Comentario:
Otro momento intenso en el programa de 365 Jazz Bilbao con esta actuación del gran pianista sudafricano Abdullah Ibrahim, en un lugar tan acogedor como el Paraninfo de la Universidad de Deusto. La idea la de realizar allí algunos de estos conciertos, integrando dentro de su programa cultural esta institución tan importante en la ciudad, es brillante, y la ocasión perfecta para ello un concierto como el que vimos.
Ibrahim hace años que concibe sus recitales como una suite sin interrupciones entre las interpretaciones de sus temas. Su capacidad para atrapar al espectador desde la primera nota es asombrosa. Las baladas inspiradas en la melódica música de su país, revestidas con su sofisticación y elegancia, crean un universo lleno de magia y misticismo, absolutamente personal. Desde “The Call”, introducido con “Blue Bolero” en un comienzo espectacular, uno está ya atrapado por su sonido. Sus dos grandes influencias en el mundo del jazz, Ellington y Monk, se dejan notar en su uso del espacio, de una amplitud que sus dos acompañantes aprovechan a la perfección.
George Gray es un batería perfecto para Ibrahim. Domina sin esfuerzo los ritmos africanos, y se hace escuchar con fuerza cuando hace falta, como en los crescendos de temas como “Duke 88”. Hace gala de una sutileza asombrosa con sus escobillas, y de un concepto muy percusivo, adecuado para esta música. Belden Bullock es un contrabajista asombroso, que encuentra siempre el lugar adecuado para resaltar con notas exquisitas las melodías de Ibrahim.
Gray y Bullock refuerzan esa sensación primordial en la música de su líder: es difícil contar tanto, hacer tanta música, tocando tan poco. Cuando Ellington descubrió al pianista de poco más de veinte años se quedó boquiabierto al comprobar la riqueza interior de este gran músico. Casi cincuenta años después, Ibrahim ha seguido creciendo y haciéndose aún más personal, sin cerrarse a otras influencias. Las citas a otros músicos van apareciendo en varios temas de su concierto, como “Monk In Harlem” o “For Coltrane”, junto a sus grandes clásicos “Third Line Samba”, “Excursions”, “The Wedding”, “Mindif” o “Nisa”, pulidos tras miles de interpretaciones, en las que nunca falta frescura e improvisación. Incluso su “Blue Bolero”, utilizado continuamente como nexo en esta suite, nunca aparece en la misma forma.
Casi dos horas de magia y ensoñación, sólo interrumpidas por una sincera muestra de agradecimiento al público, donde Ibrahim hace gala de sentido del humor y humildad antes de regalarnos un bis. Aquí, resume todas las sensaciones en una: con su primera nota tras la interrupción, volvemos a estar en su mundo, y termina el concierto con un blues que va llevando a una nueva cita de su bolero, con su inconfundible maestría. La de un genio lírico, un pensador de una gran profundidad, que produce una sensaciones muy fuertes, aquellas que sólo da la música verdaderamente grande. Bravo a 365 Jazz Bilbao, por ofrecernos la experiencia de algo tan rotundo, una música llena de belleza.
