© Luca D'Agostino
IVAN PIVOTTI: Tu carrera se caracteriza por una gran sensibilidad al sonido. ¿Cómo ocurrió, primero al sonido y después al contrabajo? Y algo más, ¿por qué el contrabajo?
GIOVANNI MAIER: El contrabajo ha sido sólo la etapa final de un largo recorrido que me llevó, gracias a la ayuda de mi padre, al estudio del acordeón, del clarinete, de la guitarra y, por fin, del bajo eléctrico. ¿Porque el contrabajo? Creo, pero este proceso no ha sido algo totalmente consciente, que se trate de una mezcla de interés por el "papel" del instrumento dentro del lenguaje del jazz y por su sonido.
IVAN PIVOTTI: Por obra de músicos como Mark Dresser o Stefano Scodanibbio, las "extended techniques" han trasformado el contrabajo en un instrumento de grandes posibilidades. ¿Qué hay en el contrabajo que no haya encontrado en otro instrumento?
GIOVANNI MAIER:Creo que todos los instrumentos tienen infinitas posibilidades expresivas… Lo demuestra el hecho de que también instrumentos en apariencia menores, han tenido en los últimos años un desarrollo que hasta hace poco hubiera sido impensable. Sólo hay que pensar, por ejemplo, en como Carlo Rizzo ha sabido desarrollar con sus panderetas un vocabulario amplio y personal. En fin, creo que es fundamental entender cuál es el tu propio sonido y trabajar en esa dirección. A partir de ahí es posible tocar cualquier clase de música manteniendo una gran coherencia y personalidad.
IVAN PIVOTTI: En tu discografía se alternan grabaciones muy experimentales, en las que dejas un gran espacio a la libre improvisación, con otras que se desarrollan desde esquemas compositivos más rígidos. ¿Estas diferentes elecciones se deben a las características de los músicos con los que vas tocando o más bien en el interés musical que predomina en ti en cada momento?
GIOVANNI MAIER: Lo fundamental es el "sonido propio", y con esta palabra entiendo no sólo el timbre del instrumento, sino un conjunto de características, como el fraseo, el uso de ciertos intervalos, una cierta manera de llevar el compás y muchos otros aspectos. Cuando un músico tiene un "sonido" personal, puede tocar, permaneciendo uno mismo, en muchos contextos: desde el solo hasta la orquesta, desde la música improvisada a situaciones muy estructuradas. Yo no quiero presumir de haber encontrado ya un sonido personal, pero estoy contento de haber entendido que éste es el camino que hay que recorrer. Desgraciadamente la vida "profesional" de un músico nos llevaría, sin embargo, a despersonalizar el propio sonido de uno para revestirse de muchas identidades diferentes, según las diferentes necesidades.
IVAN PIVOTTI: Muchas de las posibilidades del contrabajo están presentes en tus discos en solitario, en los cuales demuestras una gran concentración musical. Es la manera más pura de mostrarse como instrumentista. ¿Qué te atrae de tocar en solitario?
© Luca D'Agostino
GIOVANNI MAIER: Desde luego me atrae el hecho de que el solo se puede considerar el "punto cero" en el desarrollo de mi sonido: lo que hago sólo lo puedo hacer también con otros. Es algo parecido a una composición polifónica contrapuntística: cada voz debe tener su autonomía expresiva para que el contrapunto funcione…
IVAN PIVOTTI: También tocas mucho en dúo, el formato del encuentro, en el que has tocado con músicos electrónicos, percusionistas, guitarristas… ¿Qué es lo que te atrae de ello?
GIOVANNI MAIER: El dúo es seguramente la fórmula con la que mejor congenio; esto me suele pasar también en lasrelaciones sociales cotidianas… Permite muchos espacios sin que falte la mutua estimulación creativa. En el solo hay, evidentemente, muchos más espacios, pero hay que hacerlo todo solo y se necesita una concentración enorme, que yo no siempre consigo mantener. Estoy convencido de que cuando se toca en grupo hay una especie de transvase de energía entre los diferentes "actores".
IVAN PIVOTTI: ¿Cuáles han sido las mayores influencias que han marcado tu música y tu técnica? Si, por un lado, reconocemos el legado del free, de algunas vanguardias post-colemanianas y quizás ciertas reminiscencias estilísticas de Charlie Haden, por otra parte no se puede pasar por alto tu formación clásica y contemporánea.
GIOVANNI MAIER: Todo lo que has citado pertenece absolutamente a mi formación, junto también a cierto rock psicodélico de los sesenta, al estilo New Orleans, al funky… Para un músico es imposible, hoy en día, no tener las influencias más disparatadas.
IVAN PIVOTTI: Al leer tu biografía veo que has participado en master classes de Roscoe Mitchell e Muhal Richard Abrams y que has tocado con la mayoría de los músicos europeos de vanguardia. ¿Cuáles han sido más significativos? ¿Qué te han aportado?
GIOVANNI MAIER: Me gustaría aludir a un encuentro de hace pocos días: Anthony Braxton. Es una persona estupenda, que logra conjugar el rigor y la racionalidad con una inesperada emotividad y con una notable elasticidad mental; verdaderamente una bella persona. He tenido la suerte de trabajar con él junto a la Italian Instabile Orchestra, de la que formo parte desde 1999. Lo interesante en experiencias de este tipo es que puedes ver cómo unos grandes músicos han encontrado su propio "sonido" y cómo gestionan el espacio que está alrededor de eso.
IVAN PIVOTTI: Sin embargo, respecto a la vanguardia jazz norteamericana, y me refiero especialmente a la de Nueva York, ¿qué relaciones mantienes? ¿Las colaboraciones con Tim Berne son hechos episódicos o existe un hilo que te une a ese concepto sonoro?
GIOVANNI MAIER: He trabajado varias veces con Tim Berne, pero también con Herb Robertson, Chris Speed y, hace poco, he grabado con mi grupo junto a Marc Ribot. Sobre todo respecto al lenguaje, me siento muy cercano a este área estilística.
© Luca D'Agostino
IVAN PIVOTTI: Tocas tanto con grupos muy melódicos como con otros de concepto armónico muy avanzado pero, al menos desde España, se ve que es el primer aspecto el que prima en el jazz italiano…
GIOVANNI MAIER: Bueno, a veces se abusa demasiado del enfoque melódico para conseguir vender mejor los propios proyectos… a lo mejor aliñándolo todo con un bonito baño étnico… o incluso incluyendo un cantante pop… Al final, el resultado no suele acercar el artista a su propio "sonido". Dicho esto, hay que admitir que el enfoque melódico es algo que me atañe muy de cerca: por ejemplo, tengo una fuerte influencia de un gran melodista como Ornette Coleman.
IVAN PIVOTTI: Me da la sensación que la escena jazz italiana es la resultante de las tendencias estilísticas que los músicos de unas determinadas ciudades o regiones logran crear. ¿Cómo se puede explicar el emerger de la original corriente de la que formas parte en la frontera italiana del norte-este?
GIOVANNI MAIER: El territorio donde vivo ha sido por mucho tiempo "subdesarrollado", en lo que respecta la música improvisada. A un fuerte provincialismo se añadía la ignorancia hacia las instancias más innovadoras. Pero, con el tiempo, esta situación desfavorable se convirtió en una ventaja: ha sido como disponer de un amplio terreno donde construir nuestra ciudad, y en los últimos años han proliferado los "albañiles"…
IVAN PIVOTTI: Has tocado con todos los grandes del jazz italiano, de todas las tendencias, desde Enrico Rava, a Giancarlo Schiaffini, Stefano Battaglia, o la Italian Instabile Orchestra. ¿Cómo ves el jazz italiano desde dentro?
GIOVANNI MAIER: ¡Hay de todo! ¡Desde los tradicionalistas hasta los radicales, de las cosas más previsibles a momentos absolutamente geniales! A lo mejor no es muy fácil para todos expresarse, también porque no siempre la continuidad del trabajo de uno está relacionada con la calidad de sus ideas sino con otras variables… Lo más importante es que están aflorando una multitud de nuevos músicos: jóvenes, decididos, creativos y con buenas ideas emocionantes.
IVAN PIVOTTI: Desde España se percibe como una escena dotada de vitalidady variedad, sobre todo en cuanto a músicos jóvenes. No sé si se trata del crecimiento del nivel musical o de visibilidad …
GIOVANNI MAIER: Como decía antes, no es siempre fácil tener algo de visibilidad, sobre todo para los más jóvenes, pero es bonito ver como consiguen eludir numerosos obstáculos, especialmente con el arma de la autoproducción, hasta el extremo de costearse a expensas propias con tal de que salgan sus trabajos y para poder expresarse en directo. El nivel musical ha crecido sin duda de manera exponencial en los últimos años.
IVAN PIVOTTI: A pesar de tu apellido centroeuropeo, aflora de vez en cuando en tus trabajos una identidad mediterránea (la duradera colaboración con el Sud Ensemble de Pino Minafra o la tarantella que empieza una grabación junto a Gianluigi Trovesi son ejemplos de ello). ¿Crees que podemos hablar de "jazz mediterráneo"? ¿Cuales serían sus características?
GIOVANNI MAIER: He habido una época en la que he estado muy vinculado a la música popular, sobre todo a la balcánica (es verdad que mi apellido es de origen austriaco, pero también tengo raíces griegas…). Actualmente, estoy menos interesado a ese marco musical, estoy más bien cercano a un cierto enfoque mediterráneo a la vida, en general, que debería ser más abierto... pero, ¿será verdad esto?.
IVAN PIVOTTI: Has fundado grupos de todo tipo y género (Mosaic, Wergeld, Entropía, Open Doors Trio…) con el objetivo, creo, que de experimentar con todas tus facetas como músico. ¿Qué te mueve a crear un grupo nuevo?
GIOVANNI MAIER: La ilusión de cruzarme con personas nuevas, para compartir con ellas mi búsqueda del "sonido". Cuando formo un grupo pienso siempre en las personas y en cómo podrán interaccionar entre ellas, sobre todo desde el punto de vista social, y no solo musical. Sólo en un segundo momento pienso en los instrumentos que estas personas usan para exprimir su "sonido". Normalmente, si funciona desde el punto de vista humano, seguramente funciona también la música.
IVAN PIVOTTI: Los numerosísimos músicos con los que has tocado y normalmente tocas forman una red muy densa del panorama del jazz italiano (Tiziano Tononi, Michele Rabbia, Roberto Dani, Zeno de Rossi, Giorgio Pacorig, Zanchini, Cavallanti…) ¿Qué os une? ¿Qué es lo que buscas normalmente en un músico?
GIOVANNI MAIER: La persona, el sonido, el carácter, el corazón.
IVAN PIVOTTI: Algunos discos, ya "antiguos", como Hasta Siempre [C.M.C. 9940 de 1993] con Claudio Cojaniz y T. U. Ghandi o Masut [Notacd 2.20, de 1994] al que he hecho referencia antes citando a Trovesi, permanecen en mi personal recuerdo. ¿Cuáles de las grabaciones a las que has dado vida recuerdas con particular cariño?
GIOVANNI MAIER: Por lo dicho antes respecto al contrabajo sólo, me gusta Polaroid [Notacd 2.60, de 1998], aunque quizás no sea la más lograda (he producido cinco y la sexta está en preparación), es seguramente la que más trabajo me ha costado: cuatro años de reflexiones, virajes, correcciones, exaltaciones, etc…
IVAN PIVOTTI: Uno de tus grupos más interesantes es Mosaic (por el cuidado en los arreglos, su estupendo contrapunto…). En su primer disco encontramos, cosa poco común en tu obra, algunos standards ("Summertime", "Black Bottom Stomp"...) y una versión sorprendente del "Red" de King Crimson. Sin embargo en el segundo son todas composiciones originales. ¿Qué buscas con Mosaic?
GIOVANNI MAIER: Mosaic nace en una época en que pensaba poder expresar mi "sonido" a través la coexistencia de todos los aspectos compositivos de mi identidad musical. Y esto se lograba casi exclusivamente en el factor compositivo; descuidaba el aspecto de la ejecución: me preocupaba sobre todo de componer, hacer arreglos y dirigir. Actualmente, también por causa de las dificultades organizativas relacionadas con una formación numerosa, he dejado un poco de lado este proyecto, pero me encantaría un día reabrir esta herida e intentar introducir en ese tipo de situación mis ideas más recientes, relacionadas esencialmente con la búsqueda del "sonido" como contrabajista.
IVAN PIVOTTI: Has fundado Palomar Records, cuyo nombre presumo proviene del personaje de Italo Calvino. ¿Qué te movió a dar inicio a un sello discográfico?
GIOVANNI MAIER: En la homónima obra de Italo Calvino, el protagonista Palomar escruta en los detalles más mínimos, con un obsesivo escrúpulo de precisión, las cosas que pasan delante de sus ojos en la vida cotidiana. No es casualidad que tenga este nombre también un potente telescopio que se encuentra en EE. UU. Yo procuro explorar el universo musical con el mismo celo y, para poder documentar los resultados de esta búsqueda de manera precisa y detallada, necesito poder llevar personalmente esta pequeña discográfica con la que produzco mis trabajos de manera ágil, con un desgaste de energías mínimo y, sobre todo, en tiempo (casi) paralelo a la evolución de mi producción artística. Así nació Palomar Records [www.lucadagostino.it/palomar], casa autogestionada que trabaja casi exclusivamente en autoproducción y con tiradas limitadas (50-100 copias por obra). El ámbito musical va desde la música contemporánea hasta la libre improvisación.
IVAN PIVOTTI: Últimamente asistimos, también en algunas recientes colaboraciones tuyas, a numerosas experiencias de jazz electroacústico. ¿Cómo te relacionas con la electrónica en la música? ¿Te has planteado alguna vez el uso de pedales o loops para tu contrabajo?
GIOVANNI MAIER: En absoluto. El único capricho que me permito es el pedal wah-wah, de vez en cuando… Las potencialidades expresivas del contrabajo son tan amplias que no necesito vestir su sonido. En todo caso, me interesa poder dialogar con otros músicos que, a través de la electrónica, me llevan a territorios inéditos.
IVAN PIVOTTI: Proyectos futuros…
GIOVANNI MAIER: La respuesta es muy simple: trabajar en la dirección de mi "sonido"y poderlo hacer con continuidad.
|