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DOLÇ TAB JAZZ PROJECT / ÁNGEL RUBIO JAZZJONDO

1ª jornada MUESTRA DE JAZZ INJUVE – IBIZA 2004
www.jazzinjuveibiza.com


  • Fecha: 27 Julio 2004
  • Lugar: Baluarte de Santa Lucía, Ibiza, España
  • Asistencia: Lleno
  • Componentes:
    DOLÇ TAB JAZZ PROJECT
    Josep Alemany: dulzaina
    Albert Llobell: batería
    Josep Pastor: piano
    Óscar Cuchillo: bajo eléctrico
    Carlos "Jerry" Llidó: percusión latina

    ÁNGEL RUBIO JAZZJONDO
    Ángel Rubio: guitarra acústica y percusión
    Juan Carlos Aracil: flauta
    Paco del Pozo: cante y palmas
    Alejandro Vaquerizo: bajo eléctrico y percusión
    Giancarlo Spirito: batería y percusión
    María Nadal: baile y palmas
    José Luis Álvarez: técnico de sonido

Comentario: Ha arrancado una nueva edición del festival Injuve en Ibiza, en el "marco incomparable" del Baluarte de Santa Lucía, precioso escenario con vistas espectaculares de toda la ciudad, tanto la parte vieja como la moderna, el puerto y el mar. ¡Ah!, el mar...

Durante cinco días, el certamen presenta sendas sesiones dobles con cuatro grupos noveles y otros seis ya asentados. Y esa es una de las interesantes particularidades del festival del Injuve (Instituto de la Juventud, divino tesoro), la de dar una primera oportunidad a músicos jóvenes españoles seleccionados a través de un concurso de maquetas, iniciativa que rompe con la tendencia "fashion" de nuestros festivales jazzeros estivales. Y eso que estamos en Ibiza (¡Ah!, el mar...), paradigma de lugar de veraneo "a la última", muestrario de vanidades hechas de tangas, pareos, lifting y crema bronceadora. Y patria de la música machacona.

Pero, por fortuna, en ella también hay un resquicio para el jazz, con propuestas variadas y, a priori, interesantes. Así pues, vayamos con la sesión inaugural.

DOLÇ TAB PROJECT
Abrieron los alicantinos del Dolç Tab Jazz Project, uno de los grupos seleccionados mediante concurso, que buscan integrar la formación tradicional de la dulzaina y el tabal (tambor grande) en un contexto y un repertorio de jazz. El problema es que la mezcla entre ambas músicas se queda en la instrumentación -y en alguna composición suelta-, en concreto en la introducción de la dulzaina dentro de un acompañamiento jazzístico, sin que exista una verdadera fusión de estilos, de armonías, de ritmos.

Se nota que el grupo ha trabajado mucho, con arreglos en ocasiones bastante complicados, pero el proyecto se queda en la superficie, sin llegar a dar originalidad a la propuesta. Y falta, sobre todo, chispa, esa bendita locura que permite romper esquemas.

Así, a través de un repertorio muy latinizado que combina composiciones propias y estándars, se suceden los temas con una exposición repetida varias veces, un pequeño desarrollo y vuelta a la exposición inicial, sin que haya verdaderamente improvisación. Cuando la hubo, como en un "Caravan" con una rearmonización interesante, la cosa pareció despegar. Pero en otros momentos, sobre todo en la interpretación de un chachachá al que siguió "Bésame mucho", la música se acercó peligrosamente al sector "bodas, bautizos y comuniones". Pero esto no quiere decir que la idea no sea válida. Tan sólo que quien esto firma hubiese deseado un poco más de locura, de riesgo y no algo tan previsible.

ANGEL RUBIO JAZZJONDO
Por el contrario, Jazzjondo mostró una profundidad y una enjundia mucho mayores. En los últimos tiempos, muchos -demasiados, me atrevería a decir- son los ejemplos de fusión del jazz con el flamenco, en lo que parece haberse convertido en recurso comercial de muchos músicos españoles (y extranjeros). Pero la propuesta de Ángel Rubio, más flamenca que otras, tiene asimismo mayor interés que otras mucho más celebradas.

Las composiciones, todas ellas de Rubio, son "a primer oído" muy flamencas, pero con una estructura más compleja y abierta que deja espacio a la improvisación de orientación jazzística. Además, las letras (también obra de Rubio) lanzan guiños al mundo clásico del jazz, con referencias a "Summertime" o a "You Don't Know What Love Is" teñidas de jondura flamenca y cantadas con categoría por Paco del Pozo, un interesante cantaor que recuerda a Miguel Poveda, lo que no es mala cosa, ni mucho menos.

Ángel Rubio sabe mantenerse en segundo plano, pero el proyecto es plenamente suyo y se nota en su forma -sutil- de encauzar la música y en sus pertinentes intervenciones a la guitarra. Estuvo acompañado por músicos plenamente entregados a la causa. Además del citado del Pozo, la rítmica formada por Giancarlo Spirito y Alejandro Vaquerizo se mostró muy sólida. Mención especial merecieron el flautista Juan Carlos Aracil, que tuvo la difícil tarea de tener que sustituir -y lo hizo con éxito-al saxo de Andrzej Olejniczak, afectado de gastroenteritis y María Nadal, una bailaora de clase.

Tras un hermoso "Martinete", el concierto se cerró con una composición de inspiriación gnawa que abre nuevas puertas musicales, en este caso marroquíes, para Jazzjondo, un proyecto que parece tener en su zurrón otras cosas interesantes por mostrar.

Diego Sánchez Cascado