Christian Gauffre: Claude Barthélémy,
va a tomar el mando de la ONJ por segunda vez. ¿Por qué este regreso?
Claude Barthélemy: Primero, tenía
muchísimas ganas desde hace tiempo. Lo explicaba en mi propuesta de
candidatura: mi primera ONJ hace 12 anos, me sirvió para aprender
enormemente en el plano de la escritura y he seguido evolucionando.
Cuando comparo mi escritura actual a la de hace solo 8 años hay una
diferencia increíble. Tenía ganas de exponer esta evolución. Luego,
con ocasión de mi colaboración con Ars Nova he observado los progresos
fenomenales de los ingenieros del sonido y de los micrófonos, que
permiten trabajar con grandes orquestas de una manera mucho más sutil.
Por otra parte me gusta la generación de gente que he contratado para
esta ONJ. Antes también se encontraban buenos trompetistas,
trombonistas, etc., pero había una cierta obligación de contratar
siempre a los mismos. Para hablar más crudamente, si quería un
trompetista un poco "rompedor", temía a Jean-François Canape
y punto. Los músicos jóvenes actuales tienen una cultura enorme, se
han aprovechado totalmente del sistema de escuelas, esta todos
extrememante preparados y lo que tienen en su cabeza es interesante.
Christian Gauffre:¿Forma usted parte
de la cultura de esta generación?
Claude Barthélemy: Para algunos, sí.
Mucho. Hay dos "hijos de..." en mi orquesta: el de Jacques
Mahieux, Nicolas, y el de Christian Lété, Olivier. Conocen mi trabajo
desde su infancia. De una cierta manera es una ventaja: ¡puedo hacer
valer mi autoridad más que antes!
Christian Gauffre: ¿Cuál es su
proyecto para la ONJ?
Claude Barthélemy: El título para
este proyecto es "Planeta". Me he dado con el paso de los
años que el jazz no es campesino. Es una música de las ciudades, de
las grandes ciudades. De las megalópolis. El jazz es una especie de
folklore urbano, una música extremadamente barroca en el sentido de que
está atravesado por elementos venidos de todas partes. Sobre sus
orígenes me planteé una ficción: el jazz es Africa y Europa que se
encuentran en campo "neutral". La ONJ es un lugar de
agrupación. Por eso toco el oud y gracias a los avances de los
micrófonos he podido escribir un arreglo que permitirá oírlo mientras
toque toda la orquesta. Lo mismo con el buzuki... Y siempre con un
espíritu congregador, retomamos a Clarence Williams, he hecho un
arreglo de "Nuages" y re-arreglado "Barth’s
Groove", un tema que coescribí con Henri Texier. Hay colores, mis
composiciones propias: es un proyecto muy congregador, muy unitario.
Christian Gauffre: ¿Cómo nació su
interés por el oud?
Claude Barthélemy: Es muy antiguo.
Tuve uno malo, que reventé, tuve otros... Siempre fui un gran admirador
de Munir Bashir. Es gracias a él que se pudo organizar el concierto de
mi primera ONJ en Babilonia –antes había tocado en Bagdad. Dicen que
somos Indo-Europeos, pero musicalmente me parece que somos más bien
mesopotámicos. La codificación de la música es extremadamente precisa
en Irak.
Christian Gauffre: ¿Se ha interesado
acerca de la gran tradición improvisadora alrededor de este
instrumento?
Claude Barthélemy: Claro. Pero no toco
el oud tal y como se toca en el Magreb. Toco con mis notas y con la
profunda convicción de que es un instrumento destinado a la
improvisación. Es decir, que sobre el modelo de la recitación del
Coran, hay una surata (ndlr: capítulo del Coran), un comentario, otra
surata y así continuamente. No tengo una verdadera composición sino
más bien una circulación de las ideas. En una orquesta hay que ser un
poco más organizado. Me inspiré en un concierto a solo de Paul Bley
que vi hace mucho tiempo, del cual nunca pude averiguar si había tocado
o no un solo tema ni cual era la amplitud real de una frase... Y esto el
oud lo permite. Es extraordinario. Encima no hay acordes, es un
instrumento completamente monódico y es antes de todo un instrumento de
improvisación. En algunos bares del décimooctavo barrio de Paris hay
gente que acompaña su canto con el oud y entonces sólo aseguran los
bajos... Yo formo más bien parte de la tradición medio-oriental. Muni
Bashir, de un cierto modo me envió un mensaje desde la muerte: en su
necrológica de "Le Monde", en la lista de artistas que había
invitado era el único francés mencionado... Es alguien que siempre me
iluminó. ¡Además ser ministro de Cultura de Sadam Hussein y
permanecer vivo es la prueba de un talento verdadero!
Christian Gauffre: En el seno de la
ONJ, ¿dominará el Barthelemy arreglista al instrumentista?
Claude Barthélemy: Estarán los dos.
La ONJ tiene que estar caracterizada por su líder. Tendremos entonces
mucha guitarra. Pero hay otro guitarista, Alexis Thérain, un
desconocido ¡pero un monstruo! Globalmente todo estará sumamente
arreglado y será mucho más premeditado que en la primera ONJ. La
generación de los músicos que he contratado conoce los "Instants
Chavirés", los "Sept Lézards" y los otros clubes, está
muy implicada en las "músicas improvisadas". Pero no puedo
construir un programa cuya línea directora sea: "Vamos a tocar
música improvisada con los jovencitos". He concebido dos programas
para evitar el aburrimiento, y que haya o no improvisación, se
tocarán. Por supuesto que improvisaremos, pero no lo puedo
"decretar". Para seguir siendo un improvisador no puedo
decidir dónde y cuándo habrá improvisación.
Christian Gauffre: Háblenos de lo que
ha previsto para la ONJ…
Claude Barthélemy: Empezamos los
ensayos el 11 de noviembre; tienen las partituras en casa desde el mes
de septiembre, para unos dos conciertos. Actualmente estoy escribiendo
música para un programa que tocaremos en enero, una colaboración entre
la ONJ y Ars Nova. Mi apuesta es la de hacer una ONJ de alto nivel. No
quiero que sea del tipo: "el jazz es simpático, para la
fiesta...". Quiero implicarla en creaciones de primer orden,
tomarlo en serio, aunque tenga humor. De tocar más bien en el
auditorium Saint-Germain que en "La Cigale" (ndlr: sala de
conciertos para artistas de variedad). Las cosas se cambian desde
arriba. Quiero que la ONJ tenga una imagen a la vez ambiciosa y
desenfadada. No se trata de tocar en todos los sitios de jazz del mundo
sino de llevar el jazz a otra parte. Por eso nuestra colaboración con
Ars Nova. Es intrigante: ¿música contemporanea, jazz?. ¿Baile y jazz
también?, ya llegaremos a esto. Tal vez tap dance... Con Gislaine Avan,
por ejemplo, que practica el "tap dancing free". O tal vez
danza contemporánea con Charles Cré-Ange... Y esta abertura nos
permitirá acercarnos también al techno (ndlr: "bacalao").
Por ahora no tengo ni sintetizador ni caja de ritmos, nada. Primero
quiero montar una orquesta que tenga idealmente las cualidades de la de
Count Basie, es decir, que me gustaría que pudiera tocar sin sonido.
Quiero que volvamos al jazz, jazz, jazz.
Christian Gauffre: ¿Hay que ver esta
primera fase de la ONJ como una especie de calentamiento que
desembocará en otra cosa?
Claude Barthélemy: Sí, pero lo
importante es fabricar primero una orquesta. Todos los miembros de la
ONJ son muy buenos músicos. No todos ellos son solistas extraordinarios
pero cuidan su timbre, etc. Saben por qué están –he trabajado con la
mayoria. El vibrafonista –Vincent Limouzin- por ejemplo, trabaja
especialmente con Boulez. ¡Es un MONSTRUO con su instrumento! Pero
también toca las marimbas mejicanas y ha estudiado el correspondiente
repertorio. Se toma las cosas en serio. Es muy importante. Tengo una
pequeña incertidumbre en cuanto a la duración de mi mandato. He
firmado por dos años, pienso que podré estar tres, pero si es el caso,
creo que vamos a estallar completamente... Después, si entendí bien,
no habrá más un director musical sino sólo operaciones con el nombre
de la ONJ y confiadas a gente por un equipo y un director artísticos.
Christian Gauffre: ¿Puede que esté
ligado a esta evolución?
Claude Barthélemy: No, pero tengo que
preparar el paso. La ONJ se percibe como una especie de casa un poco
cerrada y el ámbito de los clubes, el ámbito del jazz en general se
siente un poco excluido. Sin embargo... El otro día toqué con Gérard
Pansanel que tenía carta blanca en Montpellier: la mitad de la orquesta
estaba constituida por antiguos miembros de la ONJ. Quiere decir que la
orquesta ha llegado a un cierto nivel y que algunos musicos han aceptado
la idea de participar en ella.
Christian Gauffre: ¿Podrá seguir
participando en este tipo de encuentros en estos dos próximos años?
Claude Barthélemy: No voy a estar
cerrado a esto, pero la prioridad es claramente la ONJ. Tenía una buena
cantidad de proyectos que he traído a la ONJ. Tengo ambición para esta
institución. Pero soy consciente de que hay que renovarla. Estoy muy
contento de haber sido elegido por segunda vez, ¿pero qué quiere
decir? Que la función de director de la ONJ no le corresponde a mucha
gente. Está claramente la cuestión de las competencias pero no
solamente. También está el tema del deseo. Mucha gente conocida dice
"¡Podría hacerlo!", pero cuando ven el trabajo que esto
representa... Cuando se dice "jazz" al gran público la gente
responde "Miles", eventualmente "Sonny Rollins",
"Coltrane" si son más conocedores, o cosas que tienen éxito
en el momento en que hablan, pero nunca citan a un arreglista o a un
compositor.
Christian Gauffre: Gil Evans tal vez
...
Claude Barthélemy: Tal vez, sí...
Christian Gauffre: Gracias a Miles
Davis.
Claude Barthélemy: Sí. O Duke
Ellington, pero es antiguo.
Christian Gauffre: Y aún así, la
gente citará más bien a Ellington como pianista, jefe de orquesta o
compositor que como arreglista. El arreglista casi no existe para el
gran publico.
Claude Barthélemy: Es verdad. Muchas
veces no se entiende lo que hago. Volviendo a esta ONJ me gustaría ser
más "italiano", mucho más fluido que en la primera. Desde
entonces he liderado varios proyectos y colaboraciones con orquestas
sinfónicas y con formaciones contemporáneas. Ahora la voluntad de
decirlo todo, hacerlo todo, tocarlo todo que contagia habitualmente los
directores de las ONJ se me ha pasado un poco. De todos los directores
de la ONJ ¡soy el único que nunca ha tenido una big-band! Pero tengo
muchas ganas de esto. En mi primer mandato no paré de hacer vivir los
musicos en la urgencia y tengo la intencion de volver a hacerlo. Se
decidia del orden de los temas 30 segundos antes de subir a escena, y
habia muchos en el repertorio. Hay que evitar la rutina, se necesita una
postura de riesgo permanente. Se necesita que esta música sea lujuosa,
aunque siempre original, transversal. De todas maneras, no puedo ser de
otro modo que transversal.
Christian Gauffre: Esta tension, esta
inestabilidad ¿le parecen de verdad indispensables?
Claude Barthélemy: Absolutamente. No
hay que dejar a los músicos el tiempo de reflexionar. A veces tengo un
extracto de partitura, nos decimos que nunca lograremos arreglarlo,
hacemos «¡tres, cuatro!», y ¡bingo! La orquesta comprendió aunque
los músicos no lo entendieron individualmente. A la inversa a veces
cada músico comprende pero la orquesta no y no funciona. Hay siempre un
equilibrio entre los dos. Hay que decir las cosas explícitamente pero
no demasiado. Y no es forzosamente perverso hacer tocar a la gente
contracorriente. Se pueden obtener resultados sorprendentes. En los diez
años de la ONJ Laurent Cugny convocó a sus antecesores y todos
escribimos música para su formación. Me gusta mucho Phil Abraham pero
se define a si mismo como un bebopper... Entonces le otorgué el primer
solo de mi tema ¡con armonías totalmente seriales! Es ante todo un muy
buen músico. Si dejamos a los músicos definirse, se tiene el riesgo de
encontrarse con una serie postales que no son interesantes en absoluto.
Christian Gauffre: ¿Dónde se
desarrollarán los primeros conciertos de la ONJ?
Claude Barthélemy: El primero será en
la sala que se ubica encima del Pannonica, en Nantes. Será un concierto
de jazz-jazz, con tres repeticiones. Lo denominamos "ONJ
Primicia" -puede que esté un poco "verde" pero no
importa... El segundo concierto será en Marsella, en el GRIM de
Jean-Marc Montera, sin sonorización. Será completamente experimental.
Intentare crear pequeños grupos e implicar a gente del GRIM... ¡Una
especie de jam vanguardista! Luego vendrán los conciertos en el
auditorio Saint-Germain en Paris. Me han pedido que evite la existencia
de una barrera entre los músicos de la ONJ y los demás, así que tengo
la intención de ser muy abierto.
Christian Gauffre: ¿No hay una barrera
de hecho por culpa del estatuto privilegiado, casi
"funcionarial" de los miembros de la ONJ?
Claude Barthélemy: Los músicos de la
ONJ son hoy en día remunerados por actuación –lo que no es
forzosamente una mala cosa. Trabajo para que se les pueda pagar
mensualmente. Ya he encontrado una manera de tenerlos ocupados durante
los dos o tres primeros meses.
Christian Gauffre: ¿Puede una
formación como ésta existir sin apoyo institucional?
Claude Barthélemy: No, pienso que no.
Pero la Vienna Art (Orchestra, ndt) está apoyada tambien. Bates o
Willem Breuker no lo sé... Pero hacer de este apoyo un argumento contra
la ONJ sería hacerlo de muy mala fe y conocer muy mal el modo de
funcionar en este ámbito. En este caso, ¡sin el apoyo del mecenazgo no
hubieran sobrevivido Mozart, Bach o Beethoven! Existieron épocas
milagrosas, clar,o pero fueron escasas. Ninguna sociedad puede pasar sin
artistas pero ninguna se reconoce con el derecho a decir:
"Sostenemos a nuestros artistas como tales". Aquí el artista
es un "parado", en Holanda se denominado "no apto para el
trabajo", etc...
Christian Gauffre: ¿Dónde se ubica su
reflexión personal sobre el jazz?
Claude Barthélemy: Siempre está esta
vieja pregunta-trampa : "Qué es el jazz". Pues yo chocheo
respondiendo : "Si uno no tiene las cualidades de los Hot Five y de
los Hot Seven de Armstrong en su música no vale la pena hablar de jazz,
hay que pasar a otra cosa". Sabemos muy bien lo que no es jazz, se
sabe por ejemplo que Michel Legrand no tiene vínculos con esta música.
¡Uno de estos días llegara un imbécil con música barroca diciendo
que es jazz! El jazz está permanentemente amenazado, la gente quiere
apropiárselo en privado criticándolo en público –basta con mirar a
algunos rockeros...
Christian Gauffre: Tiene, dice usted,
un enfoque transversal del jazz, pero parece que tiene también una
cierta idea de su clasicismo...
Claude Barthélemy: Me parece
comprensible el trabajo de un Marsalis pero me parece también que es
siempre lo mismo. Marsalis me hace pensar en Jean-Pierre Chevènement
(ndlr: candidato a las últimas presidenciales francesas): viene con
ideas que no son ni de derecha ni de izquierda y termina por vincularse
con gente de extrema-derecha. A Marsalis le ocurre mucho hacer una
música de gilipollas. Cuando llegó con "su" música moderna
era claramente superior. Tiene que tener a Louis Armstrong dentro de sí
como Daunik Lazro tiene a Charlie Parker en su interior. No es una
cuestión de estética. Pero estoy de hecho en la búsqueda de una forma
clásica aunque sea completamente nueva. Lo que le falta al jazz lo
había entendido Ellington: la percepción de las grandes
"suites". ¿Qué es la forma a largo plazo? Cuando se tocan
temas de jazz siempre estamos, al fin y al cabo, en una forma de sonata.
Cuando Beethoven compuso la Quinta sinfonía, la primera en cinco
movimientos, ¡fue una gran revolución! La gente no se hacía entonces
preguntas sobre armonía y modernidad sino sobre la cuestión de la
forma. ¿Qué se cuenta en un concierto? Paul Bley propone soluciones
pasmantes, Cecil Taylor una respuesta negra con pensando en un tiempo
como si fuera lineal... Me parece importante crear para la ONJ un
repertorio donde se pueda entrar de varias maneras y donde se traten
todas las músicas de la misma manera. Hay cosas que tiran muy fuerte
hacia la música contemporánea, arreglos de música mía, furiosamente
atonal como siempre, pero tiene que haber swing, interés. Lo que me
interesa no es una música más que otra sino una música contra otra.
Christian Gauffre: Swing, entonces…
Claude Barthélemy: Sí. Me reconozco
el derecho de ser un viejo carroza y cuando no hay swing me aburro. Ojo,
cuando digo swing incluyo también, por ejemplo, el trio de Sophia
Domancich, o el binomio Christophe Marguet – Claude Tchamitchian –
¡una rítmica que inventa y que tiene swing! El swing no es sólo una
cuestión de tempo, es una cuestión de urgencia.
Christian Gauffre: Antes, me decia que
Daunik Lazro llevaba a Charlie Parker dentro de él. ¿Usted tiene a
alguien dentro?
Claude Barthélemy: Como instrumentista
tengo en mí una cierta idea de la guitara en Europa. Escucho cada vez
más a Jim Hall, me parece formidable, es mejor conforme envejece, me
gustan Benson, Grant Green pero no soporto la guitarra americana que va
de Abercrombie a Metheny. No es guitarra como la que se toca aquí.
Estamos más cerca de la cuerda. Escuché de nuevo el otro día a Django
y Grappelli: es increíble, hay sudor por todos lados, es... De todas
maneras estan Django, Rollins y Boulez... ¡Yo intento pasar por el
medio!
Christian Gauffre: Y como
instrumentista, ¿dónde se ubica?
Claude Barthélemy: Me queda mucho
trabajo. Me parece cada vez más difícil tocar la guitara. Claro, me
doy cuenta de que represento algo, ya que oigo a algunos que copian mi
estilo, pero bueno... Me crucé con Marc Ducret en Mulhouse y me parece
muy bien que exista gente como él en Francia. O Jean-Marc Montera que
es muy interesante... Hize un dúo con Philip Catherine... La guitara es
definitivamente Francia-Bélgica-Inglaterra.
Christian Gauffre: ¿Le gusta Philip
Catherine?
Claude Barthélemy: Sí, mucho. Me
gustaría invitarlo a la ONJ. Es un hombre encantador, muy gracioso y un
excelente músico. Echo de menos a su trío de jazz-rock de principios
de los 80. Tomó una trayectoria extremadamente clásica, y no llego a
comprender cómo un gran guitarrista puede hacer esto. No hay nada
"milagroso" en su toque pero es un jazzman de verdad. Si lo
invito a la ONJ me gustaría llevarlo a zonas que tal vez ni recuerde.
Es un grande, que ha compuesto cosas apasionantes.
Hasta los 25 años estaba convencido
que todos los músicos componían su música. Los primeros grupos que vi
en directo eran formaciones de música contemporánea –2E2M por
ejemplo estaba ubicado al lado de mi casa. ¡Mi primer concierto fue la
música de Anton Webern tocada por Portal! Y estuvo Steve Reich... Es
por eso que estoy marcado de por vida... Pero fuera de esto
escuchábamos discos. Mi hermano venía con "The Magic of
Tutu" de Archie Shepp, los Miles eléctricos, Frank Zappa,
Coltrane... Estábamos muy al corriente pero sólo en disco. Y
escuchábamos mucho rock. Pero nunca pensábamos en repetir lo que
escuchábamos. Luego pensé que todos los músicos hacían los
arreglos... ¡Ahí también me equivoqué! Es uno de los problemas de
esta música. La historia del jazz ha correspondido demasiadas veces a
los instrumentistas por encima de los compositores y consecuentemente se
piensa demasiadas veces que cada buen instrumentista es un buen
compositor. Es evidentemente falso.
Christian Gauffre: Entre los grandes de
antes, ¿a quién sigue escuchando?
Claude Barthélemy: Hay guitarristas
que me interesan por su relación con la cuerda. Algunos son muy
impresionantes pero comprendo enseguida lo que hacen. Con otros es como
magia. Benson es de esos. Hendrix en algunas cosas... Y recientemente
alguien me ha llamado la atención y emocionado profundamente, es Derek
Bailey. Poca gente lo conoce, pero ha influenciado a guitarristas de
todo el mundo de la misma manera que John Cage ha influenciado desde los
Talking Heads hasta David Bowie. Jeff Beck, el dios de casi todos los
guitarristas, está influenciado por Bailey.
Christian Gauffre: ¿Tiene objetivos
con la guitarra?
Claude Barthélemy: Me gustaría hacer
respirar más la cuerda, llegar a más claridad en el toque, tener mis
frases más desligadas. Pero es un largo trabajo. La guitarra es un
instrumento muy difícil. Si dejo de tocar quince días no puedo pensar
en dar un concierto sin haber trabajado antes mi instrumento. La
práctica de la guitarra es un sitio de libertad para mí en el sentido
de que no me hago nunca la pregunta acerca de saber si quiero hacerlo o
no: lo hago porque sé que me siento mejor después. (declaraciones
recogidas por Christian Gauffre © Jazz Magazine et C. Gauffre, 2003, y
traducidas al castellano por Juan-Carlos Hernández)
Composicion de la ONJ :
Claude Barthélemy (composicion,
direccion, guitara, oud, buzuki) Vincent Mascart, Philippe Lemoine
(saxofonos) Geoffroy Tamisier (trompeta, bugle) Médéric Collignon
(trompeta de bolsillo, bugle) Jean-Louis Pommier, Sébastien Llado
(trombon) Pascal Benech (trombon bajo) Didier Ithursarry (acordeon)
Alexis Thérain (guitara) Vincent Limouzin (percusion, vibrafono,
marimbas, balafon, gamelan…) Nicolas Mahieux (contrabajo) Olivier
Lété (bajo electrico) Jean-Luc Landswerdt (bateria)
normal.texto
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