SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Ramon, no sé por qué, pero creía que eras de Barcelona. Sin embargo
compruebo que no estaba en lo cierto. ¿De dónde eres?
RAMON QUADRADA.- Yo nací en Reus.
Además no sólo nací allí sino que me considero un reusence militante, aunque
exiliado forzosamente a la gran ciudad. La verdad es que no soporto de buen
agrado vivir en ciudades grandes; me gusta más la vida en el campo. Lo que pasa
es que, por cuestiones de trabajo, no me quedó más remedio que irme a vivir a
la gran ciudad, en este caso a Barcelona.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- ¿Por qué elegiste el nombre de Renaissance para tu formación?
RAMON QUADRADA.- Bueno, el nombre
del grupo es consecuencia de dos hechos: por una parte, durante muchos años me
tuve que dedicar a tocar en otras formaciones y contextos que en nada tenía que
ver con el jazz –por razones alimenticias, llamémoslas así–, cuando mi deseo
hubiese sido tocar únicamente jazz; por otra, y como consecuencia de la primera
–por la cantidad de bolos que hacía–, un día sufrí un accidente de coche del
que salí mal parado (un conductor ebrio chocó contra mi coche), obligándome a
permanecer hospitalizado durante bastante tiempo; de hecho llegué a estar en la
UCI durante ocho días. Como resultado de esa triste experiencia aproveché la
ocasión para reconstruirme y volver a comenzar. Me dije: ahora es el momento.
Como además tuve que estar seis meses parado sin tocar y alejado de los bolos y
todo eso, pues aproveché ese tiempo para estudiar muchas cosas, para
documentarme, para oír mucha música, para hacer una especie de reciclaje
interno. Y como fruto de ambas vivencias apareció el nombre de Renaissance, y
me lo tomé como eso, como una segunda oportunidad, como un nuevo renacer.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Además, ese renacer lo simbolizas utilizando para la portada del álbum
la imagen de El Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci.
RAMON QUADRADA.- Yo es que además
de músico me considero una persona muy cercana al humanismo. Creo en el hombre,
y considero que todo lo que podemos hacer depende de nosotros mismos. Y en ese
sentido, Leonardo da Vinci es para mí todo un ídolo.
Toda la época
del Renacimiento me atrae y me interesa muchísimo. En esa época fue donde
empezaron unos pocos privilegiados artistas y algunos protocientíficos
–digámoslo así– a creer en el hombre y a aprender a depender no de Dios, sino
de sí mismos. Y esa idea a mi me interesa mucho; y asocio ese renacimiento
humanístico, que a mí me gusta como idea de fondo, con la idea de mi propio
renacimiento tras el accidente, con la idea de tener segundas oportunidades en
la vida, oportunidades para comenzar a hacer cosas nuevas.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Si hablamos de tiempo y esfuerzo, desde que las concebiste ¿cuánto
tiempo te ha llevado darle forma a esas “geometrías variables”?
RAMON
QUADRADA.- ¡Uff! Mucho, pero es que yo
me tomo la vida con mucha calma actualmente. Ya no tengo que batir ningún
record, así que cambio dinero por tiempo: mientras tenga para vivir, prefiero
tener tiempo a tener dinero.
Para gestar la idea y componer la primera serie de
temas, me tiré como un año. En cuanto a esfuerzo, ninguno, me gusta tanto hacer
lo que hago que no lo siento como un esfuerzo, sino como un placer. Mi tiempo
es para estudiar, componer, tocar y vivir la vida.

Renaissance Jazz Quintet - Geometries Variables
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Has comentado que durante el tiempo que estuviste en el hospital y el
posterior período de convalecencia oíste mucha música. ¿A qué músico o grupo
descubriste o redescubriste?
RAMON QUADRADA.- Durante el
tiempo que estuve en la cama del hospital, quien me consolaba a todas horas era
John Coltrane. Redescubrí a John Coltrane, de quien anteriormente había
escuchado toda o prácticamente toda su discografía. Me lo puse en el iPod, me
lo llevé al hospital, y allí escuché durante horas toda su música. Fue entonces
cuando comprendí realmente a Coltrane. Y además me dio la idea para el tema
básico de este álbum: Geometries Variables. Quizá influyó el hecho de
que muchas cosas en la música son matemática pura. Pitágoras, por ejemplo, fue
el primero que estableció las bases del sistema tonal que hemos utilizado hasta
el siglo XX.
Yo siempre
había visto la música desde una perspectiva muy poética, y a partir de ahí
pensé que igual investigar la parte geométrica de la música –sin olvidar la
poesía, claro–, también podría ser muy interesante. Y empecé a componer una
serie de temas basados en relaciones diferentes entre las notas, intervalos no
muy utilizados, etcétera, y compuse una serie que denominé “Geometries”, donde
llegó a haber unos seis o siete temas, de los cuales elegí tres para este
disco, donde cada uno tiene una referencia diferente, pero que, en general,
todos están basados en una misma idea de fondo.
SEBASTIÁN ÍÑIGO.- Por otra parte,
y ya que has mencionado a John Coltrane, la verdad es que su influencia se nota
a lo largo del disco; un álbum en el que el hard bop está presente.
Desde tu opinión, ¿cómo valoras la aportación de John Coltrane al jazz en
general y al hard bop en particular?
RAMON QUADRADA.- Para mí, John
Coltrane es la puerta del jazz moderno. Charlie Parker también lo fue, pero en
aquella época aún estaba muy ligado a la era del swing en cuanto a su
manera de tocar. En cambio, Coltrane fue un tipo que abrió unas puertas
diferentes que llevaron a lugares diferentes, totalmente nuevos. Entre otras cosas
fue muy criticado por eso en su época, porque tocaba sin el swing
clásico que aún conservaba Charlie Parker. A su vez, Coltrane también se metió
en el mundo de la música modal, en el mundo estricto de la melodía
independizándola de la armonía; fue de los primeros en hacer solos de 20
minutos, y un largo etcétera. Es decir, una serie de conceptos que hasta
entonces eran impensables; solamente se había hecho en la música clásica, pero
no en el jazz, no en el mundo de la improvisación.
Por todo lo
anterior, nos damos cuenta de que de él (y de Miles) dependió en buena parte la
evolución del hard bop o post bop y de sus músicos, con
gente como Wayne Shorter, McCoy Tyner, Joe Henderson, Woody Shaw, etcétera; es
decir, de los protomodernos. O en la actualidad, de gente como Joe Lovano o Tom
Harrell, que a mi me encanta. En definitiva, una serie de gente que practican
lo que yo llamo hard bop contemporáneo.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Si miramos los créditos de tu anterior trabajo discográfico, Paradisos
Imparells (Satchmo. 2003), nos damos cuenta de que ninguno de los músicos
que te acompañaban entonces lo hacen ahora en este nuevo trabajo. ¿Quiere decir
esto que en la actualidad, y tras ese “renacimiento”, te interesa experimentar
con músicos más jóvenes que tú? ¿Qué te aportan?
RAMON QUADRADA.- Sabes qué pasa,
que la gente se va haciendo mayor: tienen niños, tienen que trabajar muchas
horas y tienen poco tiempo para otras actividades. A mí una de las cosas que
más me gusta es ensayar, y a la mayoría de los músicos de mi generación no les
gusta mucho eso, entre otras cosas porque realmente tienen poco tiempo para
ello. Y entonces, claro, yo lo que realmente quería era tener a una gente con
la cual pudiera trabajar en el ensayo, puesto que me encanta trabajar muy concienzudamente
en el ensayo. Esto te ayuda, incluso, a que cuando luego subes al escenario te
olvides de todo y simplemente toques. Viene a ser más o menos lo mismo que lo
que hacen los buenos clubes de fútbol: como se entrena es como se juega. En el
caso de la música, como se ensaya es como se puede llegar a tocar. Para eso
necesitaba gente joven que tuviera tiempo, pero que también tuviera mucho
entusiasmo; que tuviera ganas de tocar a cualquier hora, a cualquier día, por
cualquier precio, en cualquier lugar, etcétera. Y eso no se tiene a los
cuarenta o cincuenta años, sino que se tiene a los veinte y pico.
Afortunadamente,
la cosa ha cambiado mucho en pocos años. Ahora hay una generación de
grandísimos músicos jóvenes aquí en Barcelona –y, en general, en toda España–
con muchas ganas de hacer todo lo que he comentado. Además me gusta mucho la
idea de pensar un poco como Horace Silver o Art Blakey, que al paso de los años
se iban renovando a sí mismos a base de tocar con gente más joven que ellos. Yo
eso es lo que hago actualmente: les aporto experiencia, capacidad de organizar
y composición, y ellos me aportan su música y su entusiasmo. Es una simbiosis
perfecta.

Renaissance Jazz Quintet
© Carles Roche
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- ¿Quiénes son los músicos que están contigo en Renaissance Jazz Quintet?
Cuéntanos algo acerca de ellos.
RAMON QUADRADA.- Los músicos que
me acompañan en el grupo son Santi de la Rubia (saxo tenor), Jordi Berni
(piano), Joan Motera (contrabajo) y Xavi Hinojosa (batería).
Santiago de la
Rubia es un monstruo de la música. Él es de Benidorm, y desde muy pequeñito ha
vivido la tradición valenciana de las bandas musicales, en las cuales, y desde
los siete años, muchos niños tocan ya un instrumento. Eso se nota mucho, porque
para ellos es una forma muy natural de relacionarse con el instrumento; algo
que se convierte en tan cotidiano como el hablar. Además, y con respecto al
jazz, Santi de la Rubia es un amante tremendo de este tipo de música. Es un
saxofonista que admira mucho a Coltrane, a Shorter, a Henderson, a Lovano... Le
gusta este tipo de música, la disfruta y la vive, aparte de que es un chico
magnífico, con mucho entusiasmo y con una gran nobleza personal. Es un músico
con mucha entrega y muy generoso. Es una persona excepcional, que además no
para de estudiar, con lo cual estoy seguro que llegará muy lejos.
Jordi Berni es
un pianista espectacular. Siendo aún muy joven ganó el premio Tete Montoliu de
la SGAE al pianista revelación por su gran talento. Jordi fue alumno mío con 20
años, y entonces, cuando aún no sabía mucho ya tocaba muy bien, y eso es lo
mejor que le puede pasar a un músico, porque eso quiere decir que está dotado
de un talento natural con el que unos nacen y otros no tanto. Además de eso, y
como sólo con el talento no se va a ninguna parte, Jordi Berni ha tenido la
inteligencia de ponerse a estudiar mucho, cosa que en este disco se refleja
perfectamente porque toca de muerte.
El
contrabajista Joan Motera puede que sea el menos conocido de todos. El es de
Llançà, un pueblo de la provincia de Girona, a 15 kilómetros de la frontera con Francia, en el extremo norte de la Costa Brava. Durante muchos años
vivió aislado en su pueblo trabajando en un empresa sin apenas tocar nada. Un
día, de repente, cuando ya tenía unos años, empezó a tocar, y en un año y medio
estaba dominando el contrabajo. En cinco o seis años que lleva tocando es capaz
de hacer cosas maravillosas. Esto indica que era un hombre con un talento
especial, pero que no lo había descubierto hasta entonces. Tiene un sonido y un
empaque tocando que se parece mucho al estilo de los contrabajistas clásicos
como, por ejemplo, Paul Chambers. Bajistas que parecen que no están, pero que
todo el grupo gira en torno a ellos. Llevan el tiempo, el sonido y la
intensidad de una manera perfecta. “Camina” de maravilla.
Por último, el
baterista Xavi Hinojosa es un claro ejemplo de la precocidad. Cuando Xavi tenía
tres años su padre le tuvo que comprar una batería de juguete, con lo cual está
todo dicho. Además, Xavi es de Terrassa, que como todo el mundo sabe es la
ciudad “centro logístico del jazz” dentro de Cataluña. Barcelona es la gran
ciudad donde todo pasa, pero Terrassa es el alma del jazz de Cataluña. Por lo
tanto, Xavi Hinojosa ha tenido la suerte y la oportunidad de conocer a todos
los grandes músicos de aquí, y los de fuera que han venido por aquí. Es un
músico con mucho talento, que también estudia mucho y poseedor de un swing
como pocos tienen.

Ramón Quadrada Big Band - Paradisos Imparells
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Al hilo de mencionar tu anterior trabajo discográfico, Paradisos
Imparells, me sugiere preguntarte dos cosas: ¿Qué representa esos “paraísos
impares”? y ¿Volverás a hacer algún trabajo discográfico con tu Big Band?
RAMON
QUADRADA.- Paradisos Imparells partió de una idea que me gusta mucho que
es que en esta vida todo el mundo es susceptible de llegar a tener un paraíso
propio, aunque por suerte o por desgracia, a algunos les toquen los paraísos
impares. Con ello me refiero a la gente que habita en la parte “menos normal”
de este mundo, el arte, la noche, los sueños, es decir, los paraísos incómodos,
minoritarios. Creo que los que habitamos en ellos, nos encontramos, nos
reconocemos en cierta forma como almas gemelas, creativas y nos reconfortamos,
nos damos fuerza para seguir. Escribí una serie de poemas relacionados con esta
idea y de ellos salió más tarde la música.
En cuanto a lo del disco, me encantaría hacer otro y
resucitar la Ramon Quadrada Big Band, pero para eso se tendrían que dar las
condiciones propicias, en lo económico sobre todo: mover una big band
resulta carísimo!!
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Tanto en “Paradisos Imparells” como en “Geometries Variables” has
contado con el productor Josep Ramon Jové. Supongo que os une una gran amistad
de años, ¿no?
RAMON QUADRADA.- Josep Ramon Jové
tenía hace años un tienda de discos en Lleida junto con un socio. Parte de los
beneficios que obtenían en ella los invertían en la discográfica Satchmo Jazz
Records, y así podían grabar discos. El negocio de la tienda de discos fue a
menos -decayó por lo que todos sabemos acerca de la piratería- y tuvieron que
cerrarla. Y junto a ella también tuvieron que cerrar la discográfica. Luego
Josep Ramon Jové se independizó y, en vez de desanimarse, fundó otra compañía,
Quadrant Records.
Aunque los
presupuestos en este país para grabar discos todos sabemos los que son,
afortunadamente yo puedo grabar discos porque soy un poco “mosca cojonera”, y
consigo subvenciones de Ayuntamientos, de Diputaciones, etcétera. Estoy siempre
persiguiendo, porque si no la cosa es muy difícil.
Lo que hace Josep Ramon Jové es de un mérito enorme.
Hoy en día mantenerse en esto es de héroes, sobre todo si tenemos en cuenta la
que está cayendo en el tema de los discos, las dificultades que existen y la
poca tradición en jazz que hay… Ya digo, de héroes. La verdad es que los de
Quadrant son gente que aman profundamente el jazz y a la cual yo le estoy muy
agradecido por lo que hacen.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- A tenor de este comentario, ¿qué crees tú que pasará con el formato CD?
Por causa del pirateo, las bajadas, etcétera, ¿crees que desaparecerá el CD como
formato físico?
RAMON QUADRADA.- Mira, si llegara
a desaparecer el CD, yo creo que será por una cuestión tecnológica, no por el
concepto de tener un soporte físico donde tengas la música para guardarla.
Porque, claro, más allá de la música de consumo –digamos que es la que se baja
fácilmente por Internet– está el aficionado al jazz. Y aunque no sean muchos
los que lo son, el buen aficionado quiere tener su música en un medio físico;
quiere tener en su casa una estantería con su colección, tocar el disco,
quitarle el polvo, ver las portadas, disfrutarlo, etcétera. Son sensaciones
complementarias a la música, pero que tienen un gran valor para el aficionado y
el coleccionista.
En ese
sentido, yo pienso que lo que haremos será vender menos cantidad de CD.
Seguramente, lo que habrá que hacer será desarrollar más todo ese sistema de
ventas por Internet. En realidad, cuando tú vas ahora a comprar discos, ya te
ofrecen la posibilidad de comprarlos directamente en MP3, sin tener que
enviártelo a casa. Lo pagas y lo descargas. No obstante, yo creo que eso irá
bien con la música comercial, pero no tanto con las músicas un poco
minoritarias, como puede ser el jazz y la música clásica, donde yo creo que no
se perderá el formato físico. La ilusión del músico por hacer un disco y
concebirlo como una obra completa, con una serie de temas relacionados entre sí
y con un diseño acorde, yo creo que no se perderá
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Con respecto a Geometries Variables, ¿sólo se puede adquirir a
través de Internet o también se puede encontrar en las tiendas del ramo?
RAMON QUADRADA.- Afortunadamente,
y desde hace algún tiempo, los discos de Quadrant Records –y, por lo tanto,
también el mío– no sólo se pueden encontrar en Internet sino también en todos
los centros de Fnac y de El Corte Inglés. Aunque, desde luego, el que quiera
adquirirlo por Internet puede hacerlo directamente a través de la página de
Quadrant Records http://www.quadrantcorner.com/ o en www.elcorteingles.es
o en www.recetas.net
entre otras.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- ¿Tienes ya concertadas actuaciones para este verano?
RAMON
QUADRADA.- Este año se nota especialmente la famosa crisis, aunque parezca un
tópico. Muchos festivales de pequeño y mediano formato han tenido que reducir
drásticamente la programación por falta de presupuesto. Ahora mismo tenemos
confirmados el 30 de mayo en la Jazz Cava de Terrassa, y el 11 de julio en el Festival
de Ezcaray, y apalabrados un Jamboree en Barcelona para finales de junio o
julio y algo para julio en el Festival de verano de mi ciudad, Reus.
SEBASTIÁN
ÍÑIGO.- Ramon Quadrada, muchas gracias por habernos dedicado este tiempo y por
tu música.
RAMON QUADRADA.- Gracias a ti. Soy de los que pienso que
todo el mundo que se dedica a esto del jazz, bien desde las emisoras de radio o
revistas o bien desde las páginas web que hablan de jazz, realizan una labor
que considero heroica. Por eso le doy siempre las gracias a todo el mundo. Los
músicos sin vosotros no haríamos nada, y supongo que viceversa. Realmente
estamos todos en el mismo barco y si no remamos todos, esto se hunde.