Comentario: Música
sin concesiones la del quinteto de Chicago, en su visita en
2004 a España. Sin la presencia de dos de sus componentes
originales (el trompetista Lester Bowie y el contrabajista
Malachi Favors Moghostut) y con el retorno de Joseph Jarman
conformando el trio original (que completan el saxofonista-percusionista
Roscoe Mitchell y el baterista-persucionista Famodou Don Moye),
su música resultó un viaje fascinante, estructurado
de una manera similar a la de sus dos últimas grabaciones
(Tribute To Lester en ECM, The Meeting en Pi Recordings, ambas
de 2003).
En el directo en un casi lleno Auditorio del Kursaal por una
parte afrontaron sus características composiciones
abiertas, base perfecta para la improvisación sin ataduras.
Por otro lado atacaron composiciones basadas en melodías
más concretas, pequeños oasis para una parte
de los asistentes según lo escuchado en los comentarios
a la salida del concierto.
A lo largo de este fueron sonando tanto temas tanto de sus
grabaciones clásicas como pertenecientes a sus últimas
entregas: Odwalla/The Theme, Sangaredi, Zeko, Alternate Take:
Zero, Magg Zelma, Tutankamon, Sidi Ifni, Happiness Is, Blues
For Zen, Hail We Now Sing Joy, Till Autumn, Dancer, Promenade:
Cote Bamako, Sing For Donald, Sing For Atalu, 597-59, Big
Red Peaches fueron sonando a lo largo del concierto.
Los componentes originales cumplieron perfectamente con su
papel, para una música exigente tanto para los músicos
como para los espectadores, a pesar de que la edad no pasa
en balde para unos músicos que formaron este grupo
hace casi 40 años, especialmente notable en la aperiencia
(que no en la capacidad instrumental) de Roscoe Mitchell.
No tanto así con Joseph Jarman, que además de
un variado multiinstrumentista, demostró ser un más
que notable cantante. Famodou Don Moye marcó perfectamente
el ritmo, bien a la batería, bien a las congas. En
cuanto a los sustitutos de los músicos del grupo ya
fallecidos, cumplieron a la perfección. Corey Wilkes
es miembro habitual del grupo de Roscoe Mitchell y demostró
ser un notable trompetista. Muy interesantes fueron sus demostraciones
a la trompeta emboquillando un par de ellas a la manera de
Rahsaan Roland Kirk con los saxos. Jaribu Shaid también
cumplió a la perfección, en un papel instrumental
más discreto como es el de contrabajista para una formación
de quinteto, a pesar de que tuvo la oportunidad de obsequiarnos
con un magnífico solo en la parte final del concierto.
Con casi ya cuarenta años a sus espaldas, el grupo
de Chicago demostró que su propuesta musical sigue
plenamente vigente, con un discurso exigente tanto para los
músicos como para los oyentes.
José Francisco
Tapiz