Cuarteto que fue fiel reflejo de una realidad
cada vez más común en el jazz. Una realidad proyectada desde
la mediática del pop: solista y acompañantes.
La comunicación, la interacción
supuestas al jazz no lo fueron para MP4. Proyecto destinado al lucimiento
del solista (por algo fue nombrado mejor solista el pasado año
en Getxo).
El trompetista Mikko Pettinen desplegó
todas sus cualidades (que son muchas) en un auténtico recital de
trompeta y fliscorno solo. Sólo el teclista, Tuomo Prättälä,
encontró pequeños resquicios para el lucimiento personal.
El resto fue rítmica bien ensamblada a modo de colchón.
Su música fue reverencial. Reverencial
al Miles eléctrico o al proyecto (a su vez reverencial) “New Quintet”
del también trompetista Dave Douglas.
d´3
Fotografía: Mercedes Garijo
Es curioso escuchar al público. Te llegan
comentarios de todo tipo: “este año no hay ningún famoso”
(músico, se supone); “estos tíos son buenos”; “pues lo que
hacen no es nada original”…
Famosos, lo que se dice famosos… en el jazz
más bien pocos. Y gracias.
Buenos, lo que se dice buenos… pues sí, la verdad es que por algo
llevan estos chicos (d´3) “toda una vida”.
Originales, lo que se dice originales… hombre,
no es cuestión de hacer siempre algo nuevo. Lo que es incontestable
es el sonido Jorge Pardo de todo aquello que toca.
D´3 ofreció una buena y diversa
actuación. Con querencias aflamencadas el trío crea repertorio
propio, recrea bandas sonoras (“Blade Runner”, “Amarcord”…) además
de permitirse licencias “free” en un inicio de la mano de Ornette Coleman
o en momentos puntuales del futurista “Blade Runner”.
A diferencia del joven cuarteto MP4, d´3
si fue un grupo en toda la extensión de la palabra. Grupo de diálogo
instrumental donde el peso se reparte equitativamente. Con ellos apareció
el duende en Ibiza… ¡y que dure!