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..:: Julien Pinol las reflexiones de un músico

   
 

 

Ocurrió hace unos 3 años. Yo era un sencillito, lo siguo siendo, aficionado de jazz que se encuentra fácilmente en cualquier sitio, muy bueno y ortodoxo. Era el único cliente en una tiendecita de discos, de las que van desapareciendo por culpa de la globalización, probablemente buscando una joya de Ellington o Miles y de repente el vendedor, que me conocía forzosamente por verme mucho por allí, me comentó: "Oye, escucha este disco y ya me dirás que te parece, ¿vale?". Me puse los cascos, hice una escucha acelerada y la verdad es que no me atrajo demasiado la música que allí se me ofrecía: era demasiado salvaje, desordenada para unos oidos acostumbrados a lo último de Joshua Redman.

De repente, me caí en la cuenta de que la foto que adornaba la carátula interior del CD me ofrecía una copia perfecta de la cara del buen hombre que estaba esperando mi opinión sobre la música... Pues si, el vendedor era el propio Julien Pinol y el disco "Le Banquet", disco que hoy mis oidos acogen con placer y dándole la bienvenida. Ahí empezó una relación de respeto y simpatía mutuos entre un simple aficionado y un músico de primer orden con, en mi humilde opinión, un gran porvenir ante sí (ya que apenas tiene 31 años).

Lo que sigue a continuación ocurrió en mi piso a principios de julio de 2002 mientras compartíamos juntos un modesto "banquete" de delicias ibéricas compuesto de jamón de Teruel, chorizo y lomo de bellota, pimientos del piquillo y, como no, un buen vino. Despues de ello, Julien estaba con ganas de hablar sobre diversos temas: su música, la de otros, etc... Ahí van algunas de sus reflexiones.

 

 

   

::: El público

Si hago música, es porque es una expresión colectiva bien por que juego con músicos, bien por que mantengo con el público una parte de mí.

No creo en el mito del músico independiente de su entorno. Sin embargo, lo que piensa la gente de mi música me importa poco y hago lo que me apetece aunque soy muy consciente de que la música es algo colectivo, incluso cuando tocas tu solo, porque ahí esta el público. Este es una parte integral de la música. Al fin y al cabo, el público es también un músico. Debe hacer el mismo esfuerzo que los músicos para apreciar la música. No es pasivo porque la música es colectiva. Pasa lo mismo con los libros: el lector envuelve con su imaginación lo que está leyendo; esto crea en él una posición, una opinión y esto es actividad, no pasividad. Con un público atento, el músico puede fácilmente liberarse, tener confianza. De esta manera, nos liberamos de las convenciones sociales, ya no hay mas "moral". Uno puede hacer lo que quiera, estar tranquilo y olvidar su conciencia: se está bien.


::: Mis discos

Mi primer disco fue un solo de guitarra ("Seul Emoi"). Fue un solo porque no había encontrado a nadie con quien tocar la música que escuchaba entonces. Era como una carta de visita.

Luego grabé un cuarteto con temas e improvisaciones ("Abou Simbel") pero no me gustó.

Tras esto, me encontré con 2 canadienses ("We Free"): con ellos tuve una magnífica complicidad. Lo mismo si era yo el que componía los temas, cada uno participaba, se los apropiaba. Los arreglos, la orquestación de las intensidades y hasta del tempo, lo hacíamos juntos. Hay buenas cosas en este disco porque hicimos música colectiva de verdad.

"Le Banquet" lo hice con amigos que no habían casi nunca tocado juntos, es por eso que lo llame el banquete. Fue un buen momento pero me queda el recuerdo de un disco quizás demasiado estático. Hace tiempo que no lo escucho.

"Beethoven" fue un proyecto muy especial. Es el primer músico que conocí. Es parte de mi vida. Al nivel de la escritura, de la improvisación, está muy bien. Todo estaba mezclado. El disco fue grabado en concierto. Recuerdo que las repeticiones fueron muy laboriosas, duras, pero el concierto fue memorable.

Escribo partituras, más bien líneas, que no están hechas para que se opongan a las improvisaciones como en los estándares. Intento reunir la escritura y la improvisación musical. Creo que es en el ultimo CD ("Petites Fleurs") donde mejor he logrado expresar esto porque es difícil escuchándolo disociar lo que está escrito de lo que está improvisado. Este disco es mas relajado, menos intenso y finalmente mas musical. Es difícil lograrlo porque cuando uno improvisa, se está tan adentro de la música que se pierde la distancia necesaria para poder relajarse. Pienso que a este nivel el disco es bueno. He querido evitar que la improvisación sea la que logre el momento de intensidad para luego bajar y volver al tema de nuevo. Quise expresar momentos, cosas, algo relajado.


::: La improvisación total

Aparto de esto, recientemente ha aparecido "Ellipses", grabado en vivo con Ramon López y Hans Koch. Es el otro lado de mi carrera. Colaboraciones con gente como Roscoe Mitchell, Peter Brotzmann, Anthony Coleman me han permitido hacer improvisación total. Todos tenemos nuestras experiencias, nuestras vidas, y las juntamos con la escucha y nuestra manera de tocar. Por ejemplo, con Brötzmann nos pusimos de acuerdo para hacer algo que naciera de nuestras relaciones. Teníamos que dejar nacer la música que existía entre nosotros: entre los músicos hay espacios vacios y la improvisación total debe servir para llenarlos.


::: La espontaneidad de los conciertos

Lo triste de hoy es que se oye música casi únicamente por discos. Es la tumba, está cavada. En un disco la música está como coagulada, sólo es la grabación de un instante que puede ser víctima de opiniones precipitadas. En general, el disco no refleja la música. Lo que cuenta es la espontaneidad de los conciertos. Vale más viajar que de admirar postales. Los discos solo son una instantánea, al fin y al cabo no es nada más que promoción. En mi profesión, si uno quiere vivir de esto, está forzado a grabar discos. Además, muchas veces un productor puede destruir el talento de un músico. También hay excepciones como Alfred Lion en los principios de Blue Note.


::: Sus influencias

Descubrí la música con Beethoven, Georges Brassens, Mozart, Louis Armstrong, Bechet, Robert Johnson, Manolo Caracol,... Después estuvo la música raga india clásica del norte con músicos como Imrat Kahn y luego vinieron el AEOC, Cecil Taylor. Descubrí estas cosas por curiosidad, por los libros. La verdad es que no me acuerdo cómo pude acceder a estas músicas ya que me crié en el campo.

Más tarde, gracias a encuentros con gente como Sunny Murray, Charlie Haden, Sonny Simmons o Arthur Blythe pude descubrir muchas otras cosas.


::: Olvidar su ego

Si tuviera que tocar un estándar, antes intentaría adivinar lo que significa. Con los estandares hay que olvidarse del ego porque sino es mejor tocar tus propias composiciones. Con un tema de Duke, intentaré ver lo que quiso decir Duke componiendolo o tocandolo. Ahí si que el disco es útil. Finalmente, solo exprimiría a Duke por mi intermediario.

Cuando se tiene confianza, en todas las relaciones, artísticas o amistosas, uno olvida sus venas, su putrefacción interior, se llega a la libertad. Se es más en la apertura que en el ego. Es lo que intento hacer, no sólo interpretando a Duke, sino también componiendo. Intento obtener mi espontaneidad. La espontaneidad, soy yo, los otros, es un movimiento. No está fijado como el ego.

Ramón López para esto es una perla. Sin olvidarme de gente como Hans Koch, Peter Brotzmann, Sandro Zonca, Roscoe Mitchell... Pienso, aunque no he tocado con él, en Jimmy Garrison, uno de los mas grandes músicos negros americanos. Nadie iba más allá que él, era fenomenal. No amplificaba su instrumento en los conciertos. Le bastaba con influenciar la música con su acústica. Olvidaba su ego.


::: Ramón López

Encontré a Ramón después de un concierto que dio en Ginebra. Me emocionó, me deslumbró su compromiso total con la música. Piensa en la música colectivamente, es una fuerza extraodinaria y preciosa. Es consciente de su enorme valor pero lo pone con humildad al servicio de los otros. La humildad es poco frecuente en el mundo del jazz. Pero cuidado, esto puede ser un problema si uno es demasiado humilde, puede terminar envidiando a los demás y atrofiándose. Ser demasiado humilde es estar fuera de las realidades. La humildad para mí es estar abierto a los demás. En el Arte se tiene derecho a la intolerancia, tengo derecho de decir por ejemplo que Brad Mehldau no es nada del otro mundo.


::: Lo que escucha hoy

Lo que me gusta hoy es sobre todo Cecil Taylor. También me gustan Milford Graves, Bill Frisell, Hamid Drake, Raymond Bony, Joe Mc Pheee, Anthony Coleman y mis amigos Hans y Ramón. Tambien Tim Berne, pero aprecio más lo que pone en su música que la música en si.


 

 

   
       
   

Juan Carlos Hernández