PACHI TAPIZ: Vents, publicado en Psi, el sello de Evan Parker, incluye ocho temas que toman los nombres de ocho tipos de vientos como “Tramuntana”, “Mestral”, “Llevant” y “Ponent”). ¿Fue Vents un disco de música programática?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: No es música programática ni por asomo. Los nombres los pusimos a posteriori, después de mezclar. Pasó como con los niños, que se les pone el nombre después de nacer.
PACHI TAPIZ: El disco está grabado a lo largo de seis meses. ¿Cómo surgió la grabación?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: Los temas son improvisaciones hechas en mi casa. El método de trabajo fue encontrarnos unas cuantas veces (creo que fueron tres), grabar una hora de música cada vez y luego seleccionar lo que nos pareció mejor y más coherente con el resto de los temas. Los nombres vinieron porque al final nos quedaron ocho temas y nos dimos cuenta que hay ocho vientos en la rosa de los vientos. Así de sencillo. Nada preconcebido. De hecho pensamos en la música por sus valores musicales exclusivamente. Pero Evan sugirió un título en catalán y no en inglés, por eso lo de vents en lugar de winds. Aparte de los temas en sí, el orden en que debían ir, digamos la narrativa del disco, fue la cosa que nos llevó más tiempo. Al final estamos muy contentos con el resultado. Es una muy buena muestra de lo que hacemos Joan y yo cuando nos juntamos.
PACHI TAPIZ: Joan Saura y tú tenéis una relación artística que viene de lejos y que se ha desarrollado en varios grupos y formaciones. ¿Cómo ha ido evolucionando vuestra relación a lo largo del tiempo?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: Conozco a Joan desde la época del Gato (Pérez), fíjate tú. Cuando llegué a Barcelona él tenía un grupo de música... ¿progresiva?... ¿experimental?... bueno, lo que fuera. El grupo se llamaba Koniec, tenía raíces en el rock y ramas en todas partes. Era la época de la Música Laietana. A mediados de los ochenta coincidimos en un concierto en las fiestas de la Mercè. Yo tocaba de telonero de ellos en la plaza del Rei de Barcelona. Luego, más tarde, a finales de los ochenta tocamos juntos Koniec + Agustí Fernández para un programa de TV2 que se llamaba Glasnost.
Poco a poco fuimos coincidiendo cada vez más. Los dos hemos estado muy involucrados en hacer música para danza y esto también es otro punto de contacto. Ambos coincidimos y formamos parte del inicio de la "Orquesta del Caos" y del colectivo IBA (Improvisadors de Barcelona Asociats). Desde hace más de 10 años tenemos el Trio Local, junto con Liba Villavecchia (saxos), y también hemos colaborado en algunos proyectos especiales
como el homenaje a Durruti en 1996 (creo) en el que Joan tocó en un grupo que formé con Evan Parker, Peter Kowald, Wolfgang Reisinger y no recuerdo si Lê Quan Ninh o Carlos Zingaro, o ambos. También más recientemente en un proyecto que hice sobre canciones de la Guerra
Civil española en Girona. Pero nunca habíamos hecho un dúo. Fue a raíz de un concierto que dimos hará unos tres o cuatro años en Camallera, junto con Evan Parker y Marc Egea, que salió la idea de tocar en dúo. De hecho la idea surgió de Evan, él es el "culpable" de esta grabación, él la instigó y la ha sacado en su discográfica. Y ahora, como ponen los tebeos, habría que decir: "continuará..."
PACHI TAPIZ: Si no me equivoco tu proyecto sobre canciones de la Guerra Civil ya está grabado. ¿Se publicará en algún momento?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: Lo de Clavells Vermells no está previsto que salga, de momento. Quizás en el futuro, pero ahora no es prioritario.
PACHI TAPIZ: ¿Cómo afrontas la creación de la música con los proyectos de danza? ¿En ese ámbito también tienes la posibilidad de improvisar libremente o crear en el instante?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: Lo de la danza es algo muy fructífero y que me da mucha información y otra visión del hecho artístico complementaria a la mía. Normalmente improvisamos libremente, aunque no descarto otras fórmulas.
PACHI TAPIZ: Vamos con otro disco. Ambrosia, tu dúo con Joe Morris. Un músico con el que has comenzado a colaborar –al menos en forma de grabación– desde no hace mucho tiempo. ¿De dónde viene vuestra relación artística?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: Conocí a Joe Morris hace un par de años, en Valencia, durante la grabación de Valencia del Ramón López Freedom Now Sextet, claro. Estuvimos una semana compartiendo ensayos, grabación y concierto y nos caimos bien mutuamente. Me dijo que si iba a Estados Unicos que le avisara, que encontraría algo para los dos. Y así fue. Cuando fui a dar mi solo en Chicago, le escribí y dimos un concierto en Firehouse 12, New Haven, Connecticut. También grabamos ahí al día siguiente el disco que acaba de salir, Ambrosia. En agosto hemos dado una pequeña gira de una semana por tierras americanas y otra gira europea a la vista el próximo noviembre.
Yo ya lo conocía de los discos, básicamente de sus grabaciones con los Maneri (Joe y Mat) y siempre me había gustado mucho su manera de tocar y de improvisar. Él me conocía a través de Ramón, del trío con Barry. Vino a escucharnos cuando actuamos en el Jazz Standard de Nueva York. ¡Así se forjan las amistades!
PACHI TAPIZ: Sobre Joe Morris: ¿Cuál fue vuestro planteamiento a la hora de grabar
Ambrosia? Me imagino que habría tenido bastante que ver el concierto que ambos disteis en Firehouse 12. Un local en el que no sólo hay muy buenos conciertos, sino en el que también se están grabando unos discos magníficos. Aunque eso me llevaría a ¿cómo os planteasteis el concierto en este local? También relacionado con las improvisaciones, quería preguntarte sobre tu trío con Mats Gustafsson y con Peter Evans con quienes has grabado
Kopros Lithos. ¿Cuando tocáis tenéis algún tipo de planteamiento previo o terrenos por los que transitar?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: La verdad es que las preguntas que haces son fáciles de contestar esta vez, ya que prácticamente son la misma. Pero intentaré matizarla un poco.
Planteamiento a la hora de grabar Ambrosia: ninguno en especial, y lo mismo para el concierto del día antes. El único planteamiento (si se le puede llamar así) sería el de hacer música conjuntamente, y hacerla al mejor nivel posible. Es el planteamiento estándar en la improvisación. Condicionantes: la sala, el piano, la guitarra (que en este caso fue acústica), el público (para el concierto). Y poco más. Sé que suena soso pero es que no hay mucho más: tocar y a ver qué pasa, y tirar del hilo hasta que se acabe.
Firehouse 12 es un local precioso y muy agradable. Ocupa todo un edificio en New Haven. Es una vieja estación de bomberos, de ahí su nombre. El auditorio está en la planta, el bar en el sótano y la vivienda de Nick (el propietario y técnico de sonido) en el primer piso. Todo muy tranquilo y de ambiente familiar. En una de las pausas de la grabación bajaron su mujer y su hija de pocos meses de edad. La verdad es que fue muy agradable, tanto el concierto como la grabación. Y no es de extrañar que los nuevos músicos graben ahí ya que Nick está muy por la labor, le gusta este tipo de música y tiene un estudio perfecto para ella, no muy grande pero tampoco muy pequeño.
Después de la grabación fuimos a una de las pizzerías más famosas de la costa este: Pepe's, donde se sirven unas pizzas de 60 centímetros de diámetro, y no exagero. Hay colas durante todo el día para poder comer ahí. Joe me comentó que la gente de Nueva York (Zorn y otros) se hacen el viaje en coche, dos horas, para comer la famosa pizza del Pepe's.
En cuanto a lo del trío con Mats, creo que la respuesta es la misma. Tampoco nos planteamos nada antes de tocar, en todo caso que qué marca de cerveza quieres y tal... La música, dejamos que fluya tranquila. En cuanto a las aportaciones, son absolutamente libres. Quiero decir que cuando quieres participar lo haces y cuando quieres dejar espacio a los demás también lo haces. Es que el mundo de la improvisación es "la pequeña república perfecta y fugaz" en la que todos los participantes aportan y se apoyan libremente en pos del bien común. O al menos así es como yo lo concibo. Aquello tan manido de "liberté, egalité, fratérnité" solo funciona en la improvisación que yo sepa. Mats dice que este trío es super intenso, que le pone las pilas y se las agota por la intensidad de la concentración, que lo que hacemos es acoustic noise. Yo lo llamo música, simplemente, sin etiquetas.
En cuanto a Peter, se está convirtiendo en el trompetista de moda, de lo cual me alegro, porque es un tío y músico excelente, y se merece todo lo que le está pasando. Leí hace poco una crónica no sé dónde en la que decían que el disco que ha hecho con su quinteto (Ghosts) dentro de diez años lo veremos como un clásico porque se ha inventado una nueva manera de enfocar el jazz. No sé si yo iría tan lejos pero casi, casi. Tiene una visión muy clara y enfocada de lo que quiere hacer. Y es un monstruo con el instrumento, por eso se puede adaptar a cualquier situación. ¿Sabías que hace bolos con la sinfónica de Nueva York como suplente? Dice que es para cambiar, pero si no eres muy bueno, más bien buenísimo, la sinfónica de Nueva York no tiene tu teléfono para suplencias.
En julio he estado en los Estados Unidos en una mini gira con Joe Morris. El primer bolo fue en "The Stone" en Nueva York, dentro del programa de presentación de Clean Feed en aquella ciudad. También he aprovechado mi viaje para grabar en trio con Nate Wooley, el otro trompetista fantástico del momento.
PACHI TAPIZ: El pasado año se publicaba Morning Glory, la continuación de Aurora. ¿En qué punto se encuentra el proyecto?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: El proyecto sigue adelante, lo que pasa es que este año hay pocos bolos. Pero el proyecto es sólido y con visos de futuro, sólo falta que se anime el mercado. De hecho, tengo unos temas nuevos que me gustaría incorporar, pero no será hasta que podamos ensayarlos. Hay más bolos apalabrados para 2012 que para este año. Las cosas son como son.
Lo que sí puedo anunciarte es que el mes pasado hemos hecho una nueva grabación con Ramón López (a dúo) y que ha quedado de fábula. Más notícias cuando esté terminada. Estamos en la fase de selección y mezcla.
PACHI TAPIZ: Otro de tus grupos es TriEz. ¿Cuál es el paso siguiente del grupo tras el estreno discográfico? En el concierto que dísteis en San Sebastián en el pasado mes de julio en el Heineken Jazzaldia el repertorio fue en su mayoría con temas ya grabados, aunque no sonásteis cansados, sino más en forma que lo que os he escuchado a TriEz en las tres o cuatro veces en que lo he hecho. La sorpresa fue el tema que dedicasteis a Raúl (Mao), la versión de “We Will Meet Again” de Bill Evans. ¿Tenéis ya pensado un nuevo repertorio, nuevas versiones?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: EL siguiente paso de TriEz es intentar conseguir más conciertos, lo
cual es un trabajo enorme. Las condiciones de contratación han bajado sensiblemente y es muy difícil encontrar bolos, ya no digo bien pagados, sino que cubran los gastos mínimamente.
Tocar en directo hace que el repertorio se asiente y que los temas desarrollen todo el potencial que tienen. Y a partir de ahí es cuando ves qué tipo de nuevos temas puedes y debes añadir, y tomas decisiones musicales para encarar el futuro sobre lo ya hecho. Por eso es tan importante el directo. Pero aquí en España es difícil desarrollar un proyecto musical a partir de los bolos. No me voy a quejar pero... ¡vamos a dejarlo!
En cuanto al repertorio, es un tema que vamos hablando y en el cual nos hemos puesto a trabajar los tres, pero aún no hay temas acabados, hay ideas por concretar y probar si funcionan, por eso necesitamos más conciertos. Mi pequeña aportación en San Sebastián (la versión de “We Will Meet Again” de Bill Evans) fue para incluir algo diferente. Creo que en cada concierto debería haber un tema nuevo, aunque sea una versión de un tema existente, o tocar un tema conocido
de otra manera (que ya lo hacemos) para sacudirse un poco las telarañas e imprimirle dinamismo al grupo. Y para probar a ver qué tal funcionan los nuevos temas en sí mismos, entre nosotros y con respecto al público. Como se dice, estamos en ello.
PACHI TAPIZ: También quería preguntarte sobre tu proyecto basado en la música de Kenny Wheeler que me comentaste en una entrevista anterior. ¿Sigue en marcha? Si no estoy confundido era en compañía de Liba Villavecchia. ¿Seguís los mismos músicos? ¿Tienes intenciones de grabarlo?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: A. El proyecto sobre Kenny Wheeler está parado y no porque yo lo haya parado, es que no hay manera de que se ponga en marcha. Bueno, parece que por aquí no es muy conocido y la gente como que no sabe qué estoy ofreciendo... En principio, si volviera a salir algo sería con Liba, sí, porque tenemos una debilidad por Kenny Wheeler. No conozco mucha gente que lo conozca y pueda tocarlo como lo hace él. Es una música melódicamente muy bella, aparentemente sencilla pero de una gran sofisticación armónica. A la que te despistas te has ido de la armonía. De momento no hay intenciones de grabarlo.
PACHI TAPIZ: Tu última grabación es El laberint de la memória. Aquí no habría mucho que preguntarte ya que en las notas del disco relatas cómo surgió el proyecto. Por un lado, ¿has tenido o vas a tener la oportunidad de presentarlo en directo? Por otra parte, el material sobre el que trabajas en este proyecto es la música clásica española del siglo XX, aunque no la empleas de un modo directo sino como un eco de ecos pasados. ¿Cómo planteaste las improvisaciones a partir de un material tan particular?
AGUSTÍ FERNÁNDEZ: El laberint de la memória aún no ha sido presentado en directo. De hecho, estaba esperando el disparo de salida oficial (cuando esté en las "tiendas") que, según me dijo Joao Santos, el editor, es el próximo 21 de septiembre. A partir de ahí a ver si salen críticas y se mueve un poco el cotarro. Yo creo que al ser un solo, y tal como están las cosas últimamente, puede tener salida, por lo asequible. Pero nunca se sabe, a veces lo que parece obvio es lo que no sucede, por razones que se me escapan. La verdad es que me gustaría presentarlo como Dios manda. Hablé con María Antonia (García) y con Joao (Santos) y vamos a ver si podemos coordinar una presentación en Madrid y otra en Barcelona, y alguna más si se puede.
Lo del planteamiento de las improvisaciones no sabría explicarlo, cada tema tiene un enfoque diferente. A veces ha sido a partir de una melodía, o un ritmo, o una secuencia armónica. Pero en general ha sido más bien a partir de recuerdos personales míos, no necesariamente musicales, y de cosas que me suenan en la cabeza de cuando era crío y tal. Sé que es muy poco científico lo que digo, pero es un disco de sensaciones, de recuerdos, de ahí el título.