|
|
TETE MONTOLIU, por MIQUEL JURADO (PRIMERA PARTE)
Aquí siempre ha existido –y lamentablemente pervive todavía– la pertinaz y unánime costumbre de infravalorar lo propio para sobrevalorar lo ajeno. "Nadie es profeta en su tierra", gusta de afirmar nuestra gente con la mayor impudicia. Y en el jazz, el caso típico se llama Tete Montoliu. Pues bien, dejémosle de una vez la palabra para que él mismo desmienta –sin señalar a nadie– el sambenito del "no somos nada" que tantos se autoimponen cual medalla justificadora. Al menos él, tal como figura en el rótulo dorado que adorna su puerta, es "V. TETE MONTOLIU I MASSANA – PIANISTA".
MIQUEL JURADO: VICENS MONTOLIU I MASSANA nació en Barcelona el 28 de marzo de 1933, hijo de un conocido músico barcelonés que era miembro de la Banda Municipal y de la Orquesta del Gran Teatro del Liceo.
TETE MONTOLIU: En mi casa, al ser mi padre músico, había un piano, y a los cuatro años ya empecé a ponerle las manos encima. Nunca hice tonterías con el piano; tocaba cosas normales con uno, dos o tres dedos, como podía. En el primer colegio de ciegos al que asistí, tenía un profesor de piano con el que, además de seguir estudiando el instrumento, aprendí solfeo. Mi padre nunca pudo enseñarme nada, porque yo no le hacía ningún caso. Él tocaba el oboe y el corno inglés como músico clásico, además del saxo alto y el clarinete como músico comercial, porque nunca llegó a interpretar verdaderamente jazz, aunque él dijera que sí... Entré en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona en 1946, cuando tenía trece años, y recuerdo que el primer día toqué para el entonces director, el Sr. Zamacois, ya fallecido, y al finalizar dijo: "Me parece muy bien, pero tienen que pensar que esto no es un colegio de ciegos" [pronuncia esta frase con aire de falsa solemnidad]. No fue un principio muy alentador. De todas maneras, los profesores se responsabilizaron de mí, y todo fue siempre perfecto. Comencé estudiando directamente tercer curso de piano y cuarto de solfeo.
MIQUEL JURADO: Mientras estabas estudiando en el Conservatorio, ¿tuviste alguna experiencia pública como músico clásico?
TETE MONTOLIU: No, nunca. Siempre he tocado muy mal la música clásica, lo que se dice muy mal. Por esta razón, nunca me ha interesado como intérprete. Ahora bien, considero que es importante haber recibido una formación clásica. Y ello por una razón muy lógica y sencilla. Si tú quieres ser médico, ¿qué debes hacer? Estudiar medicina. Luego, si quieres ser músico, debes estudiar música. Tienes que adquirir la técnica para después dosificarla y que te sirva de recurso para tocar lo que quieres tocar.
MIQUEL JURADO: ¿En qué medida es importante la técnica para interpretar jazz?
TETE MONTOLIU: Muy importante, pero no para utilizarla siempre, sino para desarrollar las ideas que tienes.
MIQUEL JURADO: Sabes perfectamente que entre los músicos de jazz, y sobre todo en los principios de esta música, un gran número de intérpretes era totalmente autodidacta.
TETE MONTOLIU: Eran, eran, eran [repite, haciendo mucho hincapié]. Los tradicionalistas sí, los tipos como Armstrong y gente así. Pero cuando un señor quiere expresarse en el lenguaje de hoy, tiene que hacerlo correctamente, hablando bien ese lenguaje. La técnica ha cambiado, la música ha evolucionado, la vida ha evolucionado. Actualmente no hay más narices que tener recursos para poder tocar. Si después los utilizas o no, eso es otra cuestión. Si piensas que mañana hará buen día, puedes decirlo en muchas palabras o en pocas; si quieres decirlo en muchas, has de tener recursos para poder hacerlo.
MIQUEL JURADO: En los últimos años se ha hablado mucho de la crisis de los Conservatorios en España. ¿En qué aspectos te sirvió esa enseñanza a ti, como músico de jazz?
TETE MONTOLIU: ¿Concretamente me preguntas si me sirvió como músico de jazz? [piensa detenidamente la contestación]. La respuesta es no. Me sirvió como pianista, para saber tocar el piano, y de todas maneras no demasiado, pues al finalizar en el Conservatorio comprendí que no sabía tocar bien y tuve que seguir estudiando con un profesor particular, el maestro Caminals.
MIQUEL JURADO: ¿Cómo era el ambiente jazzístico en la Barcelona de tu juventud? ¿Con qué intensidad se vivía el jazz... ?
TETE MONTOLIU: Con mucho interés, era mucho más bonito que ahora [contesta muy rápido, practicamente sin dejar concluir la pregunta]. Buenos o malos, había músicos que siempre actuaban. Yo era muy pequeño, pero lo recuerdo perfectamente. Había orquestas de baile que tocaban temas americanos. Bien o mal, supongo que sería mal, esto no lo recuerdo. Pero lo importante es que lo hacían. Entre los músicos había una inquietud que, por el contrario, no existía entre el publico. Ahora es al revés: la inquietud está en el público, entre los músicos no la hay.
MIQUEL JURADO: ¿Y por qué crees que se ha perdido?
TETE MONTOLIU: Por culpa de los guitarreros y de los pelos largos. Sí, verás: cuando aparecieron los conjuntos de guitarreros en Londres o en donde fuera y dieron pie a que los chicos de aquí formasen conjuntos iguales, imitándoles, dejándose melena y empezando a ganar cuatro mil duros cada músico por bolo… ¡Imagínate, veinte mil pesetas por músico y por actuación! Cuando esto pasa, el jazz se va a la mierda. Aquí el jazz nunca produjo dinero a nadie, o al menos a ningún músico. Mi padre nunca vivió de esta música.
MIQUEL JURADO: Se habla mucho del jazz, pero ¿qué es exactamente el jazz para Tete Montoliu?
TETE MONTOLIU: Es muy difícil responder a esa pregunta, muy peliagudo. Yo vivo de esta música; entonces, ante todo, debo decir que para mí el jazz es un modus vivendi. Si no pensase así, me moriría de hambre. Todo lo demás ya son tópicos… El jazz es mi modo de expresión, la forma más sencilla que tengo de expresarme, el lenguaje musical que más me gusta. ¿Qué es la música de jazz? Simplemente música, y la música es ilimitada; los que somos limitados somos nosotros. Que yo diga: "esto es el jazz, esto no es el jazz", sólo tiene valor para mí. A lo mejor lo que para mí no es jazz, para ti o para cualquier otro sí que lo es, y entonces yo no tengo nada que discutir.
MIQUEL JURADO: ¿Cómo fueron tus inicios en el campo del jazz?
TETE MONTOLIU: Mal o bien, yo siempre había intentado tocar jazz. Mi primer contacto real fue a través de Don Byas, que vivió durante dos años en Barcelona. Llegó con la orquesta de Bernard Hilda y después estuvo actuando, solo, en todo tipo de locales y con la orquesta de Lluís Rovira… Don Byas venía casi cada día a comer a mi casa. Allí tuve ocasión de tratarle a fondo. Yo tenía doce o trece años cuando le conocí, y lo primero que me enseñó fue a beber coñac. Fue más que un amigo: fue un padre, musicalmente. Cuando venía a comer a mi casa, siempre se ponía a tocar el saxo con el nene pequeño de la familia, que era yo, y tocaba el piano. Sin decirme nunca: "esto es así" o "esto es de la otra manera", me enseñó a hacer las cosas como tienen que hacerse.
Tete Montoliu y Miquel Jurado en 1992,
durante el descanso de la grabación
de un programa para la televisión francesa.
De la colección privada de Miquel Jurado
MIQUEL JURADO: ¿Actuasteis juntos en público?
TETE MONTOLIU: Sí, en muchas ocasiones. En el Bolero, un club de la Rambla de Cataluña que ya no existe, y en el Rigat, que tampoco existe.
MIQUEL JURADO: ¿Y cuál fue tu debut como músico de jazz? ¿Es cierto que comenzaste en una formación llamada El Lirio Campestre, que tú rebautizaste como Quartet Be-bop?
TETE MONTOLIU: Nunca toqué realmente con El Lirio Campestre. Era un grupo de estudiantes pedantes, antipáticos… Sí, sí, esto puedes publicarlo con letras bien grandes: pedantes, antipáticos, presumidos, presuntuosos, "paveros". Cuando los conocí me quedé con el guitarrista, que era tan antipático como ellos, pero tocaba mucho mejor. Se llamaba Jordi Pérez y al final llegamos a ser buenos amigos, porque yo también soy antipático, presuntuoso y todo eso. O al menos lo era, pero tocaba mejor que ellos. El Quartet Be-bop nació en 1950 y duró hasta 1954. Además de Jordi Pérez estaban: al contrabajo, un hermano de la pianista Alicia de Larrocha, Ramón, al que llamábamos Jerry y, a la batería, un dibujante muy bueno que ahora vive en París, Juli Ribera.
MIQUEL JURADO: En 1955 conociste a Lionel Hampton en Barcelona…
TETE MONTOLIU: Yo tocaba cha-cha-chás con Pilar Morales en un club de maricas de la plaza Calvo Sotelo, el Atelier Club…
MIQUEL JURADO: ¿Allí conociste a Hampton?
TETE MONTOLIU: No, no. Fui a escucharle al Teatro Windsor y al finalizar el concierto, bajé al escenario. Los músicos se quedaron allí y siguieron tocando; yo me senté al piano y me uní a la fiesta [I]. Hampton me invitó a participar con su orquesta en una gira de tres semanas por Francia. Al finalizar teníamos que viajar a los Estados Unidos, pero la mujer de Hampton, que además era la que llevaba los asuntos de la orquesta, se opuso diciendo que en América no podía presentarse con un pianista blanco. Tuve que volver a Barcelona y seguir tocando comercial en salas de fiesta como el Bikini de la Diagonal.
MIQUEL JURADO: Por esa época, grabaste dos discos como jazzman para una editora llamada Saef.
TETE MONTOLIU: Sí, aunque un poco antes había grabado, en un disco con Pilar Morales, dos temas de jazz; los otros dos eran boleros [II]. Los discos para Saef [III] vinieron después. En el grupo, que nunca fue un conjunto estable, estaban Francesc Burrull, Ricard Roda, Ramón Farrán y un contrabajista que actualmente trabaja en Madrid para la televisión, Eduard Gracia. Entonces todos trabajábamos en lugares diferentes, y al acabar el trabajo, a las tres de la madrugada, íbamos al estudio y nos encerrábamos hasta las nueve de la mañana. Los dos discos se grabaron igual.
MIQUEL JURADO: Por cierto que en el segundo de ellos hay un solo de piano: "Willow Weep For Me". El primero de tu carrera.
TETE MONTOLIU: Exacto, fue el primer tema que me atreví a tocar en solitario. Supongo que se lo escuché a Art Tatum y me dije que yo también quería hacerlo.
MIQUEL JURADO: ¿Consideras que éstos fueron tus primeros pasos importantes en el jazz?
TETE MONTOLIU: No. Sin duda, el primer paso importante fue el Festival Internacional de Jazz de Cannes de 1958, porque allí se me brindó la gran oportunidad de hacer lo que verdaderamente quería. Inmediatamente vino el Festival de Jazz de San Remo, en febrero de 1959 (1) [IV]. Gracias a estos dos festivales pude, al año siguiente, actuar en Frankfurt con el quinteto del trombonista Albert Mangelsdorff. Cuando regresé a Barcelona empecé a tocar en el Jamboree con una serie de individuos que acabaron todos en la cárcel, complicados en un famoso crimen. Por fin, en 1961 me invitaron a participar en el Festival de Jazz de Berlín, y éste fue realmente mi lanzamiento. El Festival contaba con importantes figuras americanas como Monk, pero además se formó una orquesta con un músico de cada país europeo: había suecos, daneses, ingleses, franceses... Los pianistas éramos dos: Martial Solal, que actuaba con la orquesta, y yo, que actuaba con el pequeño conjunto. Allí debutamos verdaderamente como músicos de jazz, una cantante danesa, Monica Zetterlund, y yo (2) [V].
© Quàrtica Jazz, 1981
MIQUEL JURADO: En este mismo año, 1961, actuaste en el fin de fiesta del III Festival de la Canción Mediterránea con la Orquesta Maravilla, interpretando dos temas del entonces representante oficial de Tailandia en España: Suwit Bowornwathan. ¿Cómo se montó esta historia?
TETE MONTOLIU: Sí, pero antes, al regreso de Berlín, tuve ocasión de formar mi propio quinteto regular (3). En cuanto a lo del festival barcelonés, todo vino porque aquel año se produjeron unas grandes inundaciones en Cataluña, que causaron grandes estragos. El cónsul en cuestión compuso dos temas y quiso que los fondos que se recaudaran fuesen para los damnificados. Supongo que nunca nadie vio ni un céntimo de ese dinero, desde luego yo no vi ni cinco. Pero, en fin… Cuando me lo pidieron, yo le dije a Francesc Burrull que preparase los arreglos para la Orquesta Maravilla, incluyendo a los músicos de mi grupo. Burrull dirigió la orquesta. Fue todo muy bien. Después ya no supe nada más.
MIQUEL JURADO: Posteriormente apareció un disco con cuatro temas, Fantasía Musical Tailandesa, a nombre de la Orquesta Montoliu.
TETE MONTOLIU: Sí, era la orquesta de mi padre y el pianista era Burrull. Yo no pude tocar porque en aquel momento tenía un contrato en exclusiva con otra firma. En junio de 1962 se disolvió mi quinteto y ese mismo año acompañé a Stéphane Grappelli en Jamboree, con Eric Peter al contrabajo y un batería del que no me acuerdo en absoluto; debía de ser muy malo, cuando no lo recuerdo. Yo con los baterías tengo siempre problemas muy grandes. Normalmente se creen que están en una riña: no saben que la batería es un instrumento que también hace música y solamente la golpean de un modo impresionante.
MIQUEL JURADO: ¿Has tocado con algún batería del que guardes un buen recuerdo?
TETE MONTOLIU: Por supuesto. Del que guardo mejores recuerdos es de Billy Higgins, que me ha acompañado durante mucho tiempo.
MIQUEL JURADO: ¿Y Elvin Jones, con el que también has actuado?
TETE MONTOLIU: Una experiencia muy interesante, pero Elvin se considera un concertista de batería acompañado por otros dos señores. Actuar en trío significa que las tres personas formamos un equipo, algo compacto, sin molestarnos los unos a los otros. Hemos de pensar igual, tener el mismo sentimiento musical. Si no es así, no se puede hacer nada.
MIQUEL JURADO: Estábamos en junio de 1962, en el momento de la disolución de tu quinteto…
TETE MONTOLIU: Al disolverse el quinteto fui a Madrid para actuar en el Whisky Jazz con varios músicos americanos, entre ellos uno muy bueno, Chuck Israels. Había también un clarinete llamado Perry Robinson. Permanecí en el Whisky Jazz hasta que, en 1963, Peter Trunk me llamó para inaugurar un club en Berlín, el Blue Note. Estuve actuando allí desde febrero hasta agosto, con Albert Mangelsdorff, Herb Geller, Benny Bailey, Sahib Shihab. Gracias a estas actuaciones pude presentarme durante quince días en el Montmartre Jazzhus de Copenhague [VI]. En aquel entonces conocí a Dexter Gordon, pero no llegamos a tocar juntos. Dexter era la estrella, mientras que yo era el malo del programa, y el malo tocaba con músicos daneses; por ejemplo Ørsted-Pedersen, que tenía 17 años y utilizaba el contrabajo igual de bien que ahora. Después de una pequeña experiencia en Berlín, en octubre regresé al Montmartre para quedarme durante un año. Empecé actuando con un quinteto llamado New York Contemporary Five [VII], compuesto por Archie Shepp, Don Cherry, John Tchicai, Don Moore y un batería ya fallecido, J. C. Moses; estuvimos tocando juntos durante veintidós días. Con este grupo me sucedió una anécdota muy divertida: la primera noche que actuábamos juntos, Archie nos dijo que tocáramos un blues. Pues bien, marcamos el tiempo y empezaron los cinco a hacer unas cosas extrañísimas; aquello no era un blues ni nada. Yo estaba totalmente desconectado, sin saber que hacer... Decidí hacer escalas y arpegios como si estuviera estudiando, do-re-mi-fa-sol, y así todo el rato. Al finalizar, vino Don Cherry muy contento y me dijo: "Ahora tienes el mensaje, ahora hascomprendido esta música". Después actué con el quinteto de Roland Kirk, con Kenny Dorham y con Dexter Gordon, a quien acompañé durante casi seis meses junto con Pedersen y un batería danés llamado Alex Riel.
MIQUEL JURADO: ¿En esta época grabaste con Dexter Gordon?
TETE MONTOLIU: Sí, pero no. No hicimos ningún disco, pero actuábamos varias veces en la radio, y hace algunos años el Sr. Winther, de SteepleChase, compró esos programas y nos pidió permiso para publicarlos, por supuesto pagando. En Copenhague es muy común hacer programas de radio en directo: nosotros actuábamos los jueves por la noche.
© Quàrtica Jazz, 1981
MIQUEL JURADO: Fue entonces cuando acompañaste a Chet Baker y Benny Golson.
TETE MONTOLIU: Sí, por separado. Chet Baker llegó una noche al Montmartre con un contrato por dos semanas. Llegó totalmente pinchado, tan pinchado que ya no le quedaba ni un solo trozo de piel donde vaciar la jeringuilla. Hicimos el primer set juntos; al acabar nos pidió que le esperáramos un momento y ya no volvió. Armó una bronca en una farmacia y le metieron en la cárcel. Tuvimos que acabar el contrato en trío. Nunca más he vuelto a verle [VIII]. En cambio, con Golson fue muy diferente. Una experiencia inolvidable. Actué en el Festival de Molde, en Noruega, dos días con Golson y dos días con Dexter. Estaban también Pedersen y Riel. Luego fuimos juntos al Festival de Lugano y al acabar éste recibí un telegrama de George Wein explicándome que Roland Kirk quería tenerme en su grupo para la gira del Newport Jazz Festival. Recorrimos toda Europa, menos España. Fue horroroso, 21 conciertos en 21 días consecutivos con 25 viajes en avión.
Nosotros actuábamos con Tommy Potter y Kenny Clarke. Además estaban Coleman Hawkins, el quinteto de Miles Davis, Dave Brubeck, Roy Eldridge, Sister Rosetta Tharpe, un tradicionalista que se llamaba Oscar Papa Celestin o algo así, el Charlie Parker Memorial con Sonny Stitt, J. J. Johnson y Howard McGhee… [IX] Éramos 53 músicos en total. Después volví al Whisky Jazz de Madrid para tocar con Dexter, Jean-Luc Ponty, Donna Hightower, que todavía cantaba jazz, y con muchos otros. Aquí fue la primera vez que actué en trío con Eric Peter y Peer Wyboris.
En mayo de 1965 regresé a Barcelona, al Jamboree, con Booker Ervin y Pony Poindexter. Pony era un músico formidable. Actualmente está muy enfermo, presentó una trombosis cerebral y le han trasladado a San Francisco, muy grave, con medio cuerpo paralizado. Después vinieron Art Farmer, Ornette Coleman…
MIQUEL JURADO: Por cierto, Ornette actuó en Jamboree con su trío habitual de entonces: Moffett e Izenzon, ¿verdad?
TETE MONTOLIU: Sí, pero también tocó con nosotros, con Eric Peter al contrabajo y Billy Brooks a la batería. Después volvió Dexter y un trombonista sueco muy interesante, Eje Thelin. Tras lo cual, en 1966, acompañé a Johnny Griffin en el Festival de Bolonia, y luego, siempre con Peter y Billy, fui al Festival de Antibes para acompañar a una señora que está totalmente loca, como una cabra: Anita O'Day. En realidad todas las cantantes están locas. No pienso acompañar nunca más a ninguna. Por ejemplo, te dicen: "Tete, guapo, este tema me lo haces demasiado alto, se ha de tocar medio tono más bajo". Entonces, yo se lo toco medio tono más alto todavía y ellas reaccionan exclamando: "Estupendo, ahora está perfecto". No me ha fallado nunca.
MIQUEL JURADO: Pero tú has actuado con otras cantantes como Núria Feliu.
TETE MONTOLIU: Bien, sí. Pero estamos hablando de cantantes de jazz. Núria es muy buena chica, pero no canta jazz. Haciendo cuplés o cosas de la Mistinguet está muy bien, pero jazz no. Por cierto que grabamos dos discos juntos y en uno no pone mi nombre porque tenía contrato con la casa Concentric y la Núria, con Edigsa [X]. Yo toco en varios temas y todo el mundo preguntaba: "¿A quién me recuerda este pianista?". En fin, la única cantante con clase a la que he acompañado es Cleo Laine: es un pozo de música, algo absolutamente distinto a las otras cantantes. También acompañé a Elia Fleta, la única cantante de jazz que hemos tenido. Si se hubiese cuidado, hubiese aprendido inglés y se lo hubiese tomado en serio, podría haber llegado lejos.
MIQUEL JURADO: ¿Y los cantantes masculinos?
TETE MONTOLIU: Recuerdo sobre todo a uno que se llamaba Winn Morris. Era un tipo muy especial, que antes de cantar tenía que chupar un limón y rezar. Actuamos juntos en Jamboree y dimos algunos conciertos. Un día, en Granollers, en un teatro de gente muy seria, el tío salió a cantar con el limón…
MIQUEL JURADO: En el verano de 1967 [XI] fuiste a Nueva York, invitado por la Cámara de Comercio Española.
TETE MONTOLIU: Cierto, se celebraba la Semana de Barcelona en Nueva York y yo fui acompañado de Núria Feliu. Actuamos en dúo. Después, Núria se volvió a Barcelona y a mí me contrataron para actuar en solitario en el Village Gate, gracias a mi amistad con Willis Conover, el productor de programas de jazz de La Voz de América. Fui por dos semanas y me quedé dos meses y medio. Constituyó una experiencia muy interesante para mí. En Nueva York tuve ocasión de escucharlo todo, lo bueno y lo malo. Recuerdo especialmente la orquesta de Thad Jones-Mel Lewis, y, por supuesto, Bill Evans, que actuaba con su trío en el Village Vanguard. Scotty LaFaro ya había muerto y el contrabajista era un antiguo amigo mío del Whisky Jazz de Madrid, Chuck Israels. En la batería estaba Philly Joe Jones. Un conjunto formidable. Yo iba a escucharles todos los domingos, mi día festivo y él me devolvía la visita todos los lunes por la noche. Bill era un tipo estupendo. Lloré mucho cuando murió. Di un concierto en su memoria en Zeleste, donde además de tocar explicaba anécdotas. Desde entonces, al contratarme quieren que también hable. Pero en general no me gusta hablar, porque no tengo nada que decir.
MIQUEL JURADO: Este contacto con Bill Evans ¿te influyó musicalmente de alguna manera?
TETE MONTOLIU: Musicalmente, no [respuesta rápida y taxativa].
© Quàrtica Jazz, 1981
MIQUEL JURADO: ¿Cuáles consideras que son tus verdaderas influencias musicales?
TETE MONTOLIU: No tengo ningún inconveniente en reconocerlas. Aunque pueda sorprender, no hay ningún pianista. Si miras en mi discoteca verás pocos discos de pianistas. He tratado siempre de escuchar saxofonistas, trompetistas, trombonistas… El piano es un instrumento muy engolosinador ["llaminer"] es como un pastel grande, muy grande, de chocolate y hojaldre, que uno se comería entero. Quiero decir que el pianista toca siempre como un pianista. Un pianista de jazz, con la mano derecha tendría que hacer lo que haría un saxofonista, y con la mano izquierda acompañarse. Teniendo en cuenta esto, mis influencias fueron, ya de muy joven, Lester Young, después Parker, Dizzy, Miles y, la más grande de todas, Coltrane.
MIQUEL JURADO: ¿Y realmente ningún pianista, en ningún momento?
TETE MONTOLIU: Sí, pero no… Hay uno en especial al que todos los pianistas hemos copiado, y si alguno dice lo contrario, es un embustero. Todos estamos amargados porque ninguno llegará a tocar nunca como él. Es Art Tatum. Al decir copiar me refiero a intentar tocar como él, tan bien como él. Si encuentras un pianista de jazz que te dice que esto no es cierto, contéstale que "ja, ja".
MIQUEL JURADO: Veo, por tus comentarios, que consideras el saxo o la trompeta como instrumentos más arraigados en el jazz que el piano.
TETE MONTOLIU: Lo que ves es que yo, cuando improviso, no lo hago como un pianista, sino como un saxofonista o un trompetista.
MIQUEL JURADO: ¿Nunca has tenido la tentación de tocar otro instrumento?
TETE MONTOLIU: Nunca. Ni lo he pensado ni he sentido la necesidad de hacerlo. Soy de los que creo que es mejor tocar un instrumento, pero bien, que dos mal.
MIQUEL JURADO: ¿Consideras la improvisación como la base del jazz?
TETE MONTOLIU: Lógicamente, si no tocaríamos música sinfónica.
MIQUEL JURADO: ¿Y crees en la improvisación total?
TETE MONTOLIU: ¿Sin tema y sin nada? Entonces vamos a parar al jazz libre. Una improvisación total sería "porquemirahoydíaluneshacebuentiempojuevestranvíasabadoalassietedelatarde", y esto no tiene nada que ver con el jazz. Normalmente, los músicos que tocan libre son unos estafadores. Son unos señores que tocan el instrumento así para ocultar su ignorancia del instrumento. O al menos eso creo, en general.
MIQUEL JURADO: Entonces, ¿qué opinas de pianistas como Cecil Taylor?
TETE MONTOLIU: No me gusta nada, nada, nada. Y no me gusta nada porque no lo entiendo. Se engaña a sí mismo. Si se cree lo que toca, es que está loco, y si está loco que lo encierren. Ha grabado un solo disco que me guste, ¡uno solo! Con Kenny Dorham, John Coltrane y Chuck Israels (4). Después está el disco que grabó con Mary Lou Williams en EE.UU., pero no lo he escuchado… Debe de ser como tomar horchata con almejas o algo así (5).
MIQUEL JURADO: Otros pianistas, como por ejemplo, Keith Jarrett…
TETE MONTOLIU: ¡Ojo! [cortando la frase]. Jarrett no toca libre. Keith toca muy bien el piano. Además, aparte de gustarme mucho, se trata de un verdadero amigo. Incluso hemos tocado juntos en una ocasión. En 1966, en el Festival de Antibes/Juan-Les-Pins, me acompañó a la batería. Toca también el saxo, la flauta y, muy bien, la batería, además del piano, por supuesto. Actuamos con Charles Lloyd, Cat Anderson y un contrabajo cuyo nombre no recuerdo. Era el que iba con Lloyd y Jarrett en aquella época [XII]. También actuó con nosotros, en otros temas, Jack DeJohnette. Es un caso curioso este individuo. Si le escuchas tocar el piano lo hace como Jarrett, igual.
MIQUEL JURADO: En grupo, ¿ves factible la improvisación total?
TETE MONTOLIU: No. Sólo si el grupo se entiende muy bien musical y humanamente. Y si antes se han puesto de acuerdo, aunque sea muy poco, en detalles como el tempo o qué tipo de cosa piensan hacer. Si no es así, no puede existir entendimiento. Sería como una conversación en la que tú hablases en francés y yo en alemán, otro tipo en inglés y otro en italiano; no nos entenderíamos nunca. Debemos meternos en la cabeza que la música de jazz es un lenguaje y el que toca está explicando cosas al público; no se limita a tocar, sino que trata de decir algo, de hacer llegar un mensaje al público. Yo, por ejemplo, he cambiado con la experiencia, con el paso de los años. Gracias a la posibilidad de poder tocar con gente mejor que yo, al conocimiento de la vida, de la gente, de la psicología de la gente. Gracias a que he aprendido a dejar todos mis problemas en casa, cuando los tengo, y a entregarme por completo a lo más respetable que hay en el mundo, que es el público. Mi aspiración máxima es tocar cada día más humanamente, a lograr que la gente me entienda. No quiero descubrir nada nuevo, porque me gusta lo que hago. El día que deje de tocar jazz, abandonaré la música.
MIQUEL JURADO: Antes has mencionado a una pianista. ¿Qué opinas de las mujeres que practican el jazz?
TETE MONTOLIU: A mí, por ejemplo, Mary Lou Williams me gusta mucho; es una gran pianista, lo mismo que la japonesa Toshiko Akiyoshi. Yo soy feminista, quiero decir que no tengo ningún prejuicio a este respecto, ninguna clase de discriminación. En cambio no he tocado nunca con ninguna mujer instrumentista, sólo con cantantes. Musicalmente nunca me he relacionado con ninguna mujer.
MIQUEL JURADO: Pero sí has dedicado temas a varias mujeres, y esto es un tipo de relación musical, ¿no?
TETE MONTOLIU: Sí, pero muy pocos: dos [y vacila] no, tres. Uno a una niña de mi colegio que se murió. Otro a una danesa, "Apartament 512", y el último, que por otra parte es el que mejor me ha salido, a la mujer real de mi vida. Es una tema que se titula "Jo Vull Que M'Acariciis".
MIQUEL JURADO: ¿Te consideras un compositor de jazz?
TETE MONTOLIU: No, en absoluto [contundente]. Mis composiciones no están nada pensadas. Por ejemplo, "Jo Vull Que M'Acariciis" nació porque la mujer a quien se lo he dedicado me dijo un día esa frase y yo pensé: "Mira, esto tiene título de tema", y empecé a cantarlo y ya está, salió así.
Ir a la segunda parte de la entrevista
Notas de la entrevista:
- Los acompañantes de Tete fueron, al contrabajo y la batería respectivamente, Doug Watkins y Art Taylor en Cannes, y Arvell Shaw y J. C. Heard en San Remo.
- Esta orquesta, bautizada con el nombre de European All Stars, la integraban (además de los músicos ya citados) Hans Koller (saxo tenor), Arne Domnérus (saxo alto), Ronnie Ross (saxo barítono), Dusko Goykovich y Maffy Falay (trompeta), Albert Mangelsdorff (trombón), Fats Sadi (vibráfono), Franco Cerri (g), Eric Amundsen (contrabajo), William Schiöpffe (batería) y Francy Boland (arreglos).
- Con Dick Spencer (saxo alto), Bent Jaedig (saxo tenor), Peter Trunk (contrabajo) y Alfonso Bleses (batería)
- Cecil Taylor: Hard Driving Jazz (1958), United Artists
- Mary Lou Williams – Cecil Taylor: Embraced (1970), Pablo.
Notas de Tomajazz:
[I] La jam-session a la que se refiere Tete, organizada por los miembros del Hot Club de Barcelona, tuvo lugar el 12 de marzo de 1956, tras el primero de los tres conciertos de la orquesta de Lionel Hampton en el Teatro Windsor. Al día siguiente, Tete fue invitado a tocar dos temas en el concierto de la orquesta, "Oh! Lady Be Good" y "Tenderly". Ambos eventos fueron grabados por los miembros del Hot Club, que editaron unas pocas copias en vinilo para uso privado con esas grabaciones.
[II] Philips EP 7": 421 262 PE — Tete Montoliu Y Su Conjunto: Canta Pilar Morales.
[III] Saef EP 7": SP 1000 — Tete Montoliu Y Su Cuarteto, Volumen 1 y Saef EP 7": SP 1001 — Tete Montoliu Y Su Conjunto, Volumen 2, grabados en noviembre de 1958.
[IV] Según los registros de la televisión francesa (RTF), en el Festival de Jazz de Cannes de 1958 Tete tocó tres temas el 11 de julio, acompañado por Doug Watkins y Art Taylor y dos temas el 12 de julio, acompañado por Riccardo Galeazzi y Ditto Edwards. Además, tomó parte en una interpretación de "Boogie Woogie Blues" a cargo de seis pianistas, distribuidos en tres pianos.
[V] Parte del concierto de 21 de mayo de 1961 del Festival de Berlín se editó en Telefunken LP 12": BLE 14206-P — The European All Stars 1961. Tete interviene en cuatro temas.
[VI] En realidad, según los registros del Jazzhus Montmartre, la primera estancia de Tete duró todo el mes de agosto (librando los lunes). Tete tocaba a la una de la madrugada, acompañado por el bajista Benny Nielsen y el batería William Schiöppfe, tras la actuación del cuarteto de Dexter Gordon.
[VII] John Tchicai, consultado al respecto, niega categóricamente que Tete Montoliu tocase con el New York Contemporary Five de forma estable durante ese período. Lo cierto es que, según los registros del Jazzhus Montmartre, Tete seguía tocando en el turno de noche, acompañado por Nielsen y Schiöppfe.
[VIII] Tete tocó el 21 de enero de 1964 con Chet Baker en el club Blue Note de Berlín. Además, existe una grabación privada de un concierto en la Plaza Porticada de Santander, el 30 de julio de 1983, en el que Tete se incorpora al cuarteto de Chet Baker en cuatro temas, posterior a la fecha de esta entrevista.
[IX] Además, formaban parte de ese festival ambulante el cuarteto de Dave Brubeck y el sexteto de George Russell. Oscar "Papa" Celestin no intervino en dicho festival, puesto que había muerto en 1954. En realidad, se trataba de una banda homenaje a dicho cornetista, la Tuxedo Jazz Band Revival (el nombre era un tributo a la Original Tuxedo Jazz Orchestra, que dirigiera Papa Celestin desde la década de 1910).
[X] El disco es Edigsa LP 12": CD 150L — Núria Feliu, Lou Bennett I Els Seus Amics.
[XI] Según los listados de conciertos en clubes de la época (del semanario The New Yorker) y las reseñas aparecidas en los principales periódicos neoyorquinos, la estancia de Tete en Nueva York comenzó a principios de abril de 1967 y finalizó a mediados de junio de ese mismo año.
[XII] Se trata de Cecil McBee, que luego sería sustituido por Ron McClure en el grupo liderado por Charles Lloyd. |
|
|