Un continuismo que sigue apostando por el cóctel de estilos variados, nombres establecidos (en esta escena del jazz-músicas improvisadas) y “descubrimientos”, formaciones estables y encuentros inéditos… Luz es un “Festival de Altura” no solo porque se celebre próximo a las altas cumbres de Pirineos, en Luz Saint Sauveur, al pie del Tourmalet, sino por su trayectoria y programación. Y a sitios así da gusto ir.
Desparrame groove con Iswhat?!, a medio camino entre el jazz post free, el soul, el rap, el hip hop… Todo un cóctel de sonidos negros. Vale que uno prefiere a Hamid Drake en otros contextos, pero no es para hacerle ascos en estos ritmos hip hop (por más que “machacas”) que otro gran batería, Max Roach, no dudó en “bendecir”. Napoleón Maddox (a escuchar su colaboración con Archie Shepp) es un pozo de efectos rítmicovocales. El saxofonista Jack Walter hacía suya la línea de sopladores de
r&b mientras el joven (y encapuchado) bajista Brent Olds se ocupaba de rematar lo machacado.
Más desparrame y apología de ritmos negros en la actuación de Bernard´s Band, un macro grupo de músicos del valle de Adour aficionados a la “gran música negra”. A medio camino entre la orquesta de fiesta de pueblo y una desatada banda de frikis. Disco,
funk,
reggae…. Todo por y para la diversión.
Dosis rock, onda
stoner, en el bar de l'Europe con Dispenser The Dispenser. Descarga de adrenalina. Y como uno de sus guitarras llevaba una camiseta de Magma, pues como que me tenían ya casi ganado antes de empezar. O el cuarteto de saxos Rural Sax, ideales para un vermut. De Brel a Michael Jackson. Y…
Un mes después, Uzeste Musical, el festival que organiza el batería gascón Bernad Lubat a poco más de cincuenta kilómetros al sureste de Burdeos, llegaba a “la edad de Cristo”. La 33 Hestejada de las Arts.
Uzeste, más que un festival de propuestas, es un lugar de encuentros. Formaciones estables las hay, pero es lugar de encuentros, de muestreos, de ideas. Un taller. Una Fiesta (Hestejada, en gascón). El festival de los “amusiciens” (amusantes/divertidos y musiciens/musicos). Cada año (o año sí, año casi que también), no son pocos los nombres que se repiten. Es el festival de “la familia de Uzeste y amigos”.
Entre los nombres recurrentes, Louis Sclavis. Hace dos años le vi haciendo solos, un dúo con Lubat y colaborando con la orquesta del festival. En esta ocasión junto a otro gran clarinetista con el que ha realizado varios proyectos discográficos, Jacques Di Donato. El Improbabilis Quartet que resultó ser un quinteto con invitado, pues a los anunciados Fabrice Vieira a la guitarra y Lubat, batería, se sumaria un bajista –Philippe ¿?– más, en un tema, un rapper magrebí. Ese típico sonido cortante y algo quebrado con gusto por la electricidad…
Di Donato estaba también en otras historias. Entre ellas un doble dúo que jugaba con la contraposición, mezcla, deformación, fusión… de material escrito procedente de la música contemporanea (Stravinsky, Boulez…), con la libre improvisación. Por las “músicas escritas” Di Donato y un joven clarinetista, Florent Pujulia. Y por “musicas improvisadas” el trompetista Jean Luc Cappozzo y el saxofonista François Malarange. Las fronteras duraban poco. Gran cuarteto de sopladores. Un concierto increíble a las tres de la tarde en el jardín de una casona. (Y por hacer también ecos de sociedad, citar la presencia, entre el público, del vocalista Beñat Achiary que el día anterior había participado –con Di Donato, Cappozzo, Corneloup…– en Urgent Crier, una “ópera salvaje” a partir de la obra poética de André Benedetto).
El saxofonista François Corneloup es un pluriempleado habitual. Amén de la ópera “salvaje”, Urgent crier sobre textos de Andre Benedetto, o su dirección con Los Gojats ( Los Muchachos/Chicos, en gascón, grupo de los jóvenes valores que crecen a la sombra de Uzeste) o Scierir con la Cie Du Parler Noir, se presentaba con su trio junto a la contrabajista Helene Labarriere y el batería Simon Goubert a escuchar su proyecto de “grupo doblado”, Welcome, junto al tambien batería Christian Vander (Magma). Un trío potente y flexible que bascula sobre la pulsación de Labarriere.
Encuentro entre la tradición occitana (Sylvain Roux, flautas de todo tipo y voz) y el extremo oriente (el koto de Mieko Miyazaki). O entre la Occitania tribal (Bernard Combi, voz, acordeón e instrumentos tradicionales) y la Normandía “salvaje” (los saxos de Rápale Quenehen). Este último brutal. Adictivo. La versión Oc del “ancien….”.
Los Gojats, grupo de jóvenes que se forman al amparo de la actividad anual de Uzeste Musical son toda una sorpresa. No por su propuesta, un pastiche que viaja del jazz electro (cuasi fusion) a las melodías del be bop, pasando por el pasodoble (parte de esa temática pertenece al “grupo madre” Cie Lubat y su montaje de Chansons Enjazzees)…. Y lo que sorprende es la insolencia de esa juventud, tocando por narices. Con ganas. No dando ese patético espectáculo del alumnado (y profesorado, por qué no decir) de las escuelas y talleres de estos lares. Frescura versus almidón.
Y Uzeste estaba, además, bien servido de debates políticos al viejo estilo, y de nombres desconocidos y del toque español (o asi) de Monica Passos, de fusión gascuña-brasil, de proyecciones bajo las estrellas y de un fantástico espectáculo pirotécnico. Le Crepuscule des Cieux. El poema pirotécnico (bso Los Gojats) de Patrick Auzier. El mejor aperitivo para cerrar el festival con Archie Shepp.
Shepp. Su actuación fue todo un ejemplo de ortodoxia jazz del
post free. Algunas de sus célebres composiciones. Ellington (¡claro!). El blues. Alternando tenor y soprano con viajes al piano y cantando. Un concentrado de “¿Qué es jazz?”. Tras él un cumplido contrabajista, Zacharie Abraham, y el propio Lubat. Sin aspavientos. Hasta la despedida. Un blues con todos los músicos que habían participado en el festival sobre escena. Un rizo total. El
loop de nunca acabar. ¡Esto es una fiesta!. Con razón esta noche se había titulado “Nuit del fuego”. Incendiario. ¿Quién recuerda que antes de su actuación, cuando el publico estaba en cola, esperando para entrar en la pequeña carpa, hubo una estampida cuando los cielos quisieron poner su nota de color y aportaron una breve pero intensa ración de truenos relámpagos y lluvia?. ¡Que iban a falta a la fiesta, vamos! Que para ser nada del otro mundo…¡qué disfrute!.
(En
http://desdemicadiera.blogspot.com/ pueden encontrase entradas, entre los meses julio-septiembre con fotografías y videos de ambos festivales. Asi como unos videos de un directo de Familha Arthus, música radical gascona. Metal tribal)