Por fin. Daba gusto doblar la esquina
de Barquillo con Piamonte y encontrar una cola de aficionados
ávidos de buen jazz. Daba gusto entrar, veintisiete
meses después, a un Bogui repleto y reencontrarse con
los rostros de músicos, prensa y público. Rostros
que forman parte de un tejido cultural, el de Madrid, guisado
en gran parte por los mismos que lo degustan, no solo al margen
de apoyos institucionales, sino encontrando, en más
de una ocasión, absurdas e injustas trabas por parte
de la Administración. Todo eso ha acabado, de momento,
para un Bogui Jazz que vuelve a respirar. Daba gusto volver
a saludar a Dick Angstadt, alma y factótum del local,
en su casa. En la de todos.
El honor de reinaugurar el club recayó en Marta
Sánchez, pianista madrileña que, a tenor de
lo visto y oído, ha crecido enteros en los últimos
años tanto en el terreno de la improvisación
como en el de la composición. Marta ya se encargaba
de una de las antiguas jam sessions del Bogui,
labor que desarrolla hoy en día en El Plaza Copas.
En esta ocasión presentaba su segundo CD La espiral
amarilla, arropándose para tal cometido por
dos cubanos (Ariel Brínguez a los saxos y El Negrón
al contrabajo) y un argentino (Andrés Litwin, batería).
El cuarteto ofreció un jazz de corte moderno con
querencia por lo modal donde solemnes sonoridades europeas
y complejos pasajes rítmicos abrazaban sin concesiones
al blues, al swing y al be bop.
La líder se toma muy en serio su música y
lo demuestra sobre las tablas. Improvisa como si estuviera
sola, como si el mundo exterior no la rodeara. Nos hace
llegar su arte a través de la introversión,
y acaba embelesando. En Ariel Brínguez encuentra
a un compañero que la apoya y complementa. En sus
largos desarrollos, el saxofonista se lamenta a la escandinava,
enciende boperas pasiones o investiga a lo Coltrane.
A veces todo ello ocurre en el mismo tema. El Negrón
también presenta múltiples personalidades.
Enérgico como el que más, ora ejecuta rápidos
y precisos unísonos ora se convierte por un momento
en Charlie Haden y nos muestra las delicias del silencio.
En sus manos el contrabajo parece un instrumento fácil
de tocar. Pero el que más aplausos se llevó
fue Andrés Litwin, todo un ejemplo de cómo
aportar variedad e interés sin descuidar el sustento
a sus compañeros de viaje. Sus juegos polirrítmicos
dejaron boquiabierto a más de un asistente. No en
vano está acostumbrado a explorar territorios indómitos
en el GNU Trio de Guillermo Bazzola y Marcelo Peralta. En
el primer tema, “Ambrosía”, el cuarteto
se vio aumentado por Ángela Cervantes. La cantante
ibicenca se sumó a la fiesta bordando una melodía
rítmicamente compleja.
Con el descanso del concierto llegó el momento más
emotivo: la charla de Dick. Enjuto, afable, con americana
blanca sobre jersey negro y su sempiterno sombrero, el propietario
leyó el bellísimo poema de Mario Benedetti
“No te salves”, toda una declaración
de intenciones para los que hacemos jazz. Agradeció
el apoyo prestado por otros locales de la escena madrileña
(en concreto Café Central, Clamores Jazz, La Fídula,
El Despertar y C.M.U. San Juan Evangelista), con mención
especial para Pedro Carrillo del Bar&Co. También
leyó un manifiesto de la cantante cabaretera Pia
Tedesco a favor de la música en la calle, donde se
recordaba que Louis Armstrong, Edith Piaf y Camarón
de la Isla comenzaron sus andaduras como músicos
callejeros. Finalizó con una emotiva mención
a su esposa envuelta en aplausos.
Decimos que el manifiesto fue “a favor de la música
en la calle” y no “en contra de la prohibición”,
porque anoche en Bogui todo fue favorable, todo fue positivo.
Nadie se ensañó con el Ayuntamiento de Madrid,
tan solo disfrutamos de la cultura en libertad. El corazón
jazzístico de la ciudad vuelve a latir y lo hace
libre de odio. De momento unos cuantos descubrieron a Marta
Sánchez. Próximamente serán Moisés
Sánchez, Toño Miguel, Román Filiú,
Carita Boronska, Igor Prochazka, Baldo Martínez,
Melissa Aldana, Mariano Díaz o Natalia Calderón
los que se presten a ser descubiertos (o redescubiertos)
sobre las tablas de Bogui Jazz.
Enhorabuena y que sea por mucho tiempo.