- Lugar: Teatre d’Artà, Artà, Mallorca.
- Fecha: Sábado 29 de noviembre de 2014. 19:30
- Formación:
Jorge Pardo & Toni Cuenca + Orquestra de Corda i Big Band del Conservatori Superior de les Illes Balears
Jorge Pardo: saxo tenor y flauta
Toni Cuenca: bajo eléctrico
Agustí Aguiló: piano
Jaume Riera: teclado
Josep Sastre: flauta
Pep Garau: fiscorno
Miquel Àngel Rigo: saxo
Álvaro Arias: saxo
Roi Barros: saxo
Diego Riudavets: trombón
Joan Rosselló: trombón
Francesc Vidal: trombón
Felipe Martins: tuba
Jaume Blázquez: trompeta
Adrià Bimbo: trompeta
Paco Grancha: trompeta
Sergio Rosado: trompa
Agustí Cuenca: trompa
Alfredo Ardanaz: violín
Enric Pastor: violín
Carlota Coll: violín
Beatriz Torres: viola
David Arévalo: violonchelo
Maria Servera: contrabajo
Joan Garcías: contrabajo
Jaume Roig: vibráfono
Toni Cuenca jr: batería
Teo Salvà: batería
Benjamín Habichuela: cajón
Kiko Carmona: bailaor
Silvia Fernández: bailaora
Tamar Cass: arpa
Hace unos años me quedé con las ganas de ver al maestro Jorge Pardo en Mallorca. Habían programado una actuación dentro del Flamenco In Time Festival. En aquella ocasión, venía con Carles Benavent y Tino Di Geraldo, su trío más célebre, pero pocos días antes del evento, la empresa responsable comunicó la cancelación del mismo por lo que fuimos muchos los que perdimos aquella oportunidad. Así que, cuando recibo la información del concierto que nos ocupa, no dudo ni un instante. La existencia de Jorge Pardo es vital para entender la evolución del flamenco en este país, al igual que lo son nombres como Camarón, Paco de Lucía o David Peña Dorantes (entre otros). Nombres mayúsculos que, puede que sin ser completamente consciente de ello, aúnan y aunaron tradición, modernidad y osadía, lo empaparon todo de alma y crearon evolución.Perder esta nueva oportunidad sería casi imperdonable.
Acompañado por la “Orquestra de Corda i Big Band del Conservatori Superior de les Illes Balears” dirigida por Toni Cuenca (responsable de los arreglos) y Xema Borràs, presentan Ànima Flamenca, un programa (en principio) cerrado con diez composiciones de Jorge Pardo y una de Paco de Lucía.
A la hora anunciada, y con un aforo casi completo, los músicos están preparados. Silencio absoluto en el Teatre d’Artà.
Jorge Pardo realiza una introducción en solitario al saxo para que poco a poco se incorpore toda la formación. La música clásica abraza a la música flamenca, y esta, a su vez, acoge la música jazz para que toda la conjunción de notas entienda a Jorge Pardo y este se sienta cómodo. Suenan los tres o cuatro primeros temas con Pardo al saxo tenor, y la música que llega es contundente, bien interpretada por parte de todos los músicos, con buena dosis de profesionalidad e improvisación por parte de Jorge Pardo… pero hay algo que me deja un tanto frío. Tal vez hay cierto grado de tensión. Cierta sensación de que no aparece el alma anunciada. Y es que imagino la cantidad de tiempo necesario para preparar este tipo de conciertos, al igual que imagino que el tiempo que han dispuesto ha sido más bien escaso. Estamos hablando de treinta y dos músicos encima del escenario. Nada fácil.
Sigue el concierto y esta vez Jorge Pardo coge la flauta. Entonces, empieza a surgir la magia. Está claro que Pardo es un saxofonista de primera clase. Sin duda. Pero cuando coge la flauta todo cambia, lo que el instrumento transmite a través de sus soplidos llega y agrede el alma. Además, acabado este tema, se dirige a los espectadores y explica que va a interpretar una taranta a solas con la flauta. Y lo que sucede en el escenario sobrepasa el umbral de lo sublime. Tal vez unos cuatro minutos de pura poesía flamenca. La emoción entra por cada poro que encuentra y entonces se produce el delirio propio. Tengo la sensación de tener ante los ojos a un cantaor de flamenco que transmite su todo. Como bien dice el cartel del evento “Ànima Flamenca”.
Acabada la taranta, Jorge Pardo sigue con la flauta, esta vez interactuando con la bailaora Silvia Fernández y el bailaor Kiko Carmona (y con Benjamín Habichuela al cajón flamenco), que exponen su arte con tremenda fuerza. Con mucha energía y embargados por la música, entregan al público una actuación breve pero muy intensa, y el público lo agradece. Durante el global del concierto, tienen oportunidad de intervenir en dos o tres ocasiones y lo hacen de manera contundente. Un gran acierto en el momento de programar esta actuación.
Por otra parte, me gustaría hacer dos menciones especiales. La primera es para Toni Cuenca. Aparte de realizar los arreglos de todos los temas (cuidadosos y bien acertados para la ocasión) y de dirigir junto a Xema Borràs la Big Band, interviene en algunos temas con el bajo eléctrico. Y este aspecto me parece muy original. El bajo eléctrico puede ser un fiasco en según que proyectos, a no ser que el músico sepa cómo sacar el máximo partido, y buena muestra de ello es una introducción que realiza en uno de los temas que deja a más de uno con la boca abierta. Y es que en algún momento casi puedes escuchar una guitarra española con sonido de bajo. La segunda mención es para el pianista Agustí Aguiló, que aunque realiza muy pocas intervenciones, me parece que tiene muy buen gusto y un estilo muy elegante. Suave en su digitación y transmitiendo su alegría. Lástima del claro error por parte del técnico de sonido ya que se le puede escuchar en un volumen muy discreto.
Poco más. Una noche notable, con muchos jóvenes interpretando e interactuando (aunque se echa en falta algo de desparpajo) con uno de los músicos más importantes de los últimos años. Se aúna juventud con veteranía, ganas de aprender con sabiduría y sobre todo, buena música. Mi bendición para este tipo de proyectos que son beneficiosos para ambas partes. Imagino que compartir escenario con Jorge Pardo tiene que ser un lujo (no exento de presión) para un joven que aspira a ser músico profesional.
Texto: © Jesús Mateu Rosselló, 2014
Fotos: © Miquel Àngel Daniel Veny, 2014