Sonny
Rollins y Ira Gitler
IRA GITLER: Para empezar, debo decir que siempre
es un honor estar con Sonny Rollins. Su presencia sobre este escenario
hace de éste un gran día, porque es un gran artista,
un hombre sinceramente preocupado por el medio ambiente, que se
pregunta a dónde va este planeta. Aparte de la gran música
que nos ha ofrecido, es un gran ser humano.
Sonny, sé que te criaste en Harlem y que
tus padres eran caribeños, pero háblanos un poco de
tus primeros años hasta el momento en que empezaste a tocar.
SONNY ROLLINS: En primer lugar, quisiera disculparme.
Estoy resfriado, por lo que no puedo hablar muy alto. Os pido disculpas
y espero poder daros algunas respuestas. Bien, ¿cuál
era la pregunta?
IRA GITLER: Tu crianza en Harlem, tus primeros
años.
SONNY ROLLINS: Yo nací en Harlem, en la
Calle 137, entre la Avenida Lenox y la Séptima. Harlem era
un lugar muy vibrante en esa época. Había un montón
de música, de clubes, un montón de garitos, clubes
que abrían hasta tarde. Era un entorno perfecto para alguien
como yo que quería ser músico. Para mí fue
una bendición nacer en Harlem, porque todo estaba allí.
Todos mis ídolos vivían cerca, etc., etc. Harlem era
un lugar muy propicio para que naciera allí Sonny Rollins.
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2006 Juan Carlos Hernández
IRA GITLER: En esa época la radio y las
películas eran los dos grandes medios de comunicación,
y muchos de los aquí presentes conocen tu habilidad para
incluir retazos de viejas canciones de aquella época en tus
solos, tienes esa facultad y estoy convencido de que te sabes esas
canciones por haber ido al cine y haber escuchado la radio.
SONNY ROLLINS: Sí, recuerdo que solía
escuchar a mis favoritos, al gran Fats Waller le solía oír
por la radio cuando yo era muy pequeño. Como dices, todo
se limitaba al cine y la radio en esa época. La música
nos llegaba a través de la radio, yendo al cine una vez por
semana y a ver musicales ocasionalmente, por ejemplo. La gente del
jazz, como Louis Armstrong, solía aparecer en las películas
de la época, en los años 30. Ése fue mi contacto
con el jazz en esa época.
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2006 Juan Carlos Hernández
IRA GITLER: Tu hermano y tu hermana tocaban, tu
hermano el violín y tu hermana el piano. ¿Cómo
es que empezaste con el piano a los nueve años?
SONNY ROLLINS: Mi hermano era muy buen músico,
tenía formación clásica. Creo que le iban a
invitar a unirse a la orquesta de Pittsburg por aquel entonces.
Mi hermana tocaba bien el piano, cantaba en la iglesia y todas esas
cosas. Ambos eran buenos músicos. Como yo era un crío
no quería sentarme a tocar escalas, lo que quería
era salir a la calle a jugar y todo eso, y mi madre me dejaba. En
parte lo lamento, porque no recibí la enseñanza formal
que tuvieron mis hermanos, pero ya sabes, el amor de madre es el
amor de madre, y en parte fue bueno que me dejara, porque conseguí
un montón de –por usar una expresión actual–
respeto callejero.
IRA GITLER: Aun así a los nueve años
empezaste con el piano.
SONNY ROLLINS: Bueno, empecé, pero en realidad
no...
IRA GITLER: Eras como yo, entonces, preferías
salir a jugar a la calle.
SONNY ROLLINS: Exacto.
IRA GITLER: Pero tu familia, tu ascendencia, procede
de [las Islas Vírgenes] St. Croix y St. Thomas. Recuerdo
haber leído que tu madre te solía llevar a los bailes,
donde oíste el calipso.
SONNY ROLLINS: Sí, ella solía cantar
por casa. Había unos cuantos sitios en Nueva York en los
que se tocaba todo tipo de música: calipso, jazz, música
de baile… El sitio más famoso era el Renaissance Ballroom.
Había otro sitio (el Park Palace) en lo que más tarde
sería el Spanish Harlem. También oí a músicos
de calipso allí. Entretanto, yo pasaba el rato en el Apollo
a la vuelta del colegio, y los sábados y domingos enteros.
IRA GITLER: ¿Cuándo se mudó
tu familia a Sugar Hill?
SONNY ROLLINS: Sugar Hill, para quienes no lo conozcan,
es una zona de Harlem, ahora se llama Washington Heights, en cierto
modo era donde vivía la parte más pudiente de la comunidad
negra de esa época. Yo nací en la parte baja, vivíamos
en la parte baja, por así decirlo, y subimos un peldaño
económicamente. Significaba mucho mudarse a lo alto de la
colina. Así que nos mudamos, aunque yo lo pasé bien,
ya me había metido en el jazz para cuando nos mudamos. Nos
fuimos a vivir a lo alto de la colina en 1939 y yo ya tocaba el
saxo, había recibido clases, tenía mis ídolos,
el tipo del rhythm&blues... Louis Jordan. Eso fue a través
de mi tío y su novia. Tenían un montón de discos
de blues, cantantes de blues rural como Lonnie Johnson, Arthur Crudup…
Estos tipos tocaban la guitarra y cantaban de verdad esos blues
rurales. La novia de mi tío también tenía discos
de Louis Jordan, una banda pequeña con saxofón, trompeta,
piano, bajo y batería que ha sido una especie de modelo para
un montón de jazz, casi hasta hoy, para el jazz de combos
instrumentales. Cuando fui a ver a Louis Jordan y su Tympani Five,
Louis tocaba en un club justo al lado del colegio donde hice la
primaria, en la esquina de la 135 con la Avenida Lenox. Tocaba en
un club llamado Elks Rendezvous, así que cada día,
al salir de clase, veía su linda foto en la ventana, con
su esmoquin, su frac y su pajarita, y su hermoso y reluciente saxofón.
Todo esto caló en mí y pensé: “Sé
que éste va a ser mi destino. Esto es lo que quiero hacer”.
Así que, a lo que iba, para cuando nos mudamos a la colina
en 1939 a mí ya me gustaba el jazz. Conocía a Louis
Jordan y a Coleman Hawkins también.
IRA GITLER: Me gustaría citar algo que dijo
Jackie McLean.
SONNY ROLLINS: [bromeando] Bueno, pero que no sea
indecente.
IRA GITLER: Evitaré las groserías:
“cuando Sonny estaba en la escuela secundaria, le solía
ver con su saxo alto. Tenía un alto, pero tocaba con una
caña de tenor, como Coleman Hawkins”. ¿Cómo
decidiste hacer eso?
SONNY ROLLINS: Bien, yo quería sonar como
Coleman y mi madre sólo se podía permitir comprarme
un solo instrumento cada vez, así que heredé un alto
de uno de mis tíos, que solía tocar. Era un alto de
segunda mano. Como intentaba sonar como un tenor con un alto, pensé
que tocar con una caña de tenor ayudaría. Un razonamiento
extraño, ya lo sé.
IRA GITLER: A los 16 conseguiste un tenor.
SONNY ROLLINS: Así es.
IRA GITLER: Bien, háblanos sobre tus colegas
del vecindario, gente como Jackie McLean, Arthur Taylor, Lowell
Lewis y Andy Kirk Jr., a quien nunca tuve ocasión de escuchar
pero de quien se dice que era una auténtica promesa del saxo
tenor.
SONNY ROLLINS: Sí, sí que lo era.
Por si alguno de los presentes no lo sabe, Andy Kirk tenía
una banda muy, muy buena, en la que tocaron un montón de
grandes músicos, como Lester Young, Mary Lou Williams y otros
muchos. Ésos son dos músicos muy prominentes que tocaron
en la banda de Andy Kirk. Andy vivía en Sugar Hill, y su
hijo, Andy Kirk Jr., tocaba el saxo y tuvo acceso a una formación
muy buena por su padre y por hallarse en un entorno jazzístico
realmente bueno, de forma que Andy Kirk Jr. era uno de los músicos
jóvenes más prometedores. Por desgracia, como muchos
de nosotros, cayó presa de malos hábitos y por esa
razón acabó con cualquier futuro prometedor. Eso acabó
con su carrera, terminó con su vida, de hecho. Fue un episodio
muy doloroso para mí y para mis contemporáneos, gente
como Kenny Drew, Walter Bishop, Lowell Lewis... Muchos de nosotros
atravesamos un periodo muy, muy difícil. Un montón
de gente de la comunidad jazzística se metió en las
drogas porque algunos de nuestros ídolos lo hicieron. Sabíamos
que Billie Holiday estaba metida, porque la detenían continuamente
y le daban mucho bombo en la prensa. Hubo mucha gente que también
estuvo metida, pero con Billie Holiday se montó un gran caso
a nivel federal. En todo caso, pensamos “Hey, si ellos lo
hacen, estará bien que lo hagamos también nosotros”.
Así nos metimos en esos asuntos nocivos. Es un tema muy complicado.
Yo durante mucho tiempo preferí no hablar de ello, pero un
día mi mujer me dijo: “Mira, Sonny, que no te avergüence
hablar de ello, porque es un periodo de tu vida que atravesaste
y superaste”, pero yo era reticente a hablar de ello, quería
dejarlo atrás. Ahora bien, en 2006 hay tanta gente metida
en toda clase de drogas. Gente importante. Hasta Rush Limbaugh se
droga [1]. En todo caso, fue algo que superamos. Fue duro, pero
muchos de nosotros lo superamos. Andy Kirk Jr. no lo logró.
IRA GITLER: Sin embargo muchos de tus colegas y
tú mismo teníais talento, tú mismo tenías
tus grupos y una vez comentaste que, por alguna razón, tú
siempre eras el líder. Eras algo mayor que el resto, o habías
avanzado algo más. Recuerdo que Jackie dijo algo sobre tocar
lo que se llamaban “turnos de cóctel”.
SONNY ROLLINS: Sí, pero en nuestra comunidad
también los llamábamos eventos sociales, eran bailes
con un montón de chavales tocando en pequeñas bandas.
Algunos de estos eventos no eran demasiado prestigiosos porque terminaban
en caída libre, por así decirlo. Recuerdo que estaba
yo tocando en algún sitio por Nueva York –no diré
dónde– y mi madre me había comprado un abrigo
precioso de espiguilla en Barney’s, en Nueva York. Salí
para mi actuación con mi elegante gabán y para cuando
terminamos el primer pase, fulano le insultó a mengano y
de repente todo el local estaba… todo el mundo le estaba lanzando
algo a alguien. Así que fui a coger mi abrigo y por supuesto
ya no estaba. Aprendí una buena lección: mantén
tu abrigo siempre vigilado.
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2006 Juan Carlos Hernández
IRA GITLER: En esta época solías
ir a clubes como Minton’s, y te pintabas un bigote para que
te dejaran entrar en los clubes de la calle 52.
SONNY ROLLINS: Sí, exacto. Bueno, en la
calle 52, lo que llamábamos “Swing Street”, allí
era donde tocaban Art Tatum, Billie Holiday, Coleman Hawkins, Charlie
Parker, en pequeños clubes, los sótanos de aquellas
casas de ladrillo, en realidad, a lo largo de toda la calle. Nosotros
éramos menores de edad, por poco, de forma que tenía
que coger un lápiz de ojos… (hace el gesto de pintarse).
No sé qué edad tenías que tener para poder
entrar en esos sitios, yo trataba de lograr la prestancia requerida.
IRA GITLER: En alguna ocasión has mencionado
un gran sombrero.
SONNY ROLLINS: Sí, cierto, también
llevaba un gran sombrero. Normalmente funcionaba. Creo que la gente
que llevaba los clubes estaba más interesada en el dinero
que en quién estaba en el bar, así que nos dejaban
entrar y yo viví la experiencia de ver a mis ídolos
en persona: Coleman Hawkins, Charlie Parker, Dizzy Gillespie…
En el Apollo de Harlem, que era un teatro enorme, los tenías
que ver desde la platea. En la calle 52 podías estar más
cerca de ellos, era estupendo.
IRA GITLER: Un escritor de la Costa Oeste me ha
pedido que te pregunte por Kermit Scott. En mi libro Swing To
Bop [2] Dexter Gordon habla de él y dice “de ahí
procedía Lockjaw Davis”. ¿Qué opinas
de esto?
SONNY ROLLINS: Bueno, no sé… podría
ser verdad. Pero para cuando yo me enteré de quién
era Kermit Scott, Monk y esa gente lo conocían bien, porque
ellos fueron los que hicieron la transición del swing al
bebop. De hecho, hay un disco en el que se puede apreciar los cambios
venideros, probablemente lo conozcas…
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2006 Juan Carlos Hernández
IRA GITLER: Con Charlie Christian y Dizzy…
SONNY ROLLINS: Exacto. Se avecinaban pequeños
cambios en la forma de tocar de la sección rítmica.
Ése es el principio del cambio del swing al bebop, y Kermit
Scott era uno de los saxofonistas –tocó con Earl Hines,
todos esos tipos tocaron con Earl Hines, le solían llamar
“Fatha Hines”– pero Kermit Scott era un saxo tenor
muy acreditado. Por alguna razón no obtuvo tanta fama como
debería. Estoy seguro de que se debió a motivos personales,
o abandonó el mundillo. También tocó mucho
con Billie Holiday. Una vez vi una foto preciosa de Billie Holiday
en una sesión de grabación y allí estaba Kermit
Scott. Así que allí estaba, tocando con todo el mundo.
Como músico de jazz me siento mal, porque esta gente debería
haber sido mejor conocida por su contribución a nuestro arte,
y Kermit Scott es uno de ellos. Pero así es la vida, en general.
El jazz no tiene una historia suficientemente larga, por lo que
la relación entre lo que antecedió y lo que es hoy
no es nítida. Estoy seguro de que en otros campos hay gente
ignorada que nunca recibirá el reconocimiento debido. En
la música pasa igual, pero éstos son algunos casos
que conozco personalmente. Kermit Scott era, además, una
bellísima persona, fue muy bueno conmigo, me enseñó
un montón de cosas, técnicas del saxofón, y
de verdad que era una bellísima persona, y eso significa
algo. Quizás alguien seguirá transmitiendo la tradición,
una filosofía personal. No quiero ponerme muy profundo, pero
en todo caso Kermit Scott era un individuo muy agradable. Fue generoso
con un jovenzuelo como yo y nos hicimos amigos. Puedo decir lo mismo
de un montón de otros grandes del jazz con los que tuve la
suerte de conocer.
IRA GITLER: Bien, en el pasado has hablado de tus
visitas a casa de Coleman Hawkins y de cómo le esperabas
para que te dedicara una foto, has comentado cómo alguien
te llamó la atención sobre Lester Young y, por supuesto,
Charlie Parker supuso un impacto tremendo para todos los músicos
cuando apareció en escena. Estoy seguro de que Parker te
influyó cuando tocabas el alto, pero cuando hizo aquellos
discos con Miles Davis en el 47, su forma de tocar el tenor realmente
suscitó tu interés por su estilo. ¿Dirías
que oírle tocar el tenor fue una revelación?
SONNY ROLLINS: Bueno, fue una revelación
en el sentido de que tenía el instrumento dominado, pero
para mí eran dos personas distintas, Charlie Parker al saxo
alto y Charlie Parker al saxo tenor, así que su forma de
tocar el tenor no fue una fuente directa de inspiración,
mientras que si escuchas su estilo con el alto, personalmente creo
que me inspiró más. Con el tenor también era
incomparable, hacía muchas de las cosas que tocaba con el
alto, pero con un instrumento distinto sonaban diferente.
IRA GITLER: Por retomar un momento a Lowell Lewis,
un buen trompetista joven que cayó en la misma trampa que
Andy Kirk Jr. Lewis fue fundamental en que conocieras a Thelonious
Monk. ¿Podrías hablarnos de esto?
SONNY ROLLINS: Bien, Lowell Lewis y yo hicimos
juntos la secundaria y ensayábamos después de clase.
Teníamos nuestra pequeña banda, “The Counts
of Bebop”. Éramos íntimos, y estando aún
en secundaria de alguna forma Thelonious Monk supo de Lowell y le
dio un trabajo en Chicago. Así que Lowell se fue con Thelonious
a Chicago una semana cuando nosotros aún íbamos a
la escuela. Después de eso, Lowell me dijo, “venga,
te voy a meter en la banda de Monk”. En cualquier caso, al
cabo de los años llegué a trabajar con Monk y tal
y cual, y el resto es historia. Lo digo de broma.
©
2006 Juan Carlos Hernández
IRA GITLER: Bueno, hubo una asociación larga
entre tú y Monk.
SONNY ROLLINS: Cierto.
IRA GITLER: La primera vez que yo oí hablar
de ti fue en una tienda de discos de la Calle 47 llamada “Jazzman
Joe’s”, que tenía un letrero enorme que rezaba
“Todo desde Bunk a Monk”, desde Bunk Johnson a Thelonious
Monk. Bob Weinstock, que entonces vendía e intercambiaba
discos en el piso de sus padres, nos alquiló el mostrador
de Joe y empezó a vender discos allí. Pasaba por allí
toda clase de gente del mundillo a comprar discos y hablar sobre
jazz, teníamos unos grupos informales de debate, no meros
corrillos. Un día estábamos hablando y alguien dijo,
“eh, ¿habéis oído hablar de este saxo
tenor de Harlem, Sonny Rollins? El tío toca de verdad”.
Eso fue en 1949 y yo no sabía que tú habías
grabado ya con Babs Gonzales y J J Johnson, pero en mayo, creo,
J J te hizo venir con su grupo a grabar para Prestige, y yo andaba
por allí haciendo todo tipo de trabajillos. No estuve presente
en esa sesión, pero un amigo mío sí, y describió
tu presencia, tu forma de tocar, de forma positiva. Yo no te llegué
a oír en persona hasta que tocaste con Miles Davis. Conozco
la historia de que estabas tocando en el 845 Club en la Avenida
Prospect del Bronx con un trío sin piano –un formato
que emplearías mucho más adelante– y que fue
allí donde Miles te oyó. ¿Recuerdas eso?
SONNY ROLLINS: Tocábamos en los intermedios,
éramos los teloneros, como se dice ahora. Miles Davis y Dexter
Gordon, ambos grandes nombres del jazz, eran los cabezas de cartel,
y nosotros éramos sus teloneros. Después de tocar,
Miles vino y me dijo: “Venga, únete a mi grupo”.
Fue fantástico, porque Lowell Lewis era un fan de Miles.
A todo el mundo le encantaba Dizzy, pero nosotros oímos algo
en Miles Davis y ésa era la dirección que estaba tomando
su música. O sea que fenomenal.
IRA GITLER: Antes de pasar a tu primera grabación
de estudio con Miles Davis, 1949 fue un año clave para ti,
porque grabaste dos veces con Babs Gonzales, dos con J J Johnson
y una con Bud Powell para Blue Note. De forma que realmente estabas
haciéndote un nombre en el jazz, porque la gente se dio cuenta
de que había una nueva voz del saxo tenor.
SONNY ROLLINS: Exacto, tuve la suerte de tocar
con el gran Bud Powell y aprendí mucho de esa experiencia.
Tuve mucha suerte de tocar con esa gente. Tengo algún talento
natural y eso me capacitó para tocar con todos esos grandes
artistas. Esto es algo que le digo a todo el mundo, de verdad que
no merezco… por supuesto que trabajé, estudié,
pero tenía una aptitud natural, y eso fue lo que me llevó
a esas situaciones. Lo digo humildemente porque es un don que me
fue dado. Tuve la suerte de poder usarlo y, como decías,
he atravesado momentos duros, pero he tenido la suerte de sobrevivir,
supongo que se podría decir así, así que ésa
es la razón por la que estoy aquí ahora. En todo caso
Bud Powell era un verdadero genio y el hecho de que me escogiera
a mí –yo debía de tener 18 o 19 años–
fue un verdadero espaldarazo. Estoy muy satisfecho de que se recuerde
a esos músicos hoy en día y de que sus nombres pervivan.
Son personas que llevaron mucha felicidad a un montón de
gente. Además, el jazz no es sólo alegría,
es intelecto, te obliga a usar la cabeza. Cierto, es fantástico,
se puede bailar, pero también es intelecto… y eso es
algo que necesita todo el mundo, necesitamos pensar. Por esa razón
las clases de música son excelentes para los niños,
porque necesitan activar esa parte de sus mentes. Ésa es,
en mi opinión, la razón por la que el jazz es una
fuerza social muy importante, aparte de lo musical. Bud Powell es
uno de esos músicos, cuando le oías tocar era alegre
y jovial, pero su forma de tocar requería un profundo nivel
de reflexión. Lo que tocaba requería mucha reflexión,
lo que añade un nivel más de disfrute.
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2006 Juan Carlos Hernández |
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IRA GITLER: Una cosa extraoficial que hice entonces
fue dar títulos a temas que no los tenían…
SONNY ROLLINS: … quieres decir aparte de
fregar suelos, ¿no?...
IRA GITLER: … así que, al final de
la sesión, Miles había estado hablando con Bob Weinstock,
diciéndole “tienes que fichar a Sonny”. Le había
convencido a Bob para darle protagonismo a Sonny, y John Lewis,
que era “Don Puntual”, tenía que estar a las
diez de la noche sobre el escenario de Birdland con Lester Young,
así que ya se había ido. Miles tocó el piano
y Sonny improvisó sobre los acordes de “Confirmation”,
sin tocar el tema, así que “Confirmation” lo
titulé “I Know”. Y esa fue su primera sesión
como líder, pero en realidad era una sesión de Miles
Davis.
SONNY ROLLINS: ¡Y mira qué pianista
tenía, Miles Davis…!
IRA GITLER: Sé que no podemos abarcar toda
tu carrera, así que voy a ir saltándome cosas. En
octubre regresaste al estudio otra vez, con Miles y Jackie McLean,
y fue la primera vez que se sacó provecho de la grabación
en LP. Anteriormente Zoot Sims había hecho algunas grabaciones
de diez minutos, pero fue porque tenía los ojos cerrados
y no podía ver a la gente agitando los brazos para que parase.
En esta sesión de Miles se planteó que los temas durasen
cuarto, seis, siete minutos, lo que fuera, y fue la primera vez
que se hizo así. Yo no estuve presente, pero Charlie Parker
estaba allí, lo que puede que pusiera más o menos
nervioso a Jackie McLean. No sé cómo te pondría
a ti, estabas teniendo problemas con tu caña, pero tocaste
solos hermosos y con sentimiento, a los aficionados no les importaba
que el saxo rechinara ocasionalmente en los solos. ¿Qué
recuerdas de esa sesión?
SONNY ROLLINS: Recuerdo esa sesión, pero
hay algo que acabas de decir que me parece muy significativo: decías
que Zoot Sims estaba tocando con los ojos cerrados y no supo cuándo
parar. Me parece muy interesante, porque la gente me suele preguntar
“Sonny, ¿en qué piensas cuando tocas un solo?”
Les cuento que cuando estoy tocando a mi mejor nivel, que no es
a menudo, tengo la mente en blanco. No estoy pensando en nada en
absoluto. Es como estar en una especie de trance. A menudo, cuando
toco, mis colegas del grupo tienen que avisarme de que ha llegado
el momento de bajarse del escenario. No sabía lo de Zoot.
Zoot era un tipo encantador, un músico delicioso, un buen
amigo mío que acaba de subir un peldaño más
en la estima que le tengo.
IRA GITLER: La sesión de Miles fue histórica
por la ampliación del tiempo disponible, del tiempo para
explayarse.
SONNY ROLLINS: No me acuerdo. Recuerdo que Bird
estuvo allí, eso sí lo recuerdo.
IRA GITLER: Bueno, no sé si fue esa sesión
la que sirvió para convencer a Bob Weinstock de que te ofreciera
un contrato. Como comentábamos antes, el 17 de diciembre
de 1951 Sonny iba a grabar su primera sesión como líder
y Bob me lo largo a mí porque le estaba dando un ataque de
ansiedad, o yo qué sé. Él ya no quería
estar presente en el estudio y me dijo: “encárgate
tú”. Esto supuso un pequeño impacto para mí,
alguien que a sus veintipocos años idolatraba a estos músicos.
Pero allí estaba yo. La piedra de toque de estas sesiones
fue “Mambo Bounce”, porque el mambo era la moda del
momento y Bob quería sacar tajada, así que le pidió
a Sonny que escribiera un mambo, y Sonny compuso esa pieza. Estábamos
ya en el estudio y Sabú Martínez, el conguero, se
había quedado atascado en el Bronx por una tormenta de aguanieve,
por lo que no llegó a aparecer. Aun así Art Blakey,
Kenny Drew y Percy Heath empezaron a intentar sacar “Mambo
Bounce” adelante. Prestige no solía dar tiempo para
ensayos en sus grabaciones, o sea que, básicamente, estaban
ensayando “Mambo Bounce”. Tenía un tema lioso
y estaba dando problemas, después del ritmo de mambo pasaba
a 4/4, por lo que los músicos estaban teniendo problemas
de ajuste. Yo me estaba poniendo nervioso. Sonny estaba allí,
pero no tenía correa para su saxo, por lo que tuvo que hacerse
una con una percha de alambre y un trozo de cuerda. Al final, hizo
algún ajuste y lograron pulir el final de “Mambo Bounce”
y grabarlo. También hizo algunas baladas preciosas y unos
temas rápidos, y salvamos la noche. Eso fue al principio
de nuestra época en Prestige. Más adelante, en el
53, hicimos una sesión muy renombrada, contigo y Charlie
Parker, Miles Davis y Percy Heath. Fue una sesión caótica
por diversas razones, y creo que ése fue el día en
que Bird te llevó a un lado y te habló. [3]
©
2006 Juan Carlos Hernández
SONNY ROLLINS: ¿De verdad quieres que cuente
esa historia? Bueno, es un tema que hemos tocado antes, porque tiene
que ver con el consumo de drogas y whisky. Es un tema muy complejo,
porque los artistas, escritores y músicos son conocidos por
el uso de alguna clase de estimulante para ayudarles a crear. Esto
se remonta a mucho tiempo atrás. De alguna forma yo soy muy
anti estas cosas, porque muchas de ellas pueden ir en detrimento
de tu estado físico y mental, y te pueden destrozar rápidamente.
Es mejor ser capaz de escribir o salir al escenario y tocar sin
depender de ningún estimulante. Así es como debería
ser, pero la vida no siempre es como debería. La gente usa
drogas, cosas que les hagan sentir bien, es normal. Charlie Parker
era mi ídolo, había estado metido en drogas y sabía
que sus discípulos, como yo, estábamos metidos en
drogas por su causa. En esa sesión, en la que fue mi fortuna
y bendición poder tocar con él, se dieron una serie
de acontecimientos y le mentí, le dije que estaba limpio
y en realidad no era así. Cuando se enteró, la cara
que puso cuando se enteró de que yo estaba haciendo cosas
a las que él se oponía firmemente... él no
estaba lo bastante fuerte como para dejarlo en ese momento, pero
no quería crear una generación entera de zombis drogadictos.
Lo supe en ese momento. Así es que ése fue un momento
muy importante de mi vida y fui capaz de extraer de esa experiencia
la decisión de no permitir que nada, que ningún cuerpo
extraño interfiriese con lo que yo quería hacer, que
era tocar. Esto me ayudó en gran medida a tomar esa decisión,
y ocurrió ese día.
IRA GITLER: Creo que la sesión que hiciste
con Miles en la primavera de 1954, en la que se grabaron tres de
tus composiciones, “Oleo”, “Airegin” y “Doxy”
–que se han convertido en standards– fue un momento
muy importante de tu carrera [4]. Como cuando entraste en la banda
de Max Roach en 1955, que fue lo que realmente te puso en el candelero,
estabas componiendo más, tú y Clifford Brown formabais
un tándem verdaderamente increíble. También
grabaste un disco –Saxophone Colossus– que
sigue siendo reverenciado a día de hoy y que tenía
tantos temas influyentes por diversos motivos que, como dijiste
una vez, no sabías que estabas tocando de esa forma hasta
que Gunther Schuller escribió un artículo sobre “Blue
Seven” titulado “Improvisación Temática”
[5], tuviste que leerlo para saber lo que estabas haciendo. Y el
calipso “St. Thomas”, que inició toda una tradición
tuya de calipsos, en los que has plasmado algunas de tus interpretaciones
más importantes. Y “Mack The Knife”, donde muestras
la influencia de Lester Young [6]. Pero volviendo al asunto del
calipso y la forma en que tocas solos largos, reinventas y retornas
a una melodía, insuflando un nuevo vigor a una melodía
y a lo que sale de ella, todo eso me lleva a lo que haces en temas
como “Three Little Words”, “Autumn Nocturne”
y ese original tuyo tan infravalorado que es “Silver City”,
en el que regresas a la melodía y vuelves a despegar. ¿Podrías
hablarnos de esa forma de tocar?
SONNY ROLLINS: No, la verdad es que no puedo, porque
es algo natural. Probablemente el análisis sea importante
para los musicólogos, pero para mí es algo simplemente
natural. No hay nada que pueda decir al respecto. Como decía
antes, es un don natural, o sea que no tengo forma de explicarlo.
A propósito, cada persona del mundo tiene
un don. Todo el mundo puede hacer algo que será apreciado
profundamente por otros. Así que no me importa decir que
tengo un don, porque todos tenemos dones. Cada uno de nosotros.
IRA GITLER: En estas piezas en las que te inspiras
y, de alguna forma revolucionas tu propio motor retornando a la
melodía y despegando de nuevo… te he visto muchas veces
en festivales, pero el epítome de esa forma de tocar fue
una ocasión en la que estábamos presentes Stanley
Crouch, Gary Giddins y yo en la Universidad Estatal de Buffalo,
y empezaste a tocar “Don’t Stop The Carnival”,
estuviste realmente inspirado, yo no paraba quieto en mi asiento.
Ése fue un ejemplo en el que tú te diste al público,
simplemente te diste a la gente y creo que eso es parte de tu don
como persona, tu enorme generosidad con tu música.
SONNY ROLLINS: ¡Vamos, que soy un buenazo!
IRA GITLER: ¡En el buen sentido! ¿Podemos
hablar de tu faceta espiritual? Una vez que te fui a entrevistar
cuando vivías en el Lower East Side, tenías un apartamento
muy humilde. Tenías una tabla para hacer sentadillas, unas
mancuernas, bebías zumo de naranja y noté que sobre
una de las mesas tenías un credo de la Rosacruz. Más
adelante te interesaste por el Zen y otras tradiciones religiosas
de Japón e India.
SONNY ROLLINS: Desde muy joven me di cuenta de
que existe una fuerza superior que hace cosas de las que yo no soy
capaz, una fuerza superior a mí. De forma que, como mucha
otra gente, te haces preguntas y tratas de buscar la forma de tratar
el asunto. Aún tengo relación con la Orden Rosacruz
y el yoga, porque éstas son cosas intemporales que aprendes
y te acompañan durante toda tu vida, y a mí me han
ayudado a sobrevivir. No puedes predicar a la gente, debes hacer
lo que sientas que puedes hacer. Mi único argumento es que,
en mi vida, me ha ayudado a sobrevivir. El hecho de tener unos valores
ajenos al materialismo, pensar un poco aparte de llevarme algo de
helado a la boca, que aparte de eso hay algo ahí afuera.
Creo que todo el mundo se siente así, y que las religiones
te ayudan al menos a llegar a ese punto, con un poco de suerte.
No me gustaría nada pensar que he vivido todo este tiempo
y que todo lo que puedo mostrar es un montón de coches y
que comí muy bien. Si eso es lo que los demás esperan
de la vida, vale, pero me pides que explique mis intereses. Y mi
interés, desde muy joven, es que me di cuenta de que hay
algo más que quiero alcanzar. Y eso es lo que he hecho. No
obstante no trataría de convencer de nada a nadie. Si no
lo creen te arriesgas a perder tus propias creencias. No estoy aquí
para decir que mi vía es la mejor, sólo pensé
que había algo más concreto para ayudarme a llegar
a ser quien quería ser.
IRA GITLER: En una ocasión dijiste que el
jazz siempre ha sido una música integradora. Había
veces en las que los negros y los blancos se empezaban a mezclar
un poco. El jazz no sólo era una música, era una fuerza
social en este país que hablaba de libertad y de gente disfrutando
las cosas por lo que son, sin preocuparse de si son blancas o negras.
El jazz siempre ha sido la música con esa clase de espíritu.
Cuando era joven, para mí los embajadores eran Coleman Hawkins,
Lester Young, Benny Carter… la misma gente que tú oías
y escuchabas. Esta música significaba algo para mí
y tú eres la continuación de esa línea como
uno de los grandes embajadores de la raza humana. Gracias por ser
Sonny Rollins.
©
2006 Juan Carlos Hernández
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N. del T.:
[1] Conocido periodista estadounidense que ha admitido
públicamente su drogadicción.
[2] Gitler, I.: Swing To Bop – An Oral History of the
Transition in Jazz in the 1940s (Oxford University Press, Nueva
York 1987).
[3] Sonny Rollins: and The Modern Jazz Quartet (Prestige/Fantasy
OJCCD-011-2) contiene “I Know” y “Mambo Bounce”.
[4] Miles Davis: Bags’ Groove (Prestige/Fantasy OJJCD-245-2)
contiene las versiones mencionadas de “Oleo”, “Doxy”
y “Airegin”.
[5] Schuller, G.: "Sonny Rollins and the Challenge of Thematic
Improvisation”, publicado originalmente en Jazz Review, nº
1, 11/1958 y reeditado en Walser, R. (ed.): Keeping Time –
Readings in Jazz History (Oxford University Press, Nueva York
1998).
[6] Sonny Rollins – Saxophone Colossus (Prestige/Fantasy
OJCCD-291-2) contiene los temas “Blue Seven”, “St.
Thomas” y “Mack The Knife” (bajo su título
original de “Moritat”).
Finalmente, la traducción mensual dedicada
a Teddy Charles prevista para mayo pasa al mes que viene.