© Sergio Zeni, 2009
TOMAJAZZ: Jazz internacional en directo en una localidad con sol, playa, buena cocina mediterránea, noches de ensueño entre muros medievales… ¿De verdad lo suyo es un trabajo?
FERNANDO MARCO: Claro… [Risas] El trabajo de organización lo venimos haciendo mi socio, Toni Porcar, y yo desde muchos meses atrás. Además, tenemos la suerte de contar con el apoyo de un gran equipo, formado por gente como Armand Llàcer, Fernando Vidal y Sofía Grande, entre otros, que trabajan duro para que todo esté listo y funcionando durante el festival. Aparte de esta labor, qué duda cabe que a nosotros también nos gusta disfrutar del festival y de todo lo que le rodea, como la gastronomía de la zona o las relaciones personales con los músicos.
Cuando programas un festival del nivel del nuestro, también corres riesgos y debes mimar mucho los aspectos técnicos, ser cuidadoso con las exigencias de los artistas. En este sentido, nosotros nos hemos visto en situaciones rocambolescas. Por poner un ejemplo, cuando vino George Benson hace un par de años, su mánager nos pidió toallas negras para el escenario. Nosotros lo entendimos como un detalle sin importancia, pero resultó ser esencial para el artista y su puesta en escena, lo que nos obligó a salir corriendo horas antes del concierto en busca de las ya famosas toallas negras.
TOMAJAZZ: Supongo que uno de los desafíos del reciente Festival de Jazz de Peñíscola era resistir frente a la crisis económica, ¿se ha triunfado?
FERNANDO MARCO: Esta edición era especial, por la crítica situación económica. Evidentemente, una de las preocupaciones del principal patrocinador, Castelló Cultural, estaba en la posible disminución de público. Pero al final, ¡ha resultado ser uno de los mejores años! La asistencia de público fue muy grande, con llenos prácticamente diarios en las actuaciones dentro del auditorio y en las de la Plaza Santa María, los jueves al aire libre.
TOMAJAZZ: El ambiente en la Plaza de Santa María es estupendo… y hay que tener en cuenta que muchos de los que disfrutan atentamente de esos conciertos seguramente no escuchan jazz habitualmente.
FERNANDO MARCO: Efectivamente, ese formato de conciertos gratuitos al aire libre en una plaza porticada al pie del castillo del Papa Luna favorece que el jazz llegue a todo tipo de público. Allí se congregan tanto aficionados al jazz como familias con niños, paseantes que disfrutan de sus terrazas, turistas y grupos de adolescentes que habitualmente no suelen escuchar jazz. Esto nos parece altamente positivo por el carácter divulgativo de estas actuaciones.
© Toni Porcar, 2009
TOMAJAZZ: ¿Cómo describiría la personalidad de esta criatura que acaba de cumplir seis años?
FERNANDO MARCO: Nosotros siempre hemos pensado que la calidad y la variedad son fundamentales cuando programamos nuestro festival. Actuaciones de excelentes artistas que combinan nombres conocidos, como Eliane Elias este año, o Pat Metheny y Diana Krall en ediciones anteriores, con otros que quizás son menos conocidos por el gran público pero que gozan del mismo nivel. También queremos que el conjunto sea representativo de los distintos estilos que hoy día podemos encontrar en el género jazzístico (jazz latino, fusión, etc). Y esa es la tónica que ha marcado la programación en Peñíscola durante estos seis años.
Además, el festival de Peñíscola tiene la particularidad de que la programación se extiende a todo el mes de julio, mientras que el resto de festivales la concentran en una semana o unos días. Ello ofrece la posibilidad de que acuda mayor número de gente y un público más variado, lo que favorece positivamente al festival.
TOMAJAZZ: ¿Qué nos puede contar de esa Jazz Street Marching Band que alegra en estos días las calles de la ciudad?
FERNANDO MARCO: Esta banda se formó en 2004 para actuar en el fertival de jazz de Peñiscola; dede entonces es una formación estable formada por músicos de Castellón, sus miembros son jóvenes que vienen en su mayoría de la música clásica, pero su interés por el jazz les hizo entrar en contacto con el estilo dixieland en el que se encuentran en la actualidad muy a gusto, todos son magníficos instrumentistas.
Son los encargados de inaugurar nuestro festival con un concierto en la cafetería del Auditorio, y luego actúan por las calles de Peñiscola incorporando la nota festiva y divertida.
TOMAJAZZ: ¿Cómo es el proceso para definir la programación en cada edición del festival?
FERNANDO MARCO: Nosotros, en el mes de noviembre, empezamos a contactar con managers para ver la disponibilidad de los artistas durante el periodo en que se desarrolla el festival. En función de los artistas que vamos viendo en el mercado, vamos elaborando una programación que resulte coherente, tanto a nivel artístico como económico.
© Sergio Zeni, 2009
TOMAJAZZ: Si tuviese que repetir con alguno de los músicos ya programados en el festival ¿a cuál elegiría?
FERNANDO MARCO: De entre todos los músicos que han pasado por el festival siempre hay algunos que te dejan un recuerdo más especial. Personalmente me quedo con el trompetista John Swana, que nos acompañó en la primera edición de 2004; con el trío de Kenny Barron, que trajimos en 2007, por la fluidez de su swing y también de ese mismo año, destacaría la actuación de Wynton Marsalis con la Lincoln Center Orchestra, que me pareció una big band sensacional. En la edición de este año me ha gustado especialmente el trío del saxofonista Jerry Bergonzi que, en mi opinión, es actualmente uno de los mejores y más completos músicos. También resaltaría la actuación del cuarteto de Eliane Elias, por lo bien que hace caminar la bossa nova.
TOMAJAZZ: ¿Qué sitios recomendaría para complementar la oferta jazzística peñiscolana?
FERNANDO MARCO: Creo que Peñíscola es un sitio que tiene muchos atractivos. Su historia está ligada a un personaje muy especial, el Papa Luna, lo que ha dejado monumentos como la ciudad amurallada y el castillo medieval. Además, Peñíscola tiene una oferta gastronómica muy interesante, sobre todo de productos del mar y arroces. Nosotros, durante todo el festival, comemos en El Hogar del Pescador, un sitio que sirve magnífico marisco y excepcionales arroces. Los músicos, sobre todo los americanos, suelen quedarse fascinados con el sabor de los langostinos, las gambas, ‘les caixetes’ y el ‘arròs a banda’.
TOMAJAZZ: Y aunque parezca mentira, también hay algunos que vienen a la playa a estudiar...
FERNANDO MARCO: Sí… [risas] Desde hace 4 años incorporamos al festival el aspecto docente con clases magistrales totalmente gratuitas los jueves por la tarde. En ellas hemos tenido dando clases a Jerry Bergonzi, Scott Hamilton, Dave Wilkinson, Pere Soto, Jim Rotondi etc. En ellas los alumnos han podido escuchar desde las técnicas que gastaba Django hasta las armonías politonales y polimodales que utiliza Jerry Bergonzi, o cómo sacarle a un saxo el magnífico sonido de Scott Hamilton.
© Toni Porcar, 2009
TOMAJAZZ: ¿Cómo se produce su acercamiento al jazz y cómo se desarrolla su carrera como músico?
FERNANDO MARCO: Entré en contacto con el jazz a los doce años, escuchando un disco de Louis Armstrong que encontré por casualidad en casa de mi padre. Por aquel entonces yo estudiaba piano, pero decidí cambiarlo por la guitarra cuando escuché a Django Reinhardt. Después vino mi interés por la improvisación, lo que me llevó a estudiar a Barcelona, y a partir de ahí, a desarrollar mi carrera como músico profesional, con colaboraciones con Louise Stewart, Charles McPherson y, en la actualidad con Dave Mitchell, con el que tengo grabados dos discos. Me gusta pensar que el músico que más me ha influenciado es el gran Wes Montgomery, en mi opinión el padre de toda la guitarra moderna.
TOMAJAZZ: Recientemente se ha editado Contra las cuerdas, fruto de su sociedad musical con el también guitarrista Dave Mitchell, un delicioso mosaico de conversaciones en torno a un puñado se standards que ahonda en el trabajo comenzado con Plectrology [2005]…
FERNANDO MARCO: Dave y yo nos conocemos desde hace muchos años. Después de hacer algunos bolos juntos, decidimos formar un grupo estable con el contrabajista Lluís Llario y el batería Felipe Cucciardi. Con ellos hemos grabado los dos discos, Plectrology y Contra las cuerdas, con la discográfica BlauRecords.
Los discos los solemos grabar en una sesión y media. Al llegar al estudio, Dave y yo aportamos una serie de temas y allí mismo decidimos cuáles tocamos y qué arreglos debe llevar cada uno. No establecemos roles a la hora de improvisar, sino que todo surge a medida que vamos tocando el tema. No ensayamos nada con anterioridad, ya que pensamos que ésa es la mejor manera de grabar un disco. De esta forma, se aprecia la intención de cada nota y se transmite la intensidad del momento en el que se está grabando, puesto que estás tocando el tema prácticamente por primera vez, lo que da un resultado muy fresco.
TOMAJAZZ: ¿Qué opina de las polémicas que vienen produciéndose en torno a internet, propiedad intelectual, SGAE, etc.?
FERNANDO MARCO: Pienso que Internet es una herramienta valiosísima para los músicos, porque podemos dejarnos oír en todo el mundo. A mí personalmente me ha ayudado mucho. Puedo llegar a sitios donde hace unos años me era imposible hacerlo, como Estados Unidos, Japón o China.
Otra cosa bien distinta es el control de la propiedad intelectual, de lo que tanto se preocupan empresas privadas como la SGAE, que ganan grandes cantidades de dinero a costa del trabajo creativo de los artistas. A estas empresas se las ve muy preocupadas por recaudar y les importa bien poco los medios que utilizan para tal efecto. No veo a ninguna de ellas apoyando locales con música en directo, escuelas de música o festivales, que son todos eventos dónde se da trabajo a los músicos.
TOMAJAZZ: Además de músico y programador del Festival de Peñíscola, usted lleva a cabo una intensa labor como docente…
FERNANDO MARCO: Llevo dedicándome a la docencia casi treinta años desde mi escuela, Taller 3. En la última década, hemos asistido a la consolidación y establecimiento de la oficialidad de la enseñanza del jazz en España, lo que está modificando también el porqué de los músicos de jazz. El que exista la posibilidad de una titulación oficial, abre unas oportunidades de trabajo y de reconocimiento que antes no existían. Pero aún así, no debemos olvidar que la diferencia entre la música clásica y el jazz, es que el músico de jazz tiene que improvisar, por lo que tocar en público es, además del estudio, una práctica totalmente imprescindible para nosotros, y eso es lo que los profesores de la escuela intentamos inculcar a los más de doscientos alumnos que cada año se matriculan.
TOMAJAZZ: ¿Cómo ve el futuro de las próximas ediciones del festival, ya está pensando algo para el 2010?
FERNANDO MARCO: Después de ver la respuesta de público de este año, veo el futuro con optimismo. Veo un festival asentado en la agenda cultural de Peñíscola y en el conjunto de festivales de jazz que se celebran en España. Todavía es pronto para hablar de la edición del 2010, pero seguro que continuaremos ofreciendo el mismo nivel de cartel que en las seis ediciones anteriores.