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MICHAEL MOORE "Jewels
and binoculars"
III Muestra Internacional de jazz de Madrid
"emociona!!! JAZZ" 2003
VIII Festival Internacional de Jazz de Ciudad Lineal
- Fecha: 31 de octubre de 2003
- Lugar: Auditorio del Centro Cultural San Juan
Bautista, Madrid
- Hora: 21.00
- Componentes:
Michael Moore (clarinete, clarinete bajo, saxo
alto y melódica)
Lindsey Horner (contrabajo)
Michael Vatcher (batería y percusión)
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Comentario: Michael Moore
presentó en Madrid su homenaje a Bob Dylan plasmado en el disco “Jewels
and Binoculars”, parcialmente grabado en directo y publicado en su propia
discográfica, Ramboy. En realidad habría que decir
que el homenaje es de Moore, Lindsey Horner y Michael Vatcher, dado el sincero
compromiso y el cariño que han mostrado los tres por este proyecto,
tanto en el disco como en su concierto madrileño.
Los tres músicos son habituales de contextos vanguardistas, libertarios
dentro del jazz. Sin embargo, la lectura que el trío hace de las
composiciones de Dylan es respetuosa, sorprendentemente lírica e
introspectiva. Porque, veamos, cuando se hacen versiones pop o rock en clave
de jazz, lo más habitual es tomar el original como mero punto de
partida e irse por los cerros de Úbeda (léase, “deconstrucción
free”) o bien tirar de la rechifla y echarse unas risas. Nada de esto ocurre
con las versiones de Moore-Horner-Vatcher. El trío demuestra que
las melodías del músico judío-ateo-evangelista-católico
de Minnesota se sostienen por sí mismas, no necesitan el añadido
de artificios y se alimentan del blues, el gospel y el country, lo que ya
de por sí las emparenta con el jazz. Lo que sí añaden
son unos arreglos exquisitos en su sencillez, eficacia y buen gusto, en
los que el contrabajo es el pilar central.
Tanto, que en el concierto de Ciudad Lineal, el magnífico Horner
ocupó el centro del escenario y sirvió de guía, señalando
el camino a seguir a sus dos compañeros (a lo que se añadió
que fuera el encargado de anunciar los temas). Moore incidió sobre
todo en su faceta de gran melodista, recreándose, relamiéndose
con las canciones de Dylan y aportando pequeñas variaciones, improvisaciones
comedidas que se apreciaban sobre todo en el tratamiento sonoro de los instrumentos.
Utilizó el saxo alto más que en el disco, aunque el sonido
más característico del proyecto provenga de los clarinetes.
Con el clarinete bajo recurrió a menudo al registro agudo, lo que
lo hacía sonar como un clarinete en si bemol –el recto-, logrando
bellos contrastes cuando descendía a los graves.
Con el clarinete
en si bemol recordó a Jimmy Giuffre, una de sus influencias confesadas,
con un sonido cálido y lleno de emoción contenida. Aunque
Moore también supo ofrecer muestras de humor en su actuación,
lo que no es de extrañar puesto que reside en Ámsterdam desde
hace más de 20 años y ha debido impregnarse del desenfado
surrealista de la escena jazzística holandesa. Pero para humor el
de Michael Vatcher que estuvo arrebatador, utilizando todo tipo de artilugios
para hacer infinidad de sonidos, con globos, cintas o bastones metálicos
que arrojó sobre el escenario. Fue como un niño grande que
se sorprende por cualquier cosa, pero sobre todo demostró ser un
gran percusionista.
El concierto se abrió con “Boots of Spanish Leather” inmediatamente
seguida de “Visions of Johanna” que sobresalieron por su carga emotiva.
Porque la emoción fue un elemento recurrente en la actuación,
como también lo fueron la ternura, la diversión o la rabia,
personificada en “Masters of War” [“Maestros de la guerra”] y “With God
on Our Side” [“Con Dios de nuestro lado”] cosas que, como dijo Horner, “por
desgracia, suelen ir de la mano”. Fue un repaso a la geografía de
los estados de ánimo, una muestra de humanidad, sencillez y honestidad.
Una música bonita en el mejor sentido de la palabra.
Diego Sánchez Cascado
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