Cuando fuimos a visitar a Sun Ra, el cerebro de la
antigua Solar Arkestra, nos preguntábamos con que tipo de personaje nos íbamos
a encontrar. Aunque la víspera había hecho una dolorosa visita al dentista,
Sun Ra fue muy amable y decidió iniciarnos realmente a su música. En una
habitación bastante miserable con las paredes cubiertas con sus cuadros y unos
pocos muebles repletos de discos suyos, ejerció de maestro, leyendo sus poemas.
Si su música a menudo resulta irritante por su voluntad constante de sorprender
–cuando decide tocar una música del espacio y de los tiempos futuros,
bastante fría y sin alma–, hay que admitir que es un excelente arreglista,
compositor, jefe de orquesta y pianista.
Sun Ra conoce perfectamente el jazz y nos
sorprendió escuchar antiguas grabaciones Saturn que reflejan una sorprendente
comprensión de las músicas «tradicionales». Liberado de sus obsesiones
futuristas, logró compartir con nosotros lo que le entusiasma: en Kingdom of
Not -«pieza que no evoca un reino pasado sino un reino que, si bien no
existe, existe de todas formas» (Sun Ra dixit)–, también en Blues at
Midnight o en El is a Sound of Joy (Saturn SRLP 216), interpreta un
jazz con un sabor antiguo y nuevo a la vez, de lo más gozoso, en compañía de
Art Hoyle (tp), Julian Priester (tb), Pat Patrick (as), John Gilmore (ts),
Charles Davis (bs), Victor Sproles (b). En cuanto a Sun Ra, su toque de piano,
que nunca se adentra en rincones demasiado oscuros, es de lo más eficaz: dirige
y acompaña a los otros músicos con una autoridad y una seguridad notables.
La música mágica de las esferas, las sonoridades
supersónicas del siglo XXI, los secretos del sol – denominaciones que da
entre otras cosas, a su música – no deben ocultar lo esencial: unos secretos
antiguos como el mundo y una energía creadora que tiene que aflorar de estos
escombros. La era espacial tal vez haya llegado, pero la música que saldrá de
ella aún no ha nacido. Sun Ra cree, con cierta ingenuidad, presentirla, pero al
querer ir demasiado deprisa, se arriesga a pasar al lado de bellezas más
seguras, aquellas que sin duda lleva en sí mismo y de las que no tendría que
separarse. Es posible que Sun Ra no haya sido descubierto lo suficientemente
pronto por el gran publico y esperamos que su asociación –breve, es cierto,
al estar ya rota– con los componentes de la "New Thing" no oculte
una parte, la más importante sin duda, de su música y de su talento. Habrá
que esperar aún algunos años para descubrir en su totalidad el jazz de este
personaje que quiere conservar su misterio bajo un seudónimo que se puede
traducir por «Dios del Sol» y de quien sabemos que nació hace más de 20
años y menos de 40, en la mitad sur de Estados Unidos.
Su nueva orquesta se llama «Sun Ra and his Myth
Science Orchestra»: ¿qué significa este nombre?
Creo que la ciencia mítica es algo muy importante.
El mito permite al hombre situarse en el tiempo, en el pasado y en el futuro. Lo
que busco, son los mitos del porvenir, del destino del hombre (NDLR :¿nota
de la redacción?: Mitos escatológicos). Creo que si queremos actuar sobre el
destino del mundo, habrá que tratar con el mito. Mi música, a veces, aborda el
mito. Los sabios, los escritores y los poetas trabajaron y pensaron en el mito
pero jamás lo hicieron los músicos. Los músicos tocan haciendo referencia al
pasado porque lo conocen pero tienen miedo cuando se les pide que toquen de
manera diferente.
¿Trabaja usted ayudándose de la electrónica?
Con una celesta por ejemplo, que está tal vez
considerada hoy como un instrumento electrónico, pero es algo accidental. En
mis discos se oyen sonidos que evocan la electrónica pero que son producidos
sin ella. Mi música es natural y los sonidos que utilizo están en consonancia
con nuestro tiempo.
¿Cuál es su objetivo?
Intento expresar el infinito… Resuelvo ecuaciones
cósmicas desde un plano musical.
¿Se considera usted un músico de jazz?
Antes sí. Ahora no. El jazz, al principio, era algo
hermoso. Los músicos que han creado el jazz nunca han sido muy conocidos por el
público. Pero los músicos célebres de hoy se han inspirado mucho en su
música. Grupos como los Sunset Royals y los Carolina Cotton Pickers y otros,
tocaban de una manera natural, como lo que quiero hacer yo ahora. Pero no
tuvieron éxito. Muchos músicos que tocaban en estas orquestas tuvieron que
irse a otro sitio: son los que conocéis hoy. Y por tanto, no son creadores. Los
verdaderos creadores, eran los lideres de estas orquestas que tocaban de una
manera natural y libre y que recorrían el país. Pero nunca fueron ayudados por
la publicidad, les dejaron morir. Por eso hoy en día, hay muy poca gente a
quien le guste el jazz. Lo que se ofrece ahora, es una imitación del jazz. El
público lo sabe. Yo toqué con Coleman Hawkins, Stuff Smith, sé de lo que
hablo.
¿Dónde tocó con ellos?
Toqué el piano con ellos en Chicago. Creo que a
Stuff le gustaba lo que hacía. Decía que hacía cosas inhabituales. Me
sorprendió cuando Coleman Hawkins me contrató porque es un músico
tradicional. Cuando tocábamos, casi siempre, miraba mis manos, como si lo que
yo hacía fuera algo imposible.
¿Le gustaba su manera de tocar?
Sí, daba la impresión de que le gustaba. Un día,
conté esta historia a la baronesa Nica. Sin duda no me creyó porque una noche
me llevó al Village Vanguard donde tocaba Coleman Hawkins. Ella se sorprendió
porque Coleman me dijo: "Usted es la única persona que ha compuesto algo
que soy incapaz de tocar. Este tema que usted me dio en Chicago, intento muchas
veces tocarlo ¡y no lo consigo!" El tema, en cuestión, no era una
composición sino un arreglo de I’ll remember April. Sabe usted, cuando
toco un estándar, lo hago de una manera diferente a los demás, nadie lo ha
tocado así antes.
Usted formó parte de la «Jazz Composers Guild»…
Si, entré en ella porque tocaban una música
diferente, porque buscaban nuevas vías… Pero me di cuenta de que no eran muy
sinceros en ciertas cosas que decían. Entonces, lo dejé.
¿Tiene algo en común su música con la de los
músicos de la New Thing ?
Realmente no, porque lo que hago está basado en lo
natural y ellos, probablemente, lo que hacen está basdo en aquello que
aprendieron en la escuela. En todo caso, no tiene nada que ver con el aspecto
natural que quiero dar a mi música. Como le decía, todo lo que hago es
natural. Hay compositores que escriben la melodía y después dejan a la
sección rítmica imprimir el ritmo a la melodía. No es así como trabajo.
Conmigo, la nota está en mi mente a la vez que el ritmo. Mi música es música
de precisión. Conozco exactamente el ritmo que debe tener mi música y sólo
este ritmo es válido. Tengo en mi mente la imagen completa de mi obra en todos
los planos: melodía, armonía y ritmo.
Pero usted, para expresarse, necesita utilizar a
músicos como intermediarios …
Si, como un dramaturgo que necesita actores… En
Chicago he visto a actores improvisar una obra. Era muy interesante. A veces
hacemos lo mismo. Toco el piano, doy el tono general y el feeling en la
introducción y la orquesta se pone a tocar. Así tengo un tema completo, como
si lo hubiera escrito. Pero sólo puedo obtenerlo porque algunos de mis músicos
tocan conmigo desde hace 9 años: sienten aquello que quiero decir…
¿Con qué instrumento acostumbra usted a componer?
Utilizo frecuentemente la celesta. A veces, el
órgano o el piano. El feeling es diferente con cada uno de ellos.
¿Cuándo compone usted?
Cuando era niño, cantaba melodías andado por la
calle pero por enconces no podía tocar. Tenía ganas de escribir las melodías
que tenía en la mente pero no sabía leer música. La estudié cuando fui al
conservatorio. Hoy, sé escribir música pero esto no ha cambiado nada en el
plano de la inspiración: me siguen viniendo las melodías a la mente de forma
natural.
Pero cuando usted compone, ¿hay imágenes que usted
intenta traducir, restituir musicalmente?
No, pero me influye la gente que está a mi
alrededor. Cada ser emite vibraciones que me influyen de una manera determinada.
Cada uno tiene vibraciones especiales, diferentes cada día. Cuando alguien
está mal, la vibración está en el aire y si usted está cerca de ella, la
siente. Además, cada vibración puede convertirse en color. Me parece que las
diferentes épocas tienen colores particulares y el azul es el color de hoy, el
azul y el gris. El año pasado, me gustaba el rojo. ¿Sabe que esta historia de
la vibración es algo científico? Cada célula del cuerpo de un hombre vibra
distintamente y cuando la armonía de las vibraciones se quiebra, el hombre
enferma. La semana pasada, un amigo de California me dijo que se estaba
inventando una máquina capaz de arreglar las vibraciones de los cuerpos
humanos. La gente pasaría por estas maquinas y estarían libres de enfermedades
durante 10 años. La máquina empieza emitiendo las vibraciones más graves y
termina por las más agudas… ¡Me parece fantástico!
¿Lee usted muchos libros de ciencia ficción?
Leí muchos cuando estaba en la escuela. Tebeos,
revistas de ciencia ficción… Pero hoy ya no es ficción porque las cosas que
leí se están produciendo.
¿Y las películas de ciencia ficción?
Son películas extrañas y horribles pero yo no veo
que el espacio sea horrible. Creo que la gente que las hace realiza una especie
de retrato de nuestro planeta. En estas películas a menudo se pueden ver a
seres del espacio que después de haber hecho algo válido son maltratados por
los terrícolas. Yo creo que un día la tierra será invadida por los seres del
espacio. La gente del espacio y la de la tierra se tendrían que instruir
mutuamente sino se producirá una destrucción generalizada para todos. El amigo
del que hablaba, también me dijo que los seres del espacio habían contactado
con hombres de California. Parece fantástico, ¿no?
Sí, se habla mucho de esto en Estados Unidos…
¿Piensa usted que es verdad?
Pues me dijo que los seres del espacio habían
contactado con algunos científicos para pedirles que advirtieran a Washington
de que no colocasen sus bombarderos a tiro, sino los destruirían. Lo curioso es
que más tarde, algunos bombarderos explotaronen Vietnam. Tal vez sea una
coincidencia, pero explotaron.
Usted también es poeta. ¿Escribe poesía con
frecuencia?
Si, muy a menudo pero, en cierto sentido, no es
realmente poesía: a veces los versos riman, a veces no riman. Lo que quiero
hacer es asociar palabras para que produzcan un efecto. Si usted mezcla dos
productos químicos consigue una reacción. De la misma manera, si se juntan
determinadas palabras, obtendrá una reacción que tendrá determinado valor
para la gente de este planeta. Por eso sigo juntando palabras. Einstein dijo que
buscaba una ecuación para la vida eterna. Pero construyeron una bomba atómica
y su trabajo quedó apartado. Pero estoy seguro de que tenía razón. Si
juntásemos las palabras adecuadas, o incluso, si pudiéramos pintar la imagen
adecuada que emitiera las vibraciones adecuadas, lograríamos cambiar el destino
del planeta. Esto va mas lejos que la ciencia ficción. Lo imposible me interesa
porque todo lo que es posible ha sido hecho sin que el mundo cambie. Nuestra
época es muy extraña y se van a tener que utilizar cosas que nunca habíamos
imaginado. Por eso siempre hablo de lo imposible y pido a mis músicos tocar lo
imposible. Y a veces, lo logran.
¿Le interesa la astrología?
Si, en cierto sentido. Muchas veces, en los libros
de astrología hay cosas muy interesantes, cosas imposibles, increíbles.
¿Cree usted en los fantasmas?
Encuentro fantasmas por la calle a diario. Hay
personas que son fantasmas, de eso estoy casi seguro. Según algunos, la muerte
fue abolida hace 3000 años. Antes, no me lo creía mucho pero desde hace cuatro
años he visto tantas cosas extrañas … No porque no se puedan ver algunas
cosas significa que no existan.
Parece que muchos músicos actuales se interesan por
los fantasmas…
Sí, seguramente lo hacen porque yo me he interesado
por ello. Como fui el primero en hacer determinadas cosas, piensan que si hago
algo, esa es la dirección a tomar. Hace 9 o 10 años fui el primero en tocar
una música de nivel espiritual. Hace poco Coltrane toco una obra, A Love
Supreme, con pretensiones espirituales. Y ha habido otras cosas en la misma
dirección. Pero yo, hace 10 años, no creaba mi música pensando en la
religión sino en la ciencia cósmica. Abordo muchos problemas a través de mi
música pero también los puedo explicar matemáticamente. Poca gente puede
hacerlo. Tocan y sienten algo pero no lo pueden explicar como lo haría un
hombre de negocios. Mire, le voy a explicar algo, escribo música en función de
la persona que la va a tocar. Esta música nadie más la podrá tocar. Si
escribo algo para Archie Shepp, sólo él la podrá interpretar. Es como si va
usted al sastre para que le haga un traje: será su traje de la misma manera que
será su pieza.
Yusef Lateef y Roland Kirk son músicos que trabajan
mucho el sonido… ¿Qué opina?
Lateef hace cosas muy bonitas dentro del estilo de
música de ambiente. En cuanto a Kirk, hace cosas fantásticas con sus tres o
cuatro instrumentos pero hace tiempo que no he oído nada comparable a, por
ejemplo, "Round about Midnight" de Monk…
¿Es su músico preferido?
No definitivamente, porque en cierto sentido, es
limitado y me gusta que las cosas vayan más lejos. Pero tocar, toca.
¿Qué piensa usted de la música de Mingus?
Mingus ha hecho buenas cosas. Escoge buenos
músicos. Es él quien descubrió a Jackie McLean. En un disco Savoy, toca con
uno de mis alumnos, el batería Willie Jones.
¿Conoce usted la música india?
¿Se refiere a los ragas y todo eso? No, no la
conozco muy bien. No me interesa mucho porque es religiosa. He llegado a un
punto en el que necesito más que ese simple aspecto. Los indios no han ido muy
lejos con su música por culpa de ello. Pienso que una música debe poder unir a
todos los pueblos.
La música de su «myth-science orchestra», ¿le
dará miedo al público o le hará feliz?
Primero, la gente se asustará porque mi música
representa la felicidad y no están acostumbrados a ella, están acostumbrados a
la tristeza, a la destrucción, tienen miedo de que les ocurra algo terrible. No
pueden imaginarse que pueda ocurrir algo positivo porque el mundo esta enfermo,
agonizante. Mi idea es que hay que empezar por estudiar los mitos y ver qué se
puede hacer con lo imposible. He reunido algunas ecuaciones que parecen
ridículas pero que son válidas. Las he mostrado a matemáticos que quedaron
trastornados porque no pudieron decir que fueran falsas sino sólo extrañas y
porque ridiculizaban al mundo. Y cuanto más observo al mundo, más pienso que
es ridículo. ¡Alguien nos miente y se está preguntando cuando nos
despertaremos! Por eso todo lo que hago debe tener una precisión perfecta. Como
ya le dije al periodista del Chicago Herald, me considero más un
científico que un músico: soy un sabio de los sonidos.
© Jazz Magazine 2002
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