Esperanza Spalding acaba de publicar Esperanza,
su primer disco para Heads Up International, que presentó
en directo en Madrid el pasado mes de septiembre. Unas horas
antes del concierto Arturo Mora tuvo la oportunidad de entrevistarla
en su hotel en una conversación relajada, suelta y
divertida.
Esperanza Spalding y Arturo Mora.
Foto: Sergio Cabanillas.
ARTURO MORA: Acabas de publicar Esperanza,
tu primer disco para Heads Up International. ¿Qué
nos puedes contar sobre tu relación con tu nueva compañía?
ESPERANZA SPALDING: Muy bien, es fabuloso, tienen mucha confianza
en mí, me dieron total libertad creativa. Son geniales,
me siento afortunada de estar con ellos.
ARTURO MORA: Al escuchar tus dos discos parece que el piano
juega un papel muy importante en tu música.
ESPERANZA SPALDING: Sí, eso es cierto. De algún
modo organizo mi banda alrededor del pianista. Soy la bajista
y cantante, y el piano va algo así como en medio. Tengo
que encajar con el pianista, y al pianista tiene que gustarle
lo que estoy haciendo con la voz, necesito a alguien que tenga
suficientes ideas y confianza como para tocar y encontrar
su sitio, pero que también aporte muchas ideas para
el bajo.
Junjo [el primer disco
de Esperanza Spalding] fue un proyecto más cooperativo
con Aruán [Ortiz, pianista] y [el batería Francisco]
Mela, no era mi música, mi grupo. En Esperanza
está Leo [Genovese], el pianista perfecto para mí.
ARTURO MORA: En cambio en el último tema de tu nuevo
disco comienzas sólo con contrabajo y voz hasta que
se incorpora la guitarra del Niño Josele. ¿Has
pensado en hacer algo sin piano, con guitarra, por ejemplo?
ESPERANZA SPALDING: Sí, ahora también hay guitarra
en mi banda. Para mí la idea de una actuación
en directo consiste en encontrar la gama más amplia
de sonido, color, textura, tensión y densidad y, por
supuesto, utilizar otros instrumentos armónicos ayuda.
Pensando en eso Leo también toca [Fender]
Rhodes y melódica, así que entre los
cuatro (piano, Rhodes, melódica y guitarra)
podemos obtener muchas texturas distintas.
ARTURO MORA: Ahora estás tocando un bajo Doolin,
que es una guitarra bajo acústica. ¿Cuándo
decidiste usarlo? ¿Qué te ofrece que no encuentres
en el contrabajo?
ESPERANZA SPALDING: Alguna vez he escrito cosas que creía
que eran para bajo eléctrico, pero no es un sonido
que quiera incorporar a la banda, creo que sería algo
áspero. Nunca pensé en usarlo, pero entonces
una vez en Montreal encontré a este tipo, Mike Doolin,
que construye instrumentos. Realmente lo que fabrica son guitarras,
y había hecho un bajo sin trastes por experimentar
un poco, y lo vi y le dije: “déjame probarlo”,
y nunca creí que acabaría diciendo esto, pero
realmente quería tocar ese bajo. Nunca había
tocado un bajo eléctrico hasta entonces.
Me aporta efectos por su acción,
por la distancia de las cuerdas al mástil y la forma
de pulsar dichas cuerdas. Hay canciones que funcionan mejor
con bajo eléctrico, y yo no quería el sonido
de un eléctrico, pero este bajo tiene ese sonido acústico,
más complejo, hay más profundidad en las ondas
de sonido, porque salen de la vibración del cuerpo,
no sólo de las cuerdas en la pastilla, así que
para mí funciona como un bajo eléctrico, pero
sin forzarme a comprometer el sonido del grupo. Aunque sí
concibo lo del eléctrico en otros contextos, claro,
y estoy segura de que llegará el día en que
empiece a usar un Fender en mi grupo.
ARTURO MORA: De adolescente tocaste el violín. ¿Has
vuelto a coger ese instrumento?
ESPERANZA SPALDING: No. Toqué el violín durante
diez años, desde los cinco hasta los quince, y con
eso ya tuve bastante [risas].
ARTURO MORA: En entrevistas recientes contaste una historia
sobre el consejo que te dio Pat Metheny y que te animó
a convertirte en músico a tiempo completo. ¿Has
tenido ocasión de hablar con Pat después de
eso?
ESPERANZA SPALDING: No. Para mí fue algo importante,
pero para él… Creo que él tan sólo
intentaba ser un tipo amable, quiero decir, fue muy amable
que hiciera eso. Yo había estado mirando planes para
estudiar en Nueva York los meses anteriores a esa semana,
y al final de ese semestre, en primavera, tenía que
decidir si dejaba el contrabajo, si dejaba la música
y hacía otra cosa, y él fue amistoso, él
no conocía mi situación, claro, y llegó
al estudio y me dijo: “Esperanza, tengo curiosidad sobre
qué quieres hacer con tu vida”, y me dijo: “sabes,
todos los días conozco a muchos músicos buenos,
pero puedo decir que tú tienes algo que, si decides
trabajar duro, si decides hacerlo y si realmente trabajas
duro, puedes llegar tan lejos como puedas”. Y entonces
me dijo: “bueno, que pases un buen día”,
pero para mí eso fue como: “bueno, si estaba
buscando una respuesta, aquí la tengo”. Y le
he vuelto a ver desde entonces, pero sólo de pasada.
No le conozco, sabes, pero esta interacción significó
mucho para mí.
ARTURO MORA: ¿Algo así como una revelación?
ESPERANZA SPALDING: Sí, porque la gente dice muchas
cosas, muchas cosas buenas, así que es difícil
valorar dónde está uno, pero como estudiante
todo parece tan lejos, incluso para mí hoy en día,
que no te das cuenta de que avanzas. Intentas llegar lejos,
pero no eres consciente de lo lejos que has llegado ya. Así
que necesitas una experiencia como esta, que alguien venga
y te diga: “oye, lo estás haciendo bien, sigue
así”. Entonces puedes seguir adelante para siempre.
Eso fue alucinante.
ARTURO MORA: La mayoría de las composiciones de tu
nuevo disco son tuyas. ¿Qué buscas cuando compones?
¿Cuál es tu objetivo cuando te enfrentas a un
tema nuevo?
ESPERANZA SPALDING: Acabarlo [risas].
ARTURO MORA: En pocas palabras… [risas].
ESPERANZA SPALDING: Habitualmente tengo cinco o seis temas
a medias, y me tengo que poner en plan: “Esperanza,
ponte a acabar este tema”, porque parece que cada canción,
cada composición tiene su carácter propio, como
si desde las primeras notas todo fuera como un plan genético,
sabes: cada célula te dará información
sobre el resto del cuerpo. Así que tengo como una idea,
una pequeña frase, o una pequeña progresión
armónica, y en esa progresión está todo
el material genético que necesito para construir la
canción, así que todo se trata de intentar construir
la canción que debería existir, el personaje
que debería salir de ahí, y no ir poniendo cualquier
cosa, ¿sabes? Así que es como intentar escuchar
lo que la canción te cuenta sobre qué quiere
ser. Algo así como: tú escuchas unos pocos compases,
y a veces las cosas te sorprenden, pero todo suena como si
se supusiera que tenía que estar allí, como
si tuviera su propio carácter. De modo que al acabar
una sección y empezar con el puente, siento que es
necesario un puente, como si pudiera oírlo de una forma
inconsciente, muy pasiva, como si el puente quisiera estar
ahí, y entonces hay que encontrarlo. Es casi como:
cierra tus ojos, relaja tu mente y casi puedes escuchar qué
viene ahora, y ese es el reto: encontrarlo.
ARTURO MORA: Así que es algo así como un desarrollo
de abajo arriba, no partes de una visión global del
tema, sino que lo desarrollas desde un esbozo.
ESPERANZA SPALDING. Sí, cuando escucho un fragmento
pequeño o algo así, no soy consciente, hay partes
que están claras y me hacer llegar al resto del tema,
¿sabes?
ARTURO MORA: Todo el mundo sabe que eres profesora de Berklee.
¿Qué material utilizas para enseñar a
tocar el contrabajo? ¿Dónde concentras más
tus esfuerzos: técnica, sonido, lenguaje jazzístico,
de todo un poco…?
ESPERANZA SPALDING: Realmente depende… Generalizando
puedo decir que en general donde más me centro es en
enseñar a mis alumnos cómo aprender, porque
creo que se pierde mucho tiempo en clase practicando, estudiando,
escuchando… Así que lo que intento contar a mis
alumnos es cómo sacar las mayores posibilidades a todo
lo que hacen para aprender. También tiene que ver con
cómo practican, para estar seguros de que obtienen
lo máximo, ver cómo escuchan cuando están
escuchando… Lo que intento hacer es enseñarles
cómo encontrar información, de modo que si vienen
con una idea central yo les ayudo a encontrar ejercicios que
puedan hacer. Mi idea es: quiero que, en el futuro, si sienten
que les falta algo en su forma de tocar, sepan cómo
localizarlo, dónde buscar, cómo buscar y cómo
incorporarlo a su forma de tocar, porque eso es lo que uno
tiene que hacer como músico, y uno siempre tiene mentores,
pero… Y lo más impresionante es que los alumnos
aprendan por sí mismos cómo encontrar su camino
y cómo asimilar la información.
ARTURO MORA: En cuanto a cantar y tocar el contrabajo a la
vez: ¿ocurre esto de forma natural o estudias cada
interpretación poco a poco para mezclar ambas acciones?
ESPERANZA SPALDING: Para algunos temas específicos
trabajo despacio para que todo funcione, y luego también
practico ejercicios que me ayuden a cantar, tocar y tener
independencia, ser capaz de escuchar una cosa y tocar otra
y escuchar ambas. Me encantan los libros de Aebersold (1),
no necesariamente a tocar con la banda [que toca en los CDs
de acompañamiento], sino a tocar cada acorde en el
contrabajo y luego cantarlo a la vez desde otro intervalo,
tocando la escala en una dirección en el contrabajo
y cantándola en otra dirección con la voz, de
modo que al hacerlo en tiempo en real la armonía se
mueve lejos de ti. De esta forma puedes escuchar todo en ambas
voces. Cuando improviso sólo puedo escuchar a una mente,
si quiero improvisar cantando y tocando, ¿qué
puedo hacer para escuchar ambas? Cuestión de práctica.
O en algunos temas en directo… Si quiero hacer un
tema de Betty Carter, averiguo cómo tocar el arreglo,
cómo practicar este tema concreto despacio al principio,
para ir luego incrementando el tempo hasta que se hace natural,
y entonces en el escenario sigo practicando la canción;
las habilidades necesarias ya las practiqué antes.
ARTURO MORA: Entonces en vez de cantar y tocar a la vez de
forma natural, lo que haces es trabajar duro para que suene
natural.
ESPERANZA SPALDING: Sí, y lo bueno es que al principio
todo el mundo hace esto de forma inconsciente, escuchando
las canciones; yo puedo recordar la armonía, las melodías,
la forma, y de una manera muy natural, sabes. Pero la parte
que no es natural viene cuando estás sobre el escenario
y eres responsable de muchas cosas más allá
del mero hecho de cantar y tocar. Practico mucho para no tener
que pensar en todo esto. Cantar es casi como actuar, tienes
que involucrarte en cada palabra, tienes que sentirla, no
tiene nada que ver con cantar una canción, o recordar
la letra. Practico muy duro y luego en el escenario todo se
hace fácil.
ARTURO MORA: Ya te lo pregunté el año pasado
en Vitoria, pero para que lo sepan nuestros lectores: ¿tienes
oído absoluto?
ESPERANZA SPALDING: No.
ARTURO MORA: Eso es justo lo que me dijiste [risas].
ESPERANZA SPALDING: Estoy trabajando en eso, pero es curioso,
escucho a mucha gente con la misma historia, es como un fenómeno
extraño, como si al tocar tu instrumento supieras qué
nota estás tocando, como si al escuchar una nota o
un acorde en algún sitio supieras cuál es. Pero
no tengo oído absoluto.
Conozco gente que tiene oído
absoluto y les he visto volverse locos en los conciertos cuando
su instrumento está un pelín desafinado.
ARTURO MORA: Hablemos un poco sobre tu equipo: ¿qué
contrabajo usas, cuáles son tus amplificadores y pastillas
favoritas, y quién es tu lutier?
ESPERANZA SPALDING: Tengo unos cuantos contrabajos, pero
el principal es… no sé qué es, probablemente
de mediados del siglo XIX, francés o alemán,
pero con muchas modificaciones. Tiene tapa de abeto y el batidor
no es de ébano, no sé de qué es. Es más
grande que un tres cuartos y más pequeño que
un cuatro cuartos, pero sin un tamaño definido. También
tengo otro contrabajo con batidor de arce que suena impresionante,
no sé quién lo hizo. Y también uso el
Czech-Ease que fabrica David Gage, que además es mi
lutier. Empecé a usarlo en julio y está muy
bien, me encanta, y la pastilla que uso es The Realist, de
David Gage. También uso el [amplificador] Gallien-Krueger
MB150, pero he tenido problemas con él hace poco, no
suena ahora como lo hacía al principio, pero uso amplis
GK.
ARTURO MORA: Parece que tu espectro musical es muy amplio.
¿Qué música escuchas por simple placer?
ESPERANZA SPALDING: Muchas cosas. Me estoy volviendo adicta
a Amazon.com. Escucho el nombre de un artista en la radio
y entonces me meto en Amazon y hay cinco de sus discos, y
me los envían por correo en unos días. Escucho
a A Tribe Called Quest, R&B, Cee-Lo… Es
difícil clasificar a alguien así, son algo así
como los maestros de la producción, los Wayne Shorter
de la producción, sabes, los sonidos que usan son muy
creativos, como Outkast, sabes. Pero realmente no lo escucho
por placer, siempre estoy intentando incorporar algo a mi
música. Esa música es tan apasionante e interesante
que intento encontrar en ella sonidos y grooves que
se puedan usar en una banda acústica, conseguir en
un grupo acústico el mismo tipo de sensación.
Pero también hace poco he
estado escuchando el disco de Ed Blackwell y Don Cherry. Mi
iTunes tiene algo así como 89 estilos distintos, sabes,
tantos como puede haber, y habitualmente uso la reproducción
aleatoria hasta que encuentro el disco que quiero escuchar.
ARTURO MORA: ¿Te consideras un músico de jazz?
ESPERANZA SPALDING: Sí, claro que sí. Y lo
bueno es que eso no significa que no pueda ser también
otro tipo de músico, quiero decir, soy un camaleón,
sabes.
SERGIO CABANILLAS: El que te consideres un músico
de jazz no guarda coherencia con algo que dijiste el año
pasado en Vitoria sobre comprarle una casa a tu madre…
[risas].
ARTURO MORA: Sí, cuando tocaste un tema pop como bis.
¡Somos la policía del jazz! [risas].
ESPERANZA SPALDING: [riendo] ¡Ah, pero eso está
bien! Es como el otro día: estuve en Israel con Terri
Lyne Carrington y Geri Allen, y había un músico
de pop tocando antes que nosotras en el mismo festival, y
el mismo público llenaba el auditorio. ¿No es
extraño que sea el nombre lo que hace a las cosas distintas,
la marca comercial, en vez de el sentido que le das a la música?
La misma gente viene a ambos conciertos, es algo muy extraño.
Así que sí, me considero
un músico de jazz, y eso realmente no quiere decir
nada, todo lo que quiere decir es que puedo tocar jazz bien.
Prácticamente cualquier artista que conocemos del mundo
del R&B o del pop conoce todo el rhythm&blues,
todo el hip-hop, todo el soul y todo el
jazz, y eso impresiona. Alguien como John Mayer conoce todo
el rock, todo el folk, todo el soul,
todo el R&B y todo el jazz. Chris Botti, ese tío
realmente sabe tocar, pero eligió hacer lo que hace.
Los músicos de jazz necesitan un toque de atención,
todo el mundo conoce nuestra música, pero nosotros
no conocemos la de los demás, ¿sabes lo que
quiero decir?
ARTURO MORA: Entonces, ¿piensas que el mundo del jazz
puede ser endogámico a veces?
ESPERANZA SPALDING: Por supuesto. Es como muy homogéneo,
es estúpido y triste. Alguien como Robert Glasper,
por ejemplo, su música es preciosa, es increíble.
Pero puede tocar con todo el mundo, y lo hace. Vas a uno de
sus conciertos y puedes ver a todo el mundo allí, cualquier
tipo de persona, ¡esa es la historia!
ARTURO MORA: El jazz se ha alimentado de la mezcla de estilos
desde sus comienzos.
ESPERANZA SPALDING: Exacto, desde el principio, siempre ha
sido así. Como con Motown, los de la sección
rítmica tocaban jazz juntos, y luego iban al estudio
y hacían lo que hacían, sabes.
ARTURO MORA: ¿Cuáles son tus planes a corto
plazo y por qué camino te gustaría que se desarrollara
tu música a largo plazo?
ESPERANZA SPALDING: A corto plazo, supongo, tengo algunos
proyectos con otros músicos, estoy trabajando en la
música del nuevo disco, así que durante los
próximos meses me encerraré y dejaré
claro qué va a pasar en cada canción, a quién
necesito dónde, qué instrumentos necesito en
cada tema, y eso supone mucho trabajo, sabes, al nivel al
que lo quiero hacer. También hay algo con Terri Lyne
Carrington, estamos hablando sobre la posibilidad de hacer
juntas un proyecto de verdad. Es increíble, una gran
compositora también. Increíble.
Y a largo plazo… trabajar con todo el mundo, ser capaz
de tocar al lado de grandes músicos, porque así
es como se aprende, sabes. También incluyéndoles
en mi música. Mejorar el espectáculo, trabajar
duro en eso. Y siempre estar preparada para asegurarme de
que ante cualquier cosa que pase, puedo bordarlo.
(1) Libros y CDs de práctica de Jamey Aebersold con
un grupo tocando en ellos, habituales entre estudiantes de
jazz.