Charlie Haden "Nocturne"
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Fecha: 30/Abril/2002
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Lugar: "L'auditori" de Barcelona
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Charlie Haden (Contrabajo)
Gonzalo Rubalcaba (Piano)
Ignacio Berroa (Batería)
David Sanches (Saxo Tenor)
Federico Britos Ruiz (Violín)
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Entrada según percepción visual: 75%
- Comentario: Con un formal retraso de 5 minutos apareció la banda en escena. El público, entusiasta, les recibió con un cálido aplauso. En inglés,
Charlie Haden presentó a los músicos y avisó (quien avisa no es traidor) que la música que iban a tocar no era jazz sino
boleros y música de influencia cubana, recogida en el álbum "Nocturne" que literalmente mostró al público en su caja de CD, con la obvia invitación a que lo comprasen. Empezaron con "En la orilla del mundo", el primer tema del álbum. Las maneras de la banda, muy suaves en todo momento. Solo de
David Sanchez seguido de otro solo de Rubalcaba, mientras, el
batería iba "preparando la ensalada", bien, así es como yo llamo a la forma de tocar los timbales haciendo círculos con las escobillas. El
violín, muy melódico y sentimental, con preponderancia en notas agudas.
Haden, otra pieza más dentro del fino engranaje tan correctamente ensamblado. El volumen, un poco bajo, parecían no querer "molestar" a nadie bajo ningún concepto. Sin ninguna estridencia, todas las notas en su sitio, de libro.
"Excesivamente apto" para todos los públicos adultos. La duración de los temas rondaba los 6 minutos. Debieron tocar unos 12 temas, incluyendo el bis de marras. Alguna vez, me recordó la música de algunos restaurantes de lujo donde la gente pasa olímpicamente de lo que está sonando pero de esta manera se rompe el silencio ambiental y las parejas pueden charlar íntimamente. Tras varios temas, me tenían ya tan ablandado que si las butacas fueran más cómodas
me hubiera quedado completamente dormido, de hecho mis párpados vencieron su peso durante algunos instantes. A medio concierto, los músicos avivaron un poco sus formas, incluso el
batería ya usaba baquetas y Rubalcaba peinaba el piano con sus característicos fraseos "alatinados", aunque nadie se pasó un milímetro de la ralla. Tras ello, volvió
"el sueño". LLegó el final del concierto, antes del bis no vi escabullirse a demasiada gente, a diferencia del pasado concierto de Dave Douglas que fué una auténtica desbandada, aunque, obviamente el concepto musical era radicalmente distinto.
El pasado año, cuando salió, me compré el disco de Charlie Haden que
presentaban en este concierto, por lo que tenía una idea de lo que iba a oir, aunque mi esperanza radicaba en que los músicos mostrasen su genio interpretativo y le dieran un aire más vivo, despierto, pasional como se supone de la interpretación en directo. En conclusión: muy "bonito" pero demasiado encorsetado y casi aburrido.
Bernat Comerma.
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