- Fecha: Miércoles, 24 de Julio de 2013
- Lugar: Jamboree (Barcelona)
- Componentes:
Ben Wendel: saxo tenor, fagot, piano y composiciones
Dan Tepfer: piano, saxo tenor y composiciones
Comentario:
La formación de dueto no es de las más habituales en el campo jazzístico, y aun menos la de saxo y piano. En un primer momento me vienen a la memoria -con la ayuda de un pequeño repaso por las estanterías-, los ya clásicos Archie Shepp-Horace Parlan o Frank Morgan-George Cables, el musculoso George Adams-Don Pullen (dos grandes músicos ya fallecidos pero demasiado olvidados en la actualidad, ¡si el gran Mingus levantara la cabeza!), los personales de Richard Beirach con George Coleman o Dave Liebman (con quien comparte el interesante cuarteto “Quest”), el melodioso Jean-Marie Machado, también, con Dave Liebman, el pausado Gil Evans-Lee Konitz, el atemporal Eli Degibri-Kevin Hays, el reciente Charles Lloyd-Jason Moran, el ítalo-británico Rita Marcotulli-Andy Sheppard, los intergeneracionales Heinz Sauer-Michael Wollny o Dan Tepfer-Lee Konitz, así como los de aire más contemporáneo Aki Takase-Louis Sclavis, Jason Robinson-Anthony Davis o Vijay Iyer-Rudresh Mahanthappa. Una pequeña lista que cualquier buen aficionado puede completar con la suya.
Dan Tepfer, parisino de nacimiento, después de su interpretación de las “Variaciones Goldberg” –que se pudieron escuchar, en la primavera y el otoño, de dos mil doce, en los festivales de jazz de Terrassa y Barcelona-, nuevamente ha vuelto a utilizar la fórmula del dueto (en el 2009 nos había sorprendido con Duos with Lee, con todos los temas “improvisados en el estudio sin planificación previa”), en esta ocasión con el saxofonista, canadiense, Ben Wendel (a finales de junio ya nos ofreció una muy buena muestra de su trabajo, como miembro del compacto y briosos cuarteto de latín jazz de Ignacio Berroa. Durante este verano también ha formado parte del quinteto del pianista armenio Tigran Hamasyan).
Wendel y Tepfer han editado, en este dos mil trece, el exquisito y cuidado Small Constructions, en palabras del pianista “es el resultado final de las sesiones, de unos pocos días, donde expresamos nuestro mutuo amor al jazz, a la clásica, al pop y más”. Del jazz, podemos encontrar las referencias explicitas de Lennie Tristano y Thelonious Monk, e implícitas las de Gary Peacock o Miles Davis; del mundo de la clásica, las explícitas de Georg Friedric Händel y las implícitas de Olivier Messiaen. La grabación está formada por doce temas, de los cuales siete son originales, tres de cada uno de ellos, más uno de escritura compartida.
En el Jamboree fueron desglosando buena parte de las piezas que configuran su reciente y remarcable trabajo en común, con muchos menos instrumentos de los utilizados en el disco, en esta ocasión, piano, saxo tenor y, en un par de temas, fagot. A gusto de uno, mejorando, todavía, los resultados de la grabación, algo que viene siendo muy habitual, y totalmente deseable, en el mundo del jazz, donde las improvisaciones se convierten en una relectura, una recreación o, cuando no, una nueva creación, elaborada en el momento, especialmente cuando los músicos son poseedores de un alto nivel, tanto técnico y como discursivo, como es el caso de este par de músicos.
Del disco interpretaron, la monkiana “Pannonica”, “Nines” con ciertos aires de film noir, el pausado y casi onírico “Gratitude”, el delicado “Jean & Renata”, “Line Up” de Tristano, el curioso y en buena parte sorprendente “Oblique Strategy”, en el cual, con plausible acierto, se intercambiaron los instrumentos, Dan al saxo tenor y Ben al piano. Entre estas piezas fueron intercalando una serie de estándares de Nino Rota -donde Ben cambio el tenor por el fagot-, Jerome Kern, Thelonious Monk, John Coltrane o Miles Davis, no presentes en el disco,“All the thing you are”, “Bemsha Swing” “26-2” o “Solar”.
Un trabajo de alta orfebrería, con unos arreglos muy trabajados, distintos de los habituales en el mundo jazzístico, con unos acompañamientos mínimos y substanciales, pero repletos de pequeños matices y sutilezas, con apreciables silencios para mejor desarrollo del solista, consiguiendo darle a su trabajo una impronta singular que lo hace muy actual y distinto.
Fueron dos pases de total exquisitez, una propuesta de calidad y a la vez asequible para un público muy amplio, con un mínimo de criterio y gusto, pero que desgraciadamente (como ya comentamos en relación al remarcable piano solo de Bojan Z, la ciudad de Barcelona padece fehacientes lagunas culturales) con una excesiva falta de público, unas ocho personas en el primer pase y apenas treinta en el segundo –algunas de ellas presentes en el pase anterior-.
La predisposición y entrega de los dos músicos fue total. Más extravertido Ben, pero ambos esforzándose en hacer las presentaciones en un comprensible castellano.
En resumen, el programador de la sala nos hizo un nuevo regalo, con esta pequeña joya, especialmente en directo, que son estas delicadas “pequeñas construcciones”. Dos músicos que resulta recomendable seguirles la senda muy de cerca.
Texto y fotografías: © Joan Cortès, 2013