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27º FESTIVAL DE JAZZ DE GETXO
JORDI BERNI TRÍO
SOLID!
JEAN-LUC PONTY & HIS GROUP
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Fecha: 4 Julio 2003
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Lugar: Plaza Getxo Antzokia
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Hora: 19:30
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Asistencia: 300 personas aprox.
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Componentes:
JORDI BERNI TRÍO
Jordi Berni (piano)
David González
(contrabajo)
Xavi Hinojosa (batería)
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Lugar: Plaza Biotz Alai
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Hora: 21:30
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Asistencia: 1000 personas aprox.
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Componentes:
SOLID!
Bjorn Vidar Solli (guitarra)
Steinar Nickelsen (órgano)
Truls Ronning (batería)
JEAN-LUC PONTY &
HIS GROUP
Jean-Luc Ponty (violín)
William Leconte (teclados)
Mustapha Cissé (percusión)
Guy N´Sangué (bajo)
Thierry Arpino (batería)
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Comentario: Vive la
ciudad de Getxo estos días partícipe de una vorágine jazzística difícilmente
encontrable por otros lares.
Desde la media tarde y hasta avanzada la noche cualquier ciudadano puede
disfrutar de una oferta musical que ofrece muy distintas formas de abordar
el jazz. Desde el escenario de la plaza del "Getxo Antzokia",
hasta el escenario del "Piper’s Irish Club", sede de las jam
nocturnas, pasando por el escenario principal de la plaza Biotz Alai, se
puede disfrutar de más de 7 horas de música (casi) ininterrumpidas. Todos
los espacios llenos, toda la atención puesta en quienes difunden su música
desde los escenarios, todo el cariño de quienes asisten a los conciertos
hacia ellos.
Esa
magia que inunda la ciudad es la que hace de Getxo un festival diferente,
tanto en planteamiento como en desarrollo, a tantos otros que inundan los
veranos. Sin lugar a dudas una de las mejores opciones del aficionado para
comenzar sus vacaciones estivales.
SECCIÓN "TERCER MILENIO": JORDI BERNI TRÍO
Comenzó la tercera jornada del festival con la actuación del trío
liderado por el pianista Jordi Berni. La propuesta de este joven barcelonés
discurre por la senda del trío clásico de jazz, acompañado por el
contrabajo de David González y la batería de Xavi Hinojosa (sustituto en
esta ocasión del titular del trío Esteve Pi).
La música de Jordi Berni bebe directamente del trío de Oscar Peterson, así
lo reconoce en sus palabras y en su música, sin ningún tipo de rubor y sin
que ello suponga carga adicional a su discurso. Jordi se presenta como un músico
honesto y convencido que intenta transmitir a través de su piano la
grandeza de los clásicos. Sus argumentos se basan en la elegancia de los
grandes del género, sin dejar por ello de lado su particular visión del
jazz. Esto le llevó a intercalar en su concierto estándares de toda la
vida ("My foolish Heart", "All the things you are"...)
con composiciones propias. Composiciones que llevan meses sin título y a
las que Jordi no parece tener prisa en poner nombre y apellidos (los suyos
de momento parecen suficientes).
La bueno de sus composiciones es que "huelen" a estándar, a pesar
de estar recién plantadas y de que nadie las haya recogido en ninguna
grabación. Se echaron de menos más temas del pianista, temas que seguro irán
cayendo con el paso de los meses.
Concierto de buen jazz, algo en lo que tuvieron buena culpa los acompañantes
de Jordi. Un Xavi Hinojosa exultante en algunos pasajes (bellísima su
recreación del "Inception" de McCoy Tyner), encantado de haberse
encontrado con el piano de Berni, el contrabajo de David González y las más
de 300 personas que asistían al concierto. El contrabajo de David,
brillante y equilibrado durante todo el tiempo, dio al trío la estabilidad
sobre la que dejar flotar la música. Contrabajo que sirvió de soporte y
que dejó entrever en sus solos ganas de contar muchas más cosas.
Habrá
que seguirle la pista a Jordi Berni y a sus acompañantes, y confiar que en
los próximos meses sus composiciones sean más que la interpretación de
estándares.
CONCURSO DE GRUPOS: SOLID!
Con la actuación de "Solid!" tuvimos la
oportunidad de asistir al que parece ser primer claro finalista del concurso
de grupos. La participación de los grupos nórdicos en Getxo es ya una
tradición, casi establecida en las bases, en el discurrir del certamen. Y
razones no faltan. La música que llega desde el norte de Europa es rica en
técnica, madurez e ideas. "Solid!" dieron buena muestra de ello.
Se presentó este trío como la formación más cuajada de cuantas hasta
entonces se habían paseado por el escenario principal. Un trío de
ensamblaje perfecto, rebosante de energía y dominador de un lenguaje
endiablado y vertiginoso que se ganó por méritos propios su derecho a
luchar por el premio final.
La guitarra de Bjorn Vidar recorrió a velocidad de vértigo los temas
compuestos, en su mayoría, por Steinar Nickelsen. Música fresca y
divertida, con ganas de agradar, atrapar y hace balancear las cabezas del
respetable. El mismo Bjorn traducía al español el nombre de una de las
composiciones de su compañero, balbuceando algo así como "cuánto más
borracho estoy, más me gusta". Con títulos de este pelaje uno sabe
que se encontrará con un trío que busca divertirse y divertir.
Destacó
junto a la guitarra la batería cargada de metralla de Truls Ronning, enérgico
en sus solos y capaz de sostener, y no perder, al resto de la banda. Se echó de menos en algunos temas que Steinar
no exprimiera las posibilidades del hammond, que sonó en ocasiones por
debajo de las expectativas que ofrecían sus dos compañeros de viaje. En
definitiva: un muy buen concierto de un grupo con mucho futuro.
JEAN-LUC PONTY & HIS GROUP
Salió Jean-Luc Ponty a quemar las cuerdas de su violín. Lo
consiguió, y las llamas alcanzaron al respetable que se entregó
encandilado a la música que desarrolló el quinteto liderado por el
violinista.
La música de Ponty navega desde hace años por terrenos afines al jazz, y
el concierto que ofreció en Getxo no hizo más que confirmar lo que nos
viene ofreciendo en sus últimos trabajos discográficos. Música centrada
en navegar desde el rock a la world music, aderezado todo ello con toques de
fusión africana bien elaborada (de los que enganchan a quien tiene ganas de
engancharse). El virtuosismo del que hace gala le presentó como vencedor
indiscutible de la velada. Virtuosismo que le hizo ganar la unánime ovación
de los allí presentes.
Se rodea Jean Luc Ponty de una agrupación efectista en conjunto pero que
analizada individualmente provoca algunas dudas. El caso más claro es el de
Thierry Arpino, batería de ascendencia rockera cuyo discurso queda en
algunos temas al margen del resto del grupo. Trabajo igualmente dispar fue
el que ofrecieron William Leconte a los teclados y el africano Mustapha Cissé
a la percusión. El trabajo de todos ellos no fue otro que el de arropar y
embellecer esa propuesta liderada sin cortapisas por el francés.
En ese trabajo de "sidemen", que les toca ejercer, destacó el
también incendiario bajo de Guy N’Sangué, colaborador de Ponty desde la
publicación del disco ‘Tchokola’ (1991). A él le correspondió el
honor de compartir parte del protagonismo de la velada, como sucedió a la
hora de abordar "Mouna Bowa" (tema escrito entre el francés y el
camerunés) que permitió a N’Sangué demostrar sus bondades con el bajo.
El
concierto fue un éxito y el público, en pie, un clamor en pro de lo
escuchado. Sin embargo para muchos resultó igualmente aburrido. Lo dicho
anteriormente: música efectista, llena de piruetas instrumentales pero que
a ratos no se sabe muy bien donde conduce... música que tras acabar el
concierto se olvida.
Borja Judel
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