Comentario: Auténtico cierre de lujo para la segunda edición del Festival Qurtubajazz, que trajo a Córdoba a músicos como Joe Magmarelli, Rosa da Lua, Kathy Autrey o Greg Osby, entre otros. Pero sin duda, el concierto más esperado (con el letrero de “agotadas las localidades” visible en el teatro) era el del pianista dominicano Michel Camilo, que tan buen sabor dejó aquí en sus dos visitas anteriores. La última, comenzando la gira con el guitarrista flamenco Tomatito. En esta ocasión se presentaba en formato de trio con el contabajista cubano Charles Flores y el batería californiano Cliff Almond, cerrando la gira mundial que ha servido de celebración de su premio Grammy conseguido por su último album “Live at the Blue Note”. El concierto prometía, y así fue. Abrieron con “From Within”, tema elegido por Camilo para el documental Calle 54 de su amigo Fernando Trueba, un alarde de fuerza, virtuosismo y comunicación con sus dos músicos ante un público realmente entregado desde el principio, para continuar prersentando a sus músicos, de los cuales dijo sentirse muy orgulloso. Michel Camilo desplegó un set de temas donde alternaba de manera muy inteligente temas realmente incendiarios con otros más líricos, calmados e intimistas, brillando por igual en ambos “estilos”. Sonaron temas como “Cocowalk”, inspirado en un paseo por Nueva Orleans, “Two Of a Kind”, “The Magic In You”, balada que dedicó a Sandra, su señora y mánager. “Twilight Glow”, “And Sammy Walked In”, “On Fire”, “Caribe”... así hasta acabar con un final preciosista con Camilo a piano solo deleitándonos con una versión del Tema de Amor de la película “Two Much”. Espectacular en la batería Cliff Almond, componente actual del trio del guitarrista neoyorkino Wayne Krantz, y sobrio papel el del contrabajista Charles Flores, con lucimiento en algún solo protagonizado en los temas lentos.

Hablar de Michel Camilo es hablar hoy día de uno de los mejores pianistas de jazz que existen en todo el mundo. Dotado de una técnica increíble, con un sentido del ritmo que revela de inmediato sus raíces caribeñas y con un gusto por la melodía que dota a sus baladas de un sentimiento que sin duda traspasa la barrera del escenario y llega a los cerebros del espectador más exigente. Su virtuosismo no se queda en simple pirotecnia, sino que su disfrute en el piano llega hasta el éxtasis, que el público agradece con grandes ovaciones e incluso gritos de “¡Monstruo!”, que Michel agradeció, entre tímido y sonriente.

Michel Camilo no sólo convenció, sino que ofreció un concierto memorable.

Hasta la próxima Señor Camilo. Vuelva pronto, le esperamos.

Manuel Cebada.