Lo primero que habría que indicar sobre éste tributo al
boxeador Jack Johnson es que se trata de un precioso y preciso trabajo de
ingeniería en el estudio del productor Teo Macero que complementa y completa a
la perfección la labor de un par de impresionantes formaciones (Davis -
Grossman – Hancock – McLaughlin - Michael Henderson – Cobham y Davis –
McLaughlin – DeJohnette – Corea – Maupin – Holland – Sharrock) que
muestran un soberbio estado de gracia y que hacen a quien esto escribe
preguntarse acerca del porqué esta obra no ocupa un lugar de mayor importancia
entre el legado del trompetista tanto para la crítica como para los
aficionados, más teniendo en cuenta la estructura del disco, basado en dos
largas piezas (Right Off con sus casi 27 minutos y Yesternow cercana a los 26) y
a un grupo que funciona a la perfección y que se mueve por los terrenos de la
improvisación y no muestra ningún complejo a la hora de entrar en más de una
ocasión en el terreno del rock (el espíritu de Hendrix sobrevuela en más de
una ocasión la grabación) o el funk y que musicalmente sobre todo muestra a
Miles Davis en una gloriosa plena posesión de su facultades junto a unos
acompañantes de lujo, con los que alterna diferentes pasajes que alrededor de
una serie de temas base alterna diferentes momentos de calma y excitación.
José Francisco Tapiz
Pamplona, febrero de 2003
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