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DON BYRON QUARTET

Conciertos de verano 11ª edición “Nits de música”.

 

  • Lugar: · Auditorio de la Fundación Miró (Barcelona)
  • Fecha: 15 de Julio de 2004.
  • Hora: 20:30
  • Entrada: casi lleno
  • Producción: Fundación Miró
  • Comisariado: Agustí Fernández
  • Componentes:
    Don Byron: clarinete y saxo tenor
    Hugh Marsh: violín
    Kermit Driscoll: bajo eléctrico
    Pheeroan AkLaff: batería

  

 
© Bernat Comerna, Tomajazz, 2004

  • Comentario: Don Byron se ha labrado una reputación internacional como músico y arreglista tanto dentro del jazz como de otras músicas, aparentemente no muy conexas entre sí, aportando creatividad y virtuosismo. Música clásica, salsa, funk, klezmer, hip-hop, swing, be-bop, free jazz, etc... toman una nueva dimensión en manos de Byron. Aclamado sobretodo como clarinetista, tanto por la crítica como por los lectores de muchas revistas de jazz, fue galardonado “Artista de Jazz del año” por la revista Down Beat en el año 1992.

    Los fraseos de Byron al clarinete son muy elaborados y destilan mucho saber-hacer. Asimismo, como activista político progresista, a veces presentaba cada tema en tono sarcástico haciendo referencia a distintas anécdotas que acabaron siendo temas. Demostraba dotes de líder de su banda a la que canalizaba inteligentemente, llevando la música de un terreno a otro.

    Hug Marsh al violín hizo un uso eventual de los pedales modificadores de sonido con el que logra darle distintas dimensiones al sonido global del grupo.

    Kermit Driscoll al bajo eléctrico llevó muy bien la base de los temas, en función del estilo de los mismos, por ejemplo, en los temas más funk utilizaba el típico toque con el pulgar (slap).

    Pheeroan Aklaff tiene la particularidad de saber adaptarse al sonido del grupo de forma discreta aunque a la vez portentosa en cuanto al valor añadido que su saber-hacer le otorga. Esta discreción, en ocasiones pasa a ser protagonista absoluta en cuanto a enérgicos pero sabios toques de batería que pueden llevar a destrozar alguna que otra baqueta como de hecho ocurrió al final del concierto.

    El mejor momento del concierto fue cuando interpretaron el célebre “In a silent way” de Miles Davis. Dada la estructura compositiva del tema a base una melodía simple y repetitiva, aunque no monótona, sobre la que se van aplicando improvisaciones, los músicos se emplearon a fondo llevando la música al clímax emocional que el público capto y disfrutó.
    Desde esta reseña quiero agradecer a la organización este festival de verano, que aunque sea discreto en cuanto a difusión pública, permite al público local disfrutar de grandes músicos, quizás alejados de los circuitos comerciales, además de ofrecer entradas y abonos a conciertos a precios mucho más bajos de lo que estamos acostumbrados en esta ciudad.

    Bernat Comerma