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..: PAT METHENY. Otra noche tranquila

Pat Metheny - What’s It All About

Composiciones: “The Sound Of Silence”, “Cherish”, “Alfie”, “Pipeline”, “Garota de Ipanema”, “Rainy Days And Mondays”, “That's The Way I've Always Heard It Should Be”, “Slow Hot Wind”, “Betcha By Golly, Wow”, “And I Love Her”

Músicos: Pat Metheny (guitarras barítono, acústica y Pikasso de 42 cuerdas).

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“Creo que las canciones de las que te enamoras cuando empiezas a descubrir la música de forma seria tienen un significado que te marca de por vida. (…) Animo a tocar la música que te gusta de la forma en que quieres oirla. Para mí, las canciones de los Beatles con las que crecí, los temas de Jobim, incluso los temas de Bacharach tienen una resonancia especial en algún lugar dentro de mí. Algún día espero llegar a un punto donde pueda encontrar algo realmente mío que añadir a esos temas que tanto me gustan. (…) La belleza que escuchas en la música como aficionado siempre se puede encontrar en algún sitio dentro del músico que vive en tu interior”.

(Pat Metheny en el foro de patmetheny.com, 15 de junio de 2000)

Pat Metheny lleva años combinando manifestaciones colosales con proyectos low cost . Si The Way Up , la gran sinfonía orquestal del Pat Metheny Group, vino precedida por One Quiet Night (grabado en su casa con la guitarra barítono), a la gigantesca producción del Orchestrion le sucede este What's It All About , una colección de temas pop también grabada en su casa, en este caso con tres guitarras distintas.

What's It All About es el quinto proyecto de Pat Metheny sin más músicos que él mismo, tras New Chautauqua (1979), Zero Tolerance For Silence (1994) y los mencionados One Quiet Night (2003) y Orchestrion (2010). Su objetivo era reinventar las canciones que escuchaba antes de empezar a tocar la guitarra, cuando era un simple aficionado. El camino venía marcado por sus versiones de “Two For The Road”, de Henry Mancini (Beyond The Missouri Sky , 1996), y “Ferry Cross The Mersey”, de Gerry & The Peacemakers, registrado en One Quiet Night (CD al que es obligado referirse una y otra vez, dada la enorme similitud sónica y estilística con este nuevo trabajo).

No parece tan similar, en cambio, en el inicial “The Sound Of Silence”. Metheny aborda el clásico de Simon & Garfunkel con la guitarra Pikasso de 42 cuerdas. Todo un reto, ya que la afinación de dicha guitarra limita sus posibilidades, y los temas interpretados hasta ahora en tal instrumento (“Into The Dream” – Imaginary Day , 1997– y “The Sound Of Water” – Metheny Mehldau Quartet , 2007) se apoyaban en la abstracción y la variación dinámica. “The Sound Of Silence” es reconocible, melódica y fiel a la versión original, pero además cuenta con un largo desarrollo donde se aprovecha la capacidad de la Pikasso. Impresiona de entrada, además, la calidad de sonido de un CD grabado en el domicilio del propio Metheny.

Dos brillantes armónicos dan la bienvenida a “Cherish”, de The Association. Pat recorre la canción sin dejarse nada, traduciendo el entramado vocal original a su propio mundo folk, el de los cielos de Missouri con los que tanto se identifica y se le ha identificado. Su admiración por Burt Bacharach no es ningún secreto. No solo la ha expresado públicamente en varias ocasiones, incluso escribió con él en mente (“The Longest Summer”, de Secret Story –1992). “Alfie” aporta al disco su título (la letra comienza con las palabras “What's it all about”) y muestra a un Metheny lírico hasta la extenuación, apoyándose en cambios dinámicos y reminiscente a ratos de “The Road To You” ( The Road To You , 1993). Esas armas le permiten sobrepasar los siete minutos y medio de interpretación.

A principios de los años sesenta, “Pipeline” fue todo un clásico instrumental de ese “rock surfero ” que popularizaran los Beach Boys. Pat Metheny obtiene oro de una composición sencilla, afrontándola con agresividad gracias a su depuradísima técnica de strumming , donde su rápido y continuo rasgueo de cuerdas permite percibir las bondades de la guitarra barítono, especialmente dado el uso de la afinación Nashville en el disco. De ese modo, la sonoridad grave se ve afectada por el uso de dos cuerdas temperadas una octava más aguda en medio de la guitarra (cuerdas tres y cuatro). En “Pipeline” tres rangos de frecuencias distintos se distinguen con suma claridad, contrastando especialmente en 1'19”, donde se escucha la melodía aguda superpuesta al conglomerado armónico. Brillante adaptación.

No obstante, la pieza más arriesgada y controvertida del CD es ni más ni menos que “La chica de Ipanema”, transportada de la alegre y brillante tonalidad de Fa mayor a la triste y sombría La menor (aprovechando, de ese modo, el uso de cuerdas al aire, dada la afinación relativa de la guitarra barítono), rearmonizada y llena de acordes suspendidos. Irreconocible al principio, causa una sensación de profundo rechazo sustituída, tras sucesivas escuchas, por interés y después por fascinación. Dice A. Scott Galloway en theurbanmusicscene.com que “esta interpretación suena como un reencuentro con la antaño liviana y dinámica chica, décadas después de que la vida le haya asestado algunos golpes crueles. (…) ¿Está usando Metheny a la chica como una metáfora de Río de Janeiro –la moda y la marcha durante el nacimiento de la bossa nova, pero actualmente plagada de amargas realidades de crimen y racismo intercultural (ya sé, oh, cómo puede vagar la mente)?, ¿o está, nuevamente, la chica antaño «alta y bronceada y joven y preciosa» [«tall and tan and young and lovely» en la letra del tema en inglés] actualmente vieja, desechada y cansada de la vida?, ¿o es el hombre que entonces adoraba a la chica, anhelándola todavía décadas después con aterradora desesperación y maldita nostalgia?”. El universo Metheny no entiende de límites. El de algunos redactores tampoco.

Volvemos a los cielos de Missouri de la mano de una versión relajada, carente de tiempo al principio, del “Rainy Days And Mondays” de los Carpenters. Sin desviarse demasiado de la pieza original, es una de las interpretaciones más logradas del disco. Parece que el tema hubiera sido escrito especialmente para la guitarra barítono. En “That's The Way I've Always Heard It Should Be” Metheny establece una clara diferencia entre primer y segundo plano, con una prominente línea melódica. A la autora, Carly Simon, pareció gustarle la versión (lo manifestó como se hace en los tiempos que corren, publicando un enlace en su muro de Facebook). El guitarrista parece gustarse en el “Slow Hot Wind” de Henry Mancini (popularizado en los años sesenta por Sergio Mendes). Se encuentra cómodo, traza un camino continuo y juega con distintas voces de forma natural.

El soul negro aparece con “Betcha By Golly, Wow”, divulgada primero por The Stylistics y, en los noventa, por Prince. La ausencia de banda, especialmente de sección rítmica, aporta colores muy distintos a la nueva versión, otra vez con guiños a su Missouri natal. Cierra el CD un tema que marca diferencias con el resto: “And I Love Her”, de los Beatles. No solo se trata de una interpretación a guitarra acústica, sin afinaciones inusuales; además es una pieza que Metheny lleva años tocando en directo, generalmente como bis de sus conciertos a trío. Existe información sobre Pat abordando el clásico de Lennon y McCartney en su gira de 1984 con Charlie Haden y Billy Higgins; en 1988 con Steve Rodby y Paul Wertico; en 1990 con Dave Holland y Roy Haynes; con Joshua Redman, Christian McBride y Billy Higgins en 1993; con Larry Grenadier y Brian Blade en 1998, e incluso con el Pat Metheny Group y la Secret Story Band en 1991. Es por eso que el arreglo parece sencillo comparado con los demás. Dulce y fiel al original. Ideal para cerrar el CD.

What's It All About está más equilibrado que su predecesor One Quiet Night . Ofrece una calidad de sonido aún mayor y es más agradable de escuchar (a pesar de haber ganado en 2003 el premio Grammy a mejor disco de New Age –¿? – se trataba de una propuesta árida en algunos momentos). Lo que resulta chocante es el hecho de que, por primera vez en toda su carrera, Metheny nos priva de sus propias creaciones. A pesar de la buena elección de temas, escuchar a Pat interpretando versiones elimina una de sus enormes facetas: la de compositor. What's It All About carece de momentos álgidos donde composición e interpretación se dan la mano de forma orgánica, al nivel de “Song For The Boys” o la retocada “Last Train Home” de One Quiet Night . En este caso parecemos disfrutar de Pat Metheny sin Pat Metheny, por paradójico que parezca. Solo nos queda esperar a futuras producciones y confiar en que la creatividad del guitarrista no se haya visto afectada por su creciente vida familiar. La humanidad no podría permitírselo.