No se trata de ensalzar la obra y figura de los
músicos fallecidos, ya conocemos la malsana costumbre de santificar a
muchos difuntos, que a menudo no han sobrepasado los limites de la
vulgaridad. Sino al menos intentar valorar su legado cultural, y
rememorar a aquellos a los que lamentablemente con demasiada frecuencia
se olvidan.
De los que últimamente se han ido, y cuyo
recuerdo deberíamos conservar, está Lester Bowie. No considero
discutible que ha sido uno de los trompetistas más interesantes de las
ultimas décadas. Forma parte de esos músicos que aportan aire fresco a
la escena musical tan necesario para que el jazz siga viviendo. No es
que ese aire fuera un vendaval pero desde luego mucho más que una brisa,
lo suficiente como para despeinar a más de uno. Una de sus
características sería su excepcional tolerancia musical sin dejar nunca
la tradición del jazz, rara cualidad. Como trompetista sorprende su
extensa paleta sonora, su limpio sonido (a menudo aderezado de efectos),
su expresionismo y sin duda su técnica. En este caso nada que objetar,
si sobre todo tenemos en cuenta que lenguaje nunca deja de ser
particular.
Sus influencias fueron tan variadas, que en este
punto se hace necesario recordar parte de sus inicios musicales.
Aunque nacido en Frederik-Maryland (1941) su
infancia y adolescencia las pasó en St. Louis, donde aprende de su padre
a tocar la trompeta a los 5 años, forma su primera banda a los 16, y
tras su servicio militar la mayor parte de su trabajo la realiza en
grupos de blues sobre todo en estado de Texas, vuelve a St. Louis y crea
el grupo New Jazz Quintet donde participa a la batería Phillip Wilson.
En 1965 se convierte en el director musical de la cantante y pianista
Fontella Bass (quien sería su mujer), al año siguiente se desplaza a
Chicago donde conoce a Muhal Richard Abrams y entra a formar parte del
colectivo AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians),
momento este crucial para el legado que conocemos hoy.
Hasta estos momentos, que simplificando podría decirse que
son sus años de formación, Lester Bowie se ha movido en terrenos del
rock, rhytm and blues y jazz. Ha
acompañado a tipos como James Clay, David “Fathead” New-man, Albert
King, Solomon Burke o Rufus Thomas. Con este
currículo ya estaba preparado para la fascinante aventura del Art
Ensemble of Chicago, formación con la cual se daría a conocer para la
mayor parte de los aficionados al jazz.
Por otro lado habría que considerar el interés
que tuvo Lester por aspectos sociales y políticos: “No sé como puedes tocar cualquier
tipo de música improvisada personal y con sentido sin un contenido
político” “Siempre he preferido a Malcom X, los
seguidores de Martin Luther King no contaban con un programa real para
hacer frente a los problemas, su unico objetivo era la integración... Lo
que hace falta es acabar con esa política que mantiene el sistema de
clases y apoya la trampa del poder”. Y su constante obsesión por
los problemas económicos “Deme dinero para que puedan
realizarse mis proyectos” “Llevo un montón de años en este negocio y
puedo considerar bueno el año en el que gano lo mismo que mi
cartero”.
El Art Ensemble of Chicago, que en un principio
se llamó Roscoe Mitchell Art Ensemble, con Lester Bowie, Roscoe
Mitchell, Malachi Favors, Joseph Jarman y Phillip Wilson se desplaza en
1969 a París, y será aquí donde toma-ría su nombre definitivo: “Los franceses, hablando de nosotros,
y queriendo mostrar que ni eramos de allí ni neoyorquinos, precisaban
siempre que procedíamos de Chicago, por lo que tomamos tal
nombre” y realizarán
su primera grabación. El año siguiente aparece Don Moye por París y
sustituye a Wilson. Esta formación ya no se verá alterada. La ensalada
formada de tradición, modernidad, humor y parodia, y escenificada con
maquillajes, disfraces y poemas por el Art Ensemble of Chicago ha sido
una de las experiencias mas estimulantes que ha sufrido el jazz en las
ultimas décadas.
La inquietud de Bowie, hizo que además de sus aportaciones al
Art Ensemble, creara un buen numero de diferentes proyectos (New York
Organ Ensemble, Sho´nuff Orchestra, From the Roots to the Source)
participara en otros diversos grupos (New Directions de Jack DeJohnette,
The Leaders con Arthur Blyte y Chico Freeman) pero seguramente su grupo
más personal e interesante sea Brass Fantasy: “La Brass Fantasy es una especie de
fanfarria como se encuentran en Nueva Orleans, sin piano, saxofón o
guitarra. Entre finales de los 70 y comienzos de los 80, comencé con un
quinteto de trompetistas, con Malachi Thompson, Stanton Davis, Wynton
Marsalis y Olu Dara. Y realizé mi sueño en 1982, durante un festival de
música clasica en Alemania. Me dejaron formar la orquesta que deseaba,
fue la Brass Fantasy... Las dos principales formaciones con las que
participo, son diferentes, el Art Ensemble of Chicago es un grupo de
artistas, la Brass Fantasy toca en Las Vegas, es una orquesta de
entretenimiento, de música popular. El repertorio de la Brass Fantasy es
muy abierto, viaja entre diferentes géneros. He escuchado Don´t cry for
me Argentina cantado por Madonna, me ha gustado y me he dicho que podría
convenirle a este grupo. Si una canción tiene buenos arreglos, pueden
extraerse cosas interesantes... He retomado incluso un tema de las Spice
Girls”
Algún incauto se atrevió a decir que la música de
Lester Bowie no era jazz, ¡qué equivocado estaba!“Los que consideran el jazz como una
música de repertorio hacen un grave error. El jazz, es un sentimiento,
un concepto, una forma de vivir, una aproximación, una actitud, pero
desde luego no es una música de repertorio. En sí mismo incluye
numerosas formas diferentes. Tengo la costumbre de decir a los jóvenes
músicos que es una forma artística y no una formula o un ejercicio
escolar, académico. Es una música contemporánea con sus formas y sus
emociones, es el sonido de la sorpresa y de la cólera... El jazz crece,
se desarrolla naturalmente transformándose sin interrupción, no puede
estar paralizado o ser asesinado. Nuestro deber es hacer que continúe
este movimiento aportando nuevas ideas. El jazz es real, ¡debe ser
real!”
Tras esto, Lester Bowie me ha dejado sin
palabras, creo que lo mejor que podemos hacer es escuchar su
música.
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