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de un aficionado se preguntará, ¿quien es este músico?,
¿de donde ha salido?, ¿qué música desarrolla?
o ¿con quién toca o ha tocado?. El simple nombre de
Baptiste Trotignon deja indiferente a la mayoría de los aficionados,
y algo similar sucede con las grandes guías musicales de
referencia, como la americana All Music Guide o la europea The Penguin
Guide to Jazz, que no lo citan; pero el desconocimiento de este
excelente artista no es suficiente excusa, para poder dar a conocer
uno de los músicos franceses con mayor proyección,
y que cuenta en su haber con importantes premios, así como
el reconocimiento de algunos de los intérpretes más
reputados de Francia.
De entrada hay que señalar
algunos datos biográficos, para poder conocer el desarrollo
de este músico. Baptiste Trotignon nació en el año
1974 y a la edad de cinco años sus padres le iniciaron en
la carrera musical con el violín. Pero durante su infancia,
Trotignon se impregnó de la sonoridad del piano, ya que su
padre lo tocaba como hobby. Ello propició que empezase a
estudiar piano por su propia cuenta a la edad de nueve años,
(concretamente el repertorio clásico y romántico alemán).
Su insistencia con el instrumento le permitirá unos años
más tarde, poder graduarse en la categoría de piano
y composición en la Academia de Música de Nantes.
A la edad de 13 ó 14 años, Trotignon empieza a considerar
la música de una forma más seria, y se le presentan
dudas entre dedicarse a la música clásica o al jazz.
En el año 1995, se traslada
a Paris, en donde empieza a ser conocido en los clubes de jazz,
así como en Festivales internacionales. Su presencia en la
capital francesa le concede la posibilidad no sólo de darse
a conocer como músico, sino de realizar muchos contactos
a nivel musical, que le van a proporcionar importantes réditos
en un futuro no muy lejano, y que le permitirán trabajar
como acompañante de músicos de la talla de Eric Le
Lann, Christian Escoudé, Ricardo Del Fra, Claudia Solal,
François y Louis Moutin, (con quienes entablará una
fructífera relación profesional en su grupo y participará
en grabaciones discográficas), Archie Shepp, David Murray,
Aldo Romano, o Frank Morgan, por citar sólo unos cuantos
ejemplos.
En 1996, obtiene el segundo
premio como solista en el Concurso Nacional de Jazz de la Defensa.
Desde el año 1998 ha ido desarrollando sus ideas musicales
como líder de su propio trío, formado por Clovis Nicolas
(contrabajo) y Tony Rabeson (batería). En el año 2001
recibe el premio Django de Oro, como el músico francés
más prometedor por su primer álbum “Fluide”.
Su segundo trabajo como líder “Sightseeing” apareció
a finales del año 2001, y con el mismo, Trotignon empieza
a confirmar su madurez musical. En el año 2002 recibe uno
de los premios más importantes de su carrera musical, gana
el Gran Premio en el Internacional Piano Jazz Martial Solal 2002.
Este concurso constó en el año 2002, de más
de 100 candidatos de 29 países, compitiendo unos contra otros.
El jurado estuvo compuesto por nueve figuras del mundo del jazz
escogidas por el propio Martial Solal. Unos meses más tarde,
en el año 2003 recibe el premio como músico revelación
francés, en el Premio Jazz Victory. En la primavera de ese
año aparece su tercer trabajo, y su primero a piano sólo,
denominado “Solo”, en donde interpreta música
completamente original, hasta el presente año 2005, en donde
pública su último cedé, con una rítmica
completamente distinta hasta la fecha.
© Foto Thomas Dorn
Producción musical
Como ya he comentado con anterioridad, su discografía como
líder no es abundante, tan sólo cuatro trabajos desde
el primero publicado en el año 2000 hasta la actualidad,
y todos ellos publicados en el sello discográfico francés
Naïve. Así mismo, ha participado en gran cantidad de
grabaciones como acompañante, resaltando entre ellas las
llevadas a cabo con el Moutin Reunion Quartet, con el Jean-Luc Chevalier
Quartet o con Claudia Solal.
Su primera grabación
como líder y en trío se llamada “Fluide”
(Naïve Y 225 099).
Grabado en el año 1999, pero publicado en el año 2000,
y se trata de un trabajo que combina tanto composiciones propias
como standards. En esta grabación se nos presenta como un
músico con un extraordinario talento y con una gran musicalidad,
lo que le valió que el propio Martial Solal declarara a cerca
de él, como el músico más brillante de la nueva
generación de músicos que habían surgido en
Francia a principios de siglo. Para llevar a cabo este proyecto
se rodeó de los músicos que en esa época tocaban
con el, y que eran los franceses, Clovis Nicolas (contrabajo) y
Tony Rabeson (batería). De la escucha de la grabación,
se puede percibir un trabajo muy personal y que le ha servido a
Trotignon, para dar a conocer su mundo musical, lleno de influencias
y vivencias personales. Se puede apreciar a un músico que
conoce a la perfección la tradición del piano, desde
Bud Powell a Bill Evans, llegando a músicos actuales como
Brad Mehldau. En Trotignon podemos ver en diversos pasajes musicales
una de las etiquetas más distintivas de la influencia Mehldau,
y en concreto, el tratamiento musical de independencia de ambas
manos. La interpretación de los standards es sencillamente
delicioso, atreviéndose con temas de gran calado musical
como “This is new”, “My shining hour” o
“I´m fool to want you”. El resultado de toda la
grabación nos confiere una música muy “fluida”,
con dosis de swing y con interesantes ideas a nivel harmónico.
Tras el éxito de su primera
grabación y los consecuentes frutos que le reportó,
tanto a nivel de reconocimiento como músico, como de premios,
Trotignon no tarda de nuevo en grabar y en publicar nuevo álbum.
Es por ello que en el año 2001, aparece su segundo trabajo,
también a trío (y con los mismos músicos Clovis
Nicolas y Tony Rabeson), “Sightseeing”
(Naïve Y 226 182).
En este segundo trabajo nos encontramos
con un músico extraordinariamente maduro en donde nos aporta
una evolución significativa de su trío en diversos
aspectos. De entrada todos los integrantes del trío aportan
temas propios al trabajo, lo que permite una mayor interacción
entre ellos, pero a su vez nos encontramos con formas musicales
diversas, con una música muy abierta lo que permite la posibilidad
de obtener gran cantidad de paletas sonoras por parte de todos los
integrantes.
Otra de las cualidades de este “nuevo”
trío proviene, tal y como señala el propio Trotignon
en las notas que acompañan al cedé, de su forma de
concebir la música de trío (piano, contrabajo y batería).
Y en concreto, de la búsqueda del “sonido” como
parte esencial y primaria de grupo, y en donde cada instrumentista
aporta su personalidad en aras de una musicalidad mucho más
importante, y que es la sonoridad del grupo, todo ello con la intención
de buscar una cohesión y afinidad, que se percibe a la perfección
a lo largo de los temas interpretados. Las composiciones que se
encuentran en este trabajo, permiten observar una música
muy “trabajada” y en consecuencia muy arreglada, pero
que tienen como leit-motive el ser respetuosos con la melodía.
El último aspecto de esta grabación, es que encontramos
a un pianista muy preocupado por los aspectos harmónicos,
lo que proporciona una riqueza musical por parte de todos los integrantes,
y que permite una escucha rica en matices y paletas sonoras y en
especial con un piano complicado en los desarrollos, muy melodioso,
lírico, pero con una gran personalidad en el desarrollo de
la música. En resumen, un trabajo en donde la compenetración
del trío llega a cotas de perfección y con una música
para disfrutar en toda su extensión.
Tras los primeros discos en formato
de trío hay que esperar dos años para que aparezca
su nuevo trabajo, en esta ocasión su primer disco en solitario
“Solo” (Naïve Y 226 210).
Con este nuevo disco, Trotignon se
presenta ante uno de los retos más exigentes que existen
para un pianista, y este no es otro, que el de desarrollar un programa
musical sin la colaboración de otro músico. Este trabajo
consiguió las mejores críticas en Francia cuando apareció
en el mercado discográfico, y por desgracia para los aficionados
españoles, pasó totalmente inadvertido en nuestro
país. El cedé se encuentra conformado por once temas
(algunos con una duración inferior a los tres minutos), y
todo el material desarrollado es original de pianista. Señalar
para los coleccionistas, que en Francia existe la posibilidad de
encontrar una edición limitada de este disco, con tres temas
adicionales que no salieron en la primera edición de esta
grabación.
Este trabajo es un de los proyectos
más ambiciosos del pianista francés, en donde todo
es importante, desde la portada del disco (donde aparece la foto
de sus manos en primer plano y en reposo), pasando por la maquetación
sobria de todo el disco y por supuesto, la música interpretada.
La escucha atenta del disco proporciona una idea de continuidad
y de totalidad musical en su planteamiento, estando los temas unificados
en un grupo de cuatro, en uno de tres y otro de cuatro, a modo de
suite. Baptiste Trotignon se muestra como un pianista complicado
en su concepción musical, con un toque en ocasiones confidencial
y con un aire melancólico en otros. Sus desarrollos en la
mayoría de las ocasiones son de gran dinamismo, muy cerebrales
pero muy limpios en su ejecución.
En el desarrollo de los temas podemos
encontrar claras influencias de estilos como la música clásica,
el blues y ciertas paletas sonoras con reminiscencias a música
new age. La utilización de la independencia de ambas manos
es apreciable, así como la obsesión por la repetición
de motivos con una mano, mientras que con la otra teje líneas
de improvisación o líneas de acordes. Además,
Trotignon es capaz de desarrollar un swing persistente y contundente,
para pasar a otros pasajes sonoros de intensidad y calidad. Este
trabajo en solitario de Baptiste Trotignon hay que escucharlo con
detenimiento y repetidas veces, para poder extraer del mismo el
caudal de musicalidad que contiene.
Por último, y para acabar
con la discografía de Baptiste Trotignon, en el presente
año 2005 se presenta el último disco del pianista
francés “Trotignon, El-Malek, Hall, Pallemaerts”
(Naïve NV 803011).
El último disco de este pianista
francés representa un nuevo reto en su carrera, debido a
que se ha rodeado de un cuarteto de interpretes (su anterior formación
de grupo era el trío), y de la utilización de unos
componentes completamente diferentes de los que hasta ahora había
utilizado en un estudio de grabación. Pero una de las cuestiones
más importantes de este trabajo, es la participación
de otro estupendo (y valga el decirlo de nuevo) y desconocido músico
francés, el saxofonista David El-Malek. Su aportación
es similar a la del pianista, al firmar cinco temas originales para
la grabación.
El encuentro entre pianista y saxofonista
es del todo productivo a nivel musical, y su entendimiento es palpable
a lo largo de los temas que se desarrollan, quedándose en
una posición expectante la sección rítmica,
y que se encuentran dispuestos a seguir a ambos líderes a
lo largo de los planteamientos que les van diseñando, tanto
en los respectivos solos que despliegan, como de acompañamiento
como grupo.
La música desarrollada tanto
por Trotignon como El-Malek, es ante todo momento exigente, lo que
conlleva que cada uno por igual se encuentre bien al tanto de los
retos musicales que plantea, en algunos momentos convirtiéndose
en una esplendida demostración de técnica instrumental,
rica y de gran invención rítmica por parte del saxofonista,
y de gran sutileza y fluidez sonora por parte del pianista. El claro
ejemplo de esta afirmación se puede observar en el tema compuesto
por El-Malek “Le chemin du serp”, o el de Trotignon
“Snow”. El resultado final de la grabación es
un grupo prometedor y que presenta unas credenciales perfectas para
tener continuidad en futuras grabaciones.
Todos los trabajos comentados vienen
a demostrar de una forma clara, la gran calidad que atesora Baptiste
Trotignon, gracias a una enorme aptitud tanto como músico
como compositor, y que el aficionado español hará
bien en descubrir, y por ello en tratar de buscar estas grabaciones
que harán las delicias de cualquier aficionado al piano,
y que a buen seguro se quedará sorprendido.
P.D. Quisiera agradecer las facilidades
que ha ofrecido el sello Naïve en España, tanto por
el material gráfico, documental y sonoro facilitado para
poder abordar la redacción del presente artículo.
© Juan Carlos Abelenda, Tomajazz 2005
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