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En primer lugar, me gustaría hablar
del contenido político de tu música. En "Constellations" hay
al menos dos claras referencias sociopolíticas: "Maquiladora"
y "Taking Sides". Cuando presentaste "Witness" en
Barcelona, mencionaste tu apoyo a las manifestaciones contra la
intervención norteamericana en Afganistán. ¿Entiendes la música como
un medio para expresar tu compromiso político?
DD- No, entiendo mi música como un
medio para expresarme a mí mismo y ese compromiso político es algo en
lo que creo de una forma muy personal. Para mí, la música está por
encima de las palabras, se trata de sentimientos y... No quiero decir
sentimientos en el sentido de emociones, sino quizá refiriéndome a
toda una generación, una época y lo que sentimos, lo que está
ocurriendo. Y, por supuesto, lo que sucede en el mundo es extremadamente
importante para mí y creo que debería serlo para todos nosotros. Pero
no lo interpreto de un modo realista. Así que, por otra parte, creo que
hay una relación muy intuitiva y quizá más poderosa con el hecho de
imaginar soluciones y afirmaciones sobre situaciones del mundo.
Así que es algo muy personal, no lo
haces con ningún objetivo. Simplemente te expresas a ti mismo...
DD- No te entiendo. Estás diciendo
cosas que yo no he dicho.
No es así.
DD- Sí, lo es. ¡Escúchate!
Me refiero a que no intentas
convencer a nadie de nada. Es sólo tu expresión de...
DD- Bueno, yo creo que la música debe
convencer. Sí, estoy en desacuerdo con lo que me pides que diga. Creo
que la música debería convencer a la gente y debería ser
extremadamente personal y, si no lo es, resulta muy aburrida y poco
intersante. Es como ese libro, As Serious As Your Life. Cuando
estoy creando música en el escenario o en el estudio, es como una lucha
por la supervivencia y quiero escuchar para entender lo importante que
es. Y por eso intento vincular mi música a cosas que no son
consideradas necesariamente musicales pero que también son
extremadamente importantes.
Una de las características
principales de tu música es la increíble mezcla de géneros. Desde
jazz a folklore balcánico, clásica o electrónica. ¿Qué puedes
decirnos de tu nuevo proyecto? ¿Guarda alguna relación con
"Witness"?
DD- Acabo de terminar el disco y es
básicamente un álbum de estudio. Trabajé muy estrechamente con Jamie
Saft. Llegué con nuevas composiciones y lo grabamos mayoritariamente
Joey Baron, Brad Jones y yo. Luego lo desarmamos todo y lo
reconstruimos. Marc Ribot toca en buena parte del álbum. También
están Ikue Mori, Jamie Saft, por supuesto, Craig Taborn, un par de
saxofonistas y un tipo increíble que toca la tabla y la batería. Se
llama Karsh Kale y también participa en la mayor parte del disco. Y
debo decir que es emocionante para mí, porque cada vez que hacemos un
concierto es algo distinto y escribo nuevos temas. Me parece que en el
pasado, con cada grupo nuevo, yo escribía toda la música,
desarrollábamos el concepto y lo presentaba. Y con éste, durante los
dos últimos años en los que me he sentido más en el ojo público,
cada vez que hago un concierto es como si todo el mundo estuviese
observando.
Así que con este grupo ha sido
divertido, porque cada vez que tocamos, evoluciona, cambia. Surgió del
grupo Witness, que comenzó en el disco como una banda de nueve músicos
más invitados y rápidamente se convirtió en una gira de siete
músicos. Luego, al empezar a escribir música y tener ideas nuevas,
tomó una dirección distinta, así que me pareció que ya no tenía
nada que ver con el proyecto original. Éste es un proyecto totalmente
nuevo. Así que espero encontrar un nombre realmente brillante para el
grupo, pero hasta que no lo haga, lo llamaré Septeto porque son siete
músicos. Ya conoces el grupo de la gira del año pasado con Jamie Saft,
Craig Taborn, Mike Sarin, Brad Jones, Ikue Mori y Chris Speed. Era una
gran banda y me encantaba, pero seguí componiendo y estoy escuchando
otras cosas. Entonces, como sabrás o quizá alguien haya comentado
acerca de algunas actuaciones en el Tonic...
Sí, lo leí en el Zorn-list.
DD- Ah, seguramente no les gustó
nada...
Al contrario.
DD- Di un concierto con DJ Olive y fue
muy interesante. Trato de ser muy objetivo con lo que hago y yo soy el
primer testigo. Algunas cosas no funcionan y otras sí. A veces casi
pienso: "Preferiría que esto fuese así" en lugar de que todo
vaya bien. Por supuesto, quieres que todo funcione, tampoco voy a
exagerar, pero decir que estoy experimentando con este grupo es la pura
verdad. Debes de saber que Ikue Mori está tocando muy bien. Creo que
sigue mejorando cada vez más. Es emocionante tocar con ella. Casi
parece que tenga una orquesta completa en un lado del escenario. Y hemos
trabajado juntos durante mucho tiempo. Creo que entiende muy bien lo que
estoy buscando. Nadie puede comprenderlo todo, pero creo que comienzo a
captar realmente su lenguaje. Y ese tipo de empatía es lo más
importante en un grupo en directo, que los músicos puedan entender más
o menos lo que el líder está buscando, y que el líder entienda con
qué cosas se sienten cómodos los músicos, cuáles les llevarán a
otro nivel.
Has trabajado con músicos tan
dispares como John Zorn, Misha Mengelberg, Myra Melford, Hank Bennink,
Uri Caine o el What We Live Trio. ¿Qué colaboraciones te han parecido
más productivas?
DD- No lo sé. No cambiaría nada de lo
que he hecho. Algunas me han gustado más que otras, pero creo que estoy
intentando aprender algo cada día. Así que cuando toco con Misha
Mengelberg, Han Bennink o Brad Jones, aprendo en cada concierto. Como ya
sabes, hemos dado algunos conciertos con el Tiny Bell Trio por primera
vez en casi dos años y está cambiando y creciendo. Es maravilloso.
Toqué con Horace Silver hace quince
años. Para mí fue una experiencia increíble. Le estoy muy agradecido
de que no me despidiera al momento. Yo no estaba calificado en muchos
aspectos. Tenía veintitrés años. Así que no cambiaría nada. Y, por
supuesto, tocar con Masada. He aprendido mucho y me lo he pasado muy
bien. Creo que hicimos muy buena música. Me parece que una de las cosas
que más me inspiraron fue la persistencia de John como compositor.
Escribió doscientas piezas y se mantuvo fiel a ellas.
El primer directo de Masada se ha
publicado recientemente a través de Tzadik.
DD- ¿Está bien?
Sí.
DD- Lo recibí por correo y debo
admitir que tengo miedo de escucharlo.
Ya que estamos hablando de John
Zorn, ¿qué opinas sobre la Cultura Radical Judía que está
promoviendo? ¿Qué implica el término?
DD- Me parece fantástico. Creo que
cualquier cultura debe ser una experiencia radical.
…?
DD- Creo que una cultura radical vuelve
a las raíces extremas para avanzar de un modo totalmente eficiente y
racionalizado. Por supuesto, no hay ningún contenido político. En ese
caso, se trataría de Política Radical Judía, Cultura Política
Radical Judía o como quieras llamarlo. Mi comprensión limitada –
porque, ante todo, yo no soy judío-, como alguien que ha tocado en
muchos proyectos asociados con la música judía y que la ha estudiado
mucho porque le encanta, es que cualquier movimiento radical no implica
necesariamente que sea vanguardista. Para mí significa despojarse de
todas nuestras suposiciones, volver a los principios originales para
avanzar sin el equipaje con el que hemos cargado durante los últimos
cinco mil años.
Así que quizá radical en el
sentido de pureza, para después...
DD- Si me permites, espero que utilices
todas mis palabras y no las tuyas. Sigues intentando... Pureza es una
palabra terrible. Creo que es peligroso incluso utilizarla. Ya sabes,
tiendo a preferir las cosas impuras (risas). Creo que muchas veces,
cuando la gente se refiere a la cultura, hablan de estereotipos y
suposiciones sobre los demás y no sobre lo que es el hecho esencial de
la cultura humana, que viene del corazón, del deseo individual de
descubrir lo que está ocurriendo dentro – mente, cuerpo, alma- y
expresarlo. Pero cuando te liberas de la suposición es para crear lo
que quizá sea radical. A veces puede ser muy simple y otras tener
algunos elementos superficiales que parecen otra cosa. Y es muy triste.
La gente no se toma su tiempo para intentar comprender lo que alguien
intenta decir, sino que saltan con lo que ELLOS quieren decir. Y sé que
suena muy egocentrista: "Yo debería poder hablar y los demas
tienen que callarse". No pienso así, por supuesto, pero creo que
como artista, se me pide que me exprese a través de mi arte. Entonces
espero que los demás tengan la consideración de pensar en lo que
significa. Así que evitemos la palabra "puro".
En "The Infinite",
versionas a Björk y le dedicas una de las canciones a Tom Yorke de
Radiohead. Me preguntaba qué tipo de música estás escuchando
actualmente.
DD- Bueno, escucho de todo. Me encanta
Amon Tobim. ¿Le conoces?
Sí.
DD- Es un artista brasileño de música
electrónica. Es fantástico. Tengo el nuevo disco de Beck. Me encanta
Beck y con este… ¿qué puedo decir sin ideas preconcebidas?...
Cualquier música que se base en la guitarra me resulta problemática.
Ya sabes lo que pasa con el guitarrista (imita unos acordes de
guitarra). Sigo escuchando mucho a Bill Evans. Debo confesar que el
nuevo álbum de Jennifer López me parece fantástico. Joni Mitchell,
Jamie Saft. Sigo escuchando a Miles casi cada día. Milton Nascimento.
Estuve en Brasil el año pasado y compré muchos discos suyos. Siguen
gustándome Radiohead... Stravinsky, Stevie Wonder, Marvin Gaye. Me
encanta el nuevo de Wayne Shorter. En realidad, compro discos
contemporáneos de músicos de jazz como Brad Mehldau, Steve Coleman,
Don Byron, Uri Caine, Frisell. Creo que la música que surge de la
improvisación norteamericana está más viva que nunca.
Iba a preguntarte por tu opinión
acerca de la escena vanguardista actual.
DD- En realidad yo no utilizo la
palabra vanguardia, porque la idea me parece una vieja narrativa. ¿Me
entiendes?
Creo que no.
DD- La historia de la música es como
si llegáramos a un punto y entonces llega este tipo y luego éste, y
quizá esa mujer una vez cada cien años. Ya no me parece que la
historia se desarrolle de esa manera. Creo que lo hace en todas
direcciones a la vez, así que el término "vanguardia" se
convierte en una tradición del pasado. Y mucha gente dice: "Esto
es música vanguardista". ¿Pero por qué lo es? Esto ya se hacía
en los sesenta. Pero también pienso, ¿para qué discutir por una
palabra? Es como la discusión sobre qué es jazz y qué no lo es. Es
sólo semántica. Así que creo que la gente expresándose mediante la
música con formas del siglo veintiuno está más viva cada día. La
música ha tomado muchísimas direcciones durante los últimos veinte
años. ¿Qué es vanguardia y qué no lo es? ¿Qué es irónico? ¿Qué
es una concepción postmoderna y qué no lo es? ¿Y qué es sincero?
Todas son muy buenas preguntas, pero también creo que la música ha ido
mucho más allá. No tengo problemas con quienes utilicen la palabra
vanguardia. Simplemente los tengo al decidir si encajo en esa categoría
o no. E insisto, es porque me parece que hay una narrativa en la cual
alguien está por delante de su tiempo, creando una música que nadie ha
oído jamás. Y quizá las cosas funcionaron de esa manera en algún
momento, pero ya no.
Tus discos han sido editados
normalmente por sellos independientes como Avant, Songlines, W&W y
Arabesque. Teniendo en cuenta que has firmado con una multinacional como
BMG, ¿sientes algún tipo de presión artística?
DD- Simplemente me estoy guiando por
mis oídos y mi corazón. Como sabes, al haber seguido mi música
durante varios años, cada disco que edito es distinto al último. Creo
que a BMG le encantaría que, repentinamente, comenzara a hacer discos
extremadamente comerciales, pero saben quien soy y no esperan que lo
haga. Me parece que, a medida que pasan los años, entiendo cada vez
mejor el proceso de grabar discos. Me refiero a la idea de crear un
artefacto que alguien comprará o se bajará de Internet, y lo
escuchará en casa, con auriculares, en el tren o en cualquier lugar de
una forma muy personal. Cómo comunicar lo que quieres decir es una
habilidad muy especial y creo que estoy mejorando. Me considero muy
afortunado. Acabo de terminar mi sexto disco para BMG y el presidente ya
ha cambiado dos veces desde que estoy allí. Así que me siento
afortunado por seguir en la compañía. Tengo una relación muy cordial
con el presidente actual. Creo que entiende lo que intento hacer. Sabe
mucho de música. Trabajaba en Sony Classical cuando estaban grabando
Lutoslawski con Essa-Pekka Salonen y la Filarmónica de Los Angeles. En
su época escuchaba a Miles. Así que es uno de esos ejecutivos poco
habituales. Es el director del grupo RCA Victor y yo puedo ponerle mi
último trabajo y se implica de forma personal, viene a las sesiones y
se interesa de verdad. Quizá ése sea uno de los motivos por los que
sigo allí y por los que puedo decirles: "Lo próximo que quiero
hacer es un disco de electrónica" y no me echan a la calle. Me
escuchan y dicen: "De acuerdo, confiamos en ti. Adelante." Y
luego cruzan los dedos. (risas)
Me sorprende que se interese tanto.
DD- Le encanta la música, pero creo
que llegados a cierto punto, la música creativa sólo puede sobrevivir
en ese ambiente. Así que no creo que esté siempre con ellos. Llega un
momento en que la realidad del dinero y el capitalismo... Ya sabes, las
cosas deben hacerse cada vez más grandes y no es mi forma de trabajar.
Pero me sentí muy orgulloso de un disco como "Witness", fue
muy duro para ellos. Porque entiendo que son miles de personas
trabajando en algo que a la mayoría no les importa en absoluto. Y
querrían abandonar porque no lo entienden. ¿Puedes culparles? Quizá,
no lo sé. Pero que el presidente se levante y diga: "No. Es Dave y
vamos a hacerlo. Así que todo el mundo a trabajar y a apoyar este
disco"- y por supuesto, vendió mucho menos que cualquier otro- fue
algo muy importante para mí. |
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