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OAM Trio + Mark Turner
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid,
27/04/2003
I. El trío (21’40”)
Arturo: Me gustaría empezar hablando sobre
vuestros backgrounds musicales: cómo descubrísteis
la música, cómo empezásteis a tocar jazz, etc.
Aaron: En mi casa tenían
un piano cuando yo era muy pequeño, y empecé a recibir
clases de piano. En el instituto (high school) descubrí el
jazz. Estudié con un bajista, que fue mi mayor influencia
en esos momentos. Tras dos años con él me tomé
más en serio la música y fui a la New School en Nueva
York en 1991. Allí conocí a Omer. Después me
mudé a Boston, aunque seguí en contacto con Omer y
el resto de compañeros de la New School. Entonces fui consiguiendo
más y más conciertos y oportunidades gradualmente,
un poco más cada año.
Omer: Soy de Israel, y empecé tocando guitarra
clásica cuando tenía 10 años, después
guitarra eléctrica y bajo eléctrico. Estudié
en la High School for the Arts en Tel-Aviv. Fui metiéndome
en el jazz, y con 17 años pasé a tocar el contrabajo.
Por esa época vine a Nueva York y conocí a Aaron en
la New School. Desde el 94 toco mucho en Small’s, un club
de Nueva York.
Marc: Yo empecé a tocar la batería
más o menos a los 7-8 años. Mi padre compró
una batería para él, era su sueño, y la acabé
tocando yo. Con 11 años tuve mi primer profesor y con 13
fui a la escuela Zeleste de Barcelona. Entonces entré en
el conservatorio, estudié percusión clásica
durante 5 años, 2 cursos de piano clásico, toqué
con algunas orquestas sinfónicas (Joven Orquesta Europea
del Mercado Común), y después fui al Taller de Músics,
donde fui estudiante un año y profesor de batería
el siguiente (1986). Creo que tenía 17 años. En España
he tocado con todo el mundo: Tete Montoliú, Zé Eduardo,
Perico Sambeat, Lluis Vidal, con todos. En 1990 me fui a vivir a
Boston, donde estudié vibráfono, que era mi primer
instrumento en esa época (la gente no lo sabe). Toqué
mucho la batería con Aaron y con el resto de músicos
que había por allí: Kurt Rosenwinkel, Joshua Redman,
Seamus Blake, Chris Cheek, Chris Higgins, ... En enero del 93 me
mudé a Nueva York, donde conocí a Omer. Estuve allí
hasta el 97 o 98.
Arturo: Cuando estudiaste vibráfono en Boston, ¿lo
hiciste con Gary Burton?
Marc: Gary enseñaba como una vez
al mes. Yo tenía otro profesor, pero Gary venía de
vez en cuando.
Arturo: ¿Impartía una especie de master classes?
Marc: No, elegía unos pocos estudiantes
y les enseñaba de vez en cuando.
Arturo: Muy bien, comentadme vuestra sensación sobre
este trío, ¿cómo describiríais vuestra
música?
Aaron: El grupo va sobre
Omer y su elección de camisas, barba y pelo largo (risas.
Omer lleva, efectivamente, barba, pelo largo y una camisa de vivos
colores). De ahí viene la mayor parte de nuestra dirección
musical.
Omer: Es cierto, en cada gira a medida que mi pelo
crece las canciones también se van alargando.
Aaron: En cierto modo hay algo
cierto sobre esta idea del grupo, como que todo es muy orgánico,
y el camino musical del grupo refleja nuestro estado de ánimo
y nuestra interacción en una noche concreta. Realmente no
sabemos lo que va a pasar. A veces tomamos muchos riesgos y a veces
cometemos muchos errores, pero a veces tenemos grandes momentos.
Aquí hay posiblemente más interacción que en
cualquier otro grupo en que yo haya tocado. Es el apogeo y la caída.
Arturo: ¿Ocurre esto también cuando váis
a grabar al estudio? ¿Escribís todos los arreglos
o dejáis las cosas fluir?
Marc: ¡Fluir! (Flow), ese es nombre
de nuestro segundo disco.
Aaron: ...e incluso ocurrió
en el primero. Entramos al estudio sin siquiera saber qué
íbamos a tocar, o qué íbamos a grabar.
Marc: Este trío es un auténtico trío,
no es un músico o dos, es realmente tres personas.
Aaron: Hay tres papeles, una continua
combinación de liderazgo y acompañamiento.
Arturo: Es un grupo cooperativo.
Marc: Musicalmente y también en
cualquier otro aspecto.
Omer: Pero Marc se lleva todo el dinero (risas).
Aaron: Y Omer se bebe todo el
vino...
Marc: ...y Aaron se lleva todas las chicas (más
risas).
Arturo: ¿Qué otros tríos os han influido
como trío?
Aaron: Ninguno y todos.
Marc: Lo único que seguimos es nuestros
instintos y nuestros conceptos musicales.
Aaron: Lo interesante es que no
tenemos ni idea de cómo vamos a sonar. Nuestras influencias
son nuestras experiencias musicales, con otros grupos, con nuestros
propios grupos, tocando como acompañantes, distintas experiencias
con líderes distintos, más lo que obtenemos de los
países de los que provenimos: América, Israel, España.
Todos esos elementos vinieron de una vez y crearon el sonido del
trío. Nunca decimos: “queremos sonar como este trío
o como este otro”. Tan sólo ocurre.
Arturo: ¿Creéis que juntar a tres personas
de tres países diferentes tiene mucho que ver con el éxito
del sonido del trío?
Marc: Sí, cada uno de nosotros
tiene bagajes distintos. Obviamente la influencia de la música
árabe en Omer, yo toco flamenco, toco tablas y cajón
con el grupo, ...
Omer: ...y Aaron es el músico de jazz.
Marc: Tiene amigos negros.
Omer: Toca a Aaron Copland y eso...
Aaron: ...e himnos patrióticos
de George Bush, baloncesto, ... (risas)
Arturo: Marc, ¿cómo fue lo de estudiar instrumentos
de percusión hindú?
Marc: Lo aprendí en Nueva York.
Empecé a tocar con un grupo de flamenco, con la bailaora
Laconja. Ahora voy en Junio con mi grupo a Estados Unidos y ella
va a bailar. Me llamó y me dijo que si sabía tocar
tablas, que es un instrumento que siempre quise tocar, así
que tomé clases con un profesor y empecé a tocar tablas.
Pero nunca toqué con ella, porque aprender lleva un tiempo.
Aaron: Cuando volví a encontrarme
con Marc en Nueva York no tocaba batería, sólo tablas.
Marc: Cierto.
Arturo: El uso de todos esos elementos: instrumentos exóticos,
escalas del Este, ... ¿creéis que tan sólo
es un buen recurso o que realmente se trata de un camino a seguir?
Omer: Bueno, Coltrane, McLaughlin y otros
ya usaban música del Este, africana, hindú y de Oriente
Medio. Desde entonces todo eso ha sido parte de la música.
Esos tíos sentaron precedente. Creo que lo que pasa ahora
es que uno se sale del jazz y se mete en la influencia. En vez de
incorporar esas influencias al jazz es el jazz el que va a otros
lugares. Pero es definitivamente un camino a seguir.
Arturo: ¿Y qué hay sobre vuestro camino? ¿Tenéis
alguna idea de qué haréis próximamente?
Aaron: La respuesta es
no, pero hemos trabajado en algo distinto con Mark Turner, algo
con influencia brasileña, aunque no sabemos si seguiremos
con ello.
Marc: No sabemos. Cada vez que nos juntamos, dependiendo
de nuestro momento musical, algo pasa.
Aaron: Como vivimos en países
diferentes, cuando nos juntamos a lo mejor hemos estado 6 meses
sin vernos, así que tenemos 6 meses de experiencias completamente
distintas, y a lo mejor Marc ha estado 6 meses tocando en un grupo
de flamenco, y Omer ha estado tocando música orquestal, y
yo he tocado con Joshua Redman, o con cualquiera, y entonces venimos
con nuestras distintas experiencias, y añadimos todos esos
elementos a la mezcla.
Marc Miralta
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid,
27/04/2003
II. Enseñanza musical (20’04”)
Arturo: Váis a impartir clases
en el Seminario de Música de Zaráuz este verano. ¿Os
gusta enseñar? ¿Qué hay sobre vuestra experiencia
docente?
Omer: Yo trabajo como profesor de la Universidad de Jerusalén
desde hace 3 años, y la verdad es que, incluso con todos
los problemas que conlleva, me gusta.
Aaron: Pero tú sólo
enseñas a judíos (risas).
Omer: También tengo estudiantes
palestinos (risas). A mucha gente no le gusta enseñar, pero
para mí el tema es la posibilidad de ayudar a otra persona.
Es posible enseñar a alguien cómo ser mejor, así
que es algo grande, ¿sabes? Es muy bonito dar lo que conoces.
Tocar es emocionante, pero yo no aprendo cosas todos los días.
Voy creciendo, y ver a gente joven que no sabe y a los que puedes
mostrar tus estándares es genial. Es un trabajo muy exigente,
conduzco durante una hora desde Jerusalén a Tel-Aviv para
enseñar a 8 estudiantes, y entonces vuelvo a Jerusalén
y acabo destrozado, pero a veces me siento muy orgulloso de mis
alumnos.
Marc: Sí, estamos encantados.
Aaron: Creo que la mayoría
del trabajo de enseñar para mí consiste en llevarme
por el buen camino, no por el malo. Nunca recibí mucha información
específica de mis profesores. Era más: “no te
pierdas en este camino”. Así que cuando enseño
lo mejor para mí y para mis alumnos es eliminar sus conceptos
erróneos, apartarles de los caminos erróneos que cogen.
Cuando enseño nunca digo: tienes que hacer esto, no tienes
que hacer esto otro. Es mejor decir: bueno, deberías apartarte
de esto, no ir por allí, porque eso te llevará al
camino erróneo.
Arturo: Hace dos años asistí a un seminario
impartido por Barry Harris. Contó que había sido invitado
a otro seminario en Australia y tenía ganas de escuchar a
pianistas australianos, pero que quedó decepcionado porque
sonaban igual que todos los pianistas jóvenes de Holanda,
de Nueva York, de cualquier sitio, que todos sonaban igual. Esto
lo comentaba como crítica al siempre controvertido tema del
estilo de enseñanza Berklee. ¿Qué pensáis
sobre ello?
Omer: Mis primeras experiencias estudiando
jazz fueron en los 80, ya sabes, todo el tema de la fusión,
y Berklee es muy buena en eso, así que todo el mundo iba
a Berklee, pero no era mi tema. Para mí Berklee fue sólo
el primer encuentro. Me ayudó, pero no me despejó
el camino.
En cierto modo Berklee es una forma comercial de enseñar,
lo cuál tampoco me parece mal, pero el jazz fue creado por
gente que no eran académicos. Por el contrario estaban fuera
de la raíz principal. Si coges la música de Charlie
Parker y la escribes en escalas y acordes y todo eso, pues se hace
más fácil, pero la música no vino de allí,
así que es como estudiar música clásica para
estudiar a Charlie Parker. Es mejor estudiar lo que él estudió,
en vez de estudiar fórmulas que fueron construidas años
más tarde para facilitar las cosas. Por otro lado no es malo
tener un papel desde el que enseñar jazz. No es negativo,
pero no es exacto.
Aaron: Berklee es una forma metódica
de enseñar jazz que lo descompone en sus elementos técnicos
y teóricos, los presenta de una vez, te dice: practica esto
hoy, practica esto otro mañana, ... y sonarás bien.
No funciona así. Y además nunca funcionó así.
Pero no creo que Berklee sea responsable del hecho de que la gente
suene igual. Si realmente piensas en la gente que fue a Berklee:
Joe Lovano, Michael Brecker, Branford Marsalis, Chris Cheek, Seamus
Blake, Kurt Rosenwinkel, Pat Metheny, John Scofield, Kenny Kirkland,
Mulgrew Miller, Antonio Hart, Roy Hargrove, Gary Burton, Peter Erskine,
Avishai Cohen, ... ¿Suenan igual? ¿Cuánta gente
de tanto nivel fue a Berklee? Y todos suenan distintos. Y vale,
vamos a ver el contraste con el ejemplo de Barry Harris: muchos
de sus alumnos realmente suenan igual, porque estudiaron la misma
información que él les da. Barry Harris es otro Berklee,
tan sólo es “el método Barry Harris”.
Método Berklee – Método Barry Harris. Pero ninguno
de ellos es el camino hacia sonar bien. Realmente creo que Barry
Harris es mucho mejor profesor que cualquiera de los profesores
de Berklee, pero ir a una clase impartida por Barry Harris no te
va a inspirar. Y 4 años en Berklee no te van a hacer un gran
músico de jazz innovador, te ayudará en forma similar
a Barry Harris.
Omer: Berklee te ayuda a conocer gente.
Aaron: Sí, tocas con mucha
gente, tocas en jam-sessions, das conciertos.
Marc: Las escuelas descomponen la información,
te la ponen en papel. Hoy cualquiera puede conseguir la música
en papel, pero eso no significa que vayas a llegar a ser un gran
músico.
Omer: Algo interesante (quizás un poco alejado
del tema): las escuelas de música clásica son muy
buenas, y son un sistema que ha funcionado durante muchísimo
tiempo, cientos de años. La gente estudia contrapunto, la
gente estudia armonía en el conservatorio. Pero así
es la música clásica. Todo el mundo lo hizo así,
Debussy fue al conservatorio, es lo que la gente hacía en
ese entorno, pero en jazz nunca fue así. Se originó
fuera de todo eso. Debes descubrir los secretos por ti mismo.
Aaron: Hay gente que va a Berklee
tan sólo para conseguir el título. La mayoría
de la gente va a la universidad porque sus padres les han mandado
a por un título, aunque no estudien.
Marc: Para mí Berklee fue una excusa: para
que me fuera más fácil comenzar en un país
extranjero. Me daba igual ir a Berklee, pero fue más fácil
para mí aprender la cultura, la lengua. La prueba es que
cuando llegué ya estaba tocando, hice un examen de nivel
y los profesores me pusieron en el nivel más alto, y yo decía:
no vine aquí para ser el mejor, vine aquí para ser
el peor. Por eso cambié la batería por el vibráfono,
porque quería aprender, porque no quería ser el mejor,
sino el peor.
Aaron: ...y triunfó, ahora
es el peor (risas).
Marc: Lo mejor es que estaba todo el día
tocando con gente. La información ayuda, pero lo mejor es
poder estar desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la noche
tocando, haciendo jam sessions. Nos juntábamos con Antonio
Hart y nos poníamos en una habitación de batería.
Aaron: Las escuelas pueden perpetuar
el mito de que si te gradúas serás bueno.
Omer: La música es diferente de otros estudios,
como médico u otros. Tú no te conviertes en músico
por estudiar. Hay gente que tiene 3 títulos y no son músicos.
Aaron Goldberg
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid,
27/04/2003
III. Jazz en España, Israel, Europa,
tocar con estrellas del jazz (33’04”)
Arturo: Muy bien, cambiando de tema: El jazz en España:
su estado actual (Marc suspira). Todo el mundo habla sobre que no
hay lugares donde tocar, la gente no va a conciertos, la Plataforma
Nuestro Jazz está quejándose, ... ¿Qué
creéis sobre ello?
Marc: Estoy en contra de quejarse.
Aaron: Nos quejamos de los que
se quejan.
Marc: Siempre hay algo de qué quejarse,
y siempre hay algo con lo que estar contento. Por supuesto hay cosas
que podrían cambiarse, y cosas que podrían estar mejor,
pero también hay cosas que podrían estar peor. Para
mí es algo como: si el tema está muy bien es porque
está muerto, ¿sabes?
Aaron: Nunca te das cuenta si
era bueno hasta después.
Omer: Exactamente.
Marc: Podría ser mejor y podría ser
peor. Algunas cosas están mucho mejor aquí que en
Estados Unidos, y otras cosas están peor.
Omer: Tengo que decir que hay una muy buena escena
en España, francamente impresionante. Quiero decir, hay sellos,
hay gente que toca en Barcelona, en Madrid, ...está muy bien.
Hay clubes. Gente que toca por todo el mundo comparte la idea de
que hay música aquí, ¿sabes a lo que me refiero?
Aaron: Clubes y festivales...
La gente también se queja en Nueva York. Un club cierra y
la gente se queja, pero entonces abren otros dos clubes. En los
7 ú 8 años que llevo en Nueva York he sido testigo
de cómo la gente entra en pánico, pero luego todo
se regenera.
Marc: Cuando sales fuera te das cuenta de que hay
cosas increíbles que tenemos aquí. Es evidente que
hay muchas cosas que tenemos que mejorar, que se pueden mejorar,
pero hay otras que son muy buenas también. Yo vivo sólo
tocando jazz.
Arturo: ¿No piensas que hay un poco de vicio de algunos
músicos de jazz españoles que hacen giras o discos
con gente comercial? ¿Que quizá es más sencillo
para ellos tocar con esos grupos comerciales y hacer dinero que
trabajar por una carrera plenamente jazzística?
Omer: La carrera jazzística también
se hace por dinero, pero el jazz no es un gran negocio, a no ser
que seas uno de los famosos que se llevan casi todo. Pero yo no
creo que esos músicos de los que hablas toquen música
comercial por dinero, creo que tocan con quien tocan porque les
gusta la música. Les gusta ver a cientos de personas bailando,
y ser tratados de otra forma. Es una pregunda profunda, no se trata
sólo de un tema financiero. Tratar con el mundo del jazz,
con los negocios del jazz es también muy agotador. Cuando
no te salen las cosas, y aún piensas que eres bastante bueno,
es un tema muy limitante.
Marc: Sí, pero en este país puedes
hacerte una vida agradable. Yo lo conseguí. En otros países
puedes ser incluso el mejor y no llegar. Por supuesto a veces piensas
que te has dejado la piel y mereces más, pero...
Omer: En España hay mucho más respeto
por la música que en otros países.
Marc: ...no es fácil hacerlo, y realmente
tienes que amar mucho el jazz, tienes que estar un poco loco, porque
a veces es durísimo. Te tiras toda la puta vida tocando y
hay meses en que no puedes pagar el alquiler, o lo que sea.
Pero yo intento no tirar mi tiempo quejándome, se trata de
una elección personal, porque creo que se gasta un montón
de energía quejándose, que se podría usar en
cambiar el tema, aunque tan sólo sea practicando, porque
si practico más conseguiré mejores conciertos, o lo
que sea.
Aunque por supuesto, hay veces que me quejo.
Arturo: ¿Y qué hay acerca de la escena jazzística
en Israel?
Omer: La escena es aún más
pequeña que el increíble núcleo de músicos
con talento que salen de allí. Hay un nivel increíblemente
grande. La gente sabe tocar, y hay un sentimiento local que es muy
bonito, muy groovy, la sensación de que algo está
pasando. Pero la infraestructura del jazz en Israel casi no existe.
Hay unos pocos festivales con sólamente un artista extranjero,
gente de la que nunca has oído hablar. No hay clubes, actualmente
sólo hay uno. Yo hago giras con la ayuda de un amigo promotor
y es divertido, pero no hay escena. La gente joven se junta y tocan
entre ellos, pero la escena no es más que un grupo de músicos
tocando entre ellos y preparándose para ir a Nueva York y
tocar con más gente. Este es un ejemplo claro de no hacer
dinero con el jazz, a no ser que dés clases o toques otros
estilos. Y además no apetece tocar jazz en Israel, porque
la atmósfera no es la adecuada, si te gusta mucho lo haces,
pero no hay buenas vibraciones.
Arturo: Quiero hablar sobre el jazz europeo. Jazz con raíces
europeas interpretado por suecos, alemanes, etc. ¿Creéis
realmente que se puede hablar en cierto modo de un movimiento de
Jazz Europeo?
Aaron: Creo que cuanta
más gente toque, escuche y aprecie el jazz, pues mejor para
todos. Si hay grandes músicos tocando en países europeos,
me alegro. Y mejor aún si tocan en un estilo que además
es propio. Es bonito y es una evolución mental, ya que saben
incluir su propia cultura en este tipo de música. Pero hablar
sobre “Jazz Europeo”, .... ¿hasta qué
punto está unificado? ¿Tiene sentido hablar de Unión
Europea? ¿Qué tiene que ver el jazz escandinavo con
el español? Habrá gente a quien le guste Marc y el
flamenco jazz, pero hay otro tipo de jazz español que es
diferente, o habrá gente en Noruega haciendo lo que quieren
llamar Jazz Noruego, o...
Arturo: Algo como comparar a Jan Garbarek con Chano Domínguez,
por ejemplo.
Aaron: Esa comparación
es muy fácil, sabemos que Jan Garbarek y Chano Domínguez
no tienen mucho que ver en términos de jazz europeo, pero
incluso dentro de Noruega, ¿suena Jan Garbarek como otros
noruegos? ¿Quién posee la definición de jazz
noruego, o la de jazz español? ¿Quién es el
estándar? O incluso, ¿qué es jazz americano?
¿Es Michael Brecker, o Roy Hargrove, o Cecil Taylor?
Marc: Cuando le pones nombre a la música
te la cargas.
Omer: Tengo algo que decir: siempre ha habido jazz
europeo, durante muchos años. Y otro tema es que hay enormes
innovadores no americanos, la mayoría de ellos europeos.
Así que no creo que ahora el tema sea distinto. A lo mejor
ahora es más sonado, ya que el mundo ahora es algo más
pequeño, así que hay mayor posibilidad de que surja
un genio de la innovación sin que esté necesariamente
en América.
Arturo: Esta es para Marc. Tuve la suerte de estar en Vitoria
el año pasado cuando Pat Metheny tocó con algunos
músicos españoles, entre los que estabas. ¿Qué
me puedes decir de aquéllo?
Marc: Fue genial tocar con Metheny, ya
había tocado con él en el Berklee Performance Center
en 1991 con Gary Burton, Seamus Blake, Víctor Merlo, ...
y es un gran tipo, un músico increíble, y en Vitoria
estuvo enorme, un músico súper fuerte, era... Metheny.
Arturo: ¿Cómo te encontraste acompañándole?
¿Cómo fue la interacción al tocar juntos?
Marc: No pensé, sólo toqué,
y tuve mucha diversión. Él también, me miraba
y sonreía y me divertí muchísimo, como cada
vez que subo a un escenario.
Aaron: Creo que cuando todos nosotros
tocamos con grandes artistas no hay demasiada diferencia a cuando
tocamos con cualquier otro. Provees sonido y respondes al sonido.
Marc: Sí, tocando con estos chicos me siendo
mucho más unido que tocando con Pat Metheny una sóla
noche. Por supuesto es un músico increíble y me encantó
tocar con él, pero también me encanta tocar con estos
chicos, como un grupo. He tocado con ellos cientos de veces durante
muchos años, así que me encuentro más como
en casa. Esa noche fue increíble, había miles de personas,
fue inspirador y todo eso, pero hay noches que salgo del escenario
tan contento cuando toco con este trío, que esto es lo que
realmente quiero. Cada experiencia es diferente. Pat Metheny es
grande, pero sin ellos no podría haber tocado con Pat Metheny.
Aaron: Sólo tocamos con
él porque ha tocado con Pat Metheny (risas).
Omer: Una vez preguntaron a Elvin Jones cómo
se sentía tocando ese rollo espiritual con Coltrane, y el
dijo: “me encanta la sensación de tocar en bandas de
marcha”. Ahí está el tema.
Por otro lado es emocionante tocar con alguien que tocó con
alguien que tocó con... Es como ser parte de la familia.
Aaron: Es como estar conectado a la historia del
arte.
Marc: También creo que lo importante sobre
la música para los músicos es tocarla, no hablar de
ella. Para otra gente que está alrededor sí es hablar
sobre ello: este tocó con fulanito, que tocó con...
Pero para mí es más: de acuerdo, toqué con
Pat Metheny, pero eso fue en verano. No puedo vivir toda mi vida
pensando que toqué con Pat Metheny. ¿Qué voy
a hacer hoy? Quiero tocar con estos chicos. Cada día tienes
que tocar con alguien que te inspire, así que es como: Toqué
con Pat Metheny, ¿y qué? Mi vida es algo diario.
Omer: Es como John Patitucci. Todo el mundo habla
sobre la Elektric Band, pero a mí me interesa lo que hace
ahora. Lo que al músico le importa son los años de
práctica para conseguir esos momentos en los que nos fusionamos,
en los que somos uno. Es algo que no se puede explicar.
Arturo: ¿Creéis entonces que los críticos
de jazz han hecho daño al jazz creando todos esos mitos de
que este músico tocó con este otro, etc.?
Marc: Sí, a veces te llama una
compañía de discos y te dice: Marc, quiero que hagas
un disco y quiero que toques con Keith Jarrett, Gary Peacock y Wayne
Shorter. Vale, pero no conozco a esa gente, así que ¿qué
voy a hacer? Iré al estudio y tocaré. Igual todo es
mágico, pero igual no.
Arturo: Grabaciones de all-stars en las que la suma de las
partes es menor que los individuos.
Omer: A veces tu sello contrata a alguien
de gran talento, y eso está muy bien. Pero es muy significativo
estar con tu gente, a tu nivel.
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