocido en España por su trabajo en la Fort Apache Band de Jerry González y su aparición en el documental Calle 54 de Fernando Trueba, Larry Willis es una de esas enciclopedias musicales vivas, amanuense de la tradición jazzística y capaz de transmitir emoción pura desde las teclas de su piano.
Ex-colaborador de Dizzy Gillespie, Lee Morgan, los hermanos Adderley o Stan Getz, entre otros, Willis abrió el concierto con un pedal en su mano izquierda al que se sumaron contrabajo y batería para que el pianista pudiera esbozar la melodía de “Alone Together” y un primer solo largo y coherente. Juanma Barroso estuvo siempre atento a las figuras rítmicas del líder, con quien mantuvo un diálogo abierto, y Miguel Ángel Chastang ofreció ideas brillantes como solista. El guión fue similar en ambos pases, comenzando con medios tiempos, baladas y bossa novas (“Nature Boy”, “Blue In Green”, “I Have A Dream”, “Autumn Leaves”) para acercarse al blues e ir elevando la intensidad a medida el set se acercaba a su final. El pianista caminaba entre la fiereza desbordada y el lirismo apoyado en trinos y solos cordales. Barroso intercambió ochos, cuatros y doses, hizo solos completos y Chastang abordó un elegante solo con el único acompañamiento del piano en “Blue In Green”. Willis obsequió al respetable con sus originales “To Wisdom The Prize”, de ritmo latino, y “Ethiopia”, una deliciosa balada en métrica ternaria donde el dramatismo se desarrollaba sobre una amplia variedad de recursos compositivos e interpretativos.
Con un aforo más que respetable, Larry Willis triunfó en su primera visita a Bogui Jazz. Para la del día siguiente el neoyorquino mandó, micrófono en mano, un mensaje a navegantes: “decídselo a vuestra familia, a vuestros amigos, incluso a la gente que os cae mal”. Incluso a esos. Merece la pena.