Comentario: La segunda jornada del festival
del Injuve estuvo marcada por jazz de muy buena factura pero
demasiado apegado a cierta tradición, la del bop y hardbop
de los años 40 a 60.
ZAFARI PROJECT
Abrieron la velada los madrileños de Zafari Project,
uno de los grupos jóvenes seleccionados en el concurso
de este año. E iniciaron su actuación conun gillespiano
"Bebop" muy bebop, precisamente, fiel reflejo de lo
que sería el resto del concierto. Una propuesta bien
hecha de estilos añejos excesivamente respetuosa con
el original, incluso en las composiciones propias del grupo
(tres de un total de seis): exposición del tema, rueda
de solos, intercambio de "cuatros" entre saxo o piano
con la batería. Todo ello bien ejecutado, pero demasiado
previsible. Eso sí, los cuatro componentes de Zafari
Project son muy jóvenes y tienen aún mucho por
demostrar. ¿Quién nos iba a decir hace -pongamos-
10 años que en España habría tantos buenos
músicos jóvenes de jazz de tanto nivel? Ahora
sólo falta que intenten salirse de la seguridad del academicismo
y logren tener voz propia.
Destacaron en Zafari Project su saxofonista, el argentino Julio
Botti, el más joven del cuarteto pero el más hecho,
dotado de muy buena técnica y un conocimiento profundo
de los "clásicos". También estuvo a
buena altura Marta Sánchez al piano, en especial lidiando
con las intrincadas armonías del "317 East 32nd
Street" de Lennie Tristano.
SOLID!
La misma crítica y los mismos elogios a nivel general
pueden hacerse a Solid!, un trío muy joven pero que juega
ya en una división superior a Zafari Project.Los noruegos,
vencedores absolutos del festival de Getxo de 2003, son unos
músicos completísimos, apabullantes incluso, pero
su propuesta emana un aroma a "déjà vu".
Una de sus inspiraciones más claras es la del trío
-con la misma instrumentación- de Wes Montgomery con
Melvin Rhyne y Jimmy Cobb. Solid! incluso abrió su concierto
en Ibiza con una composición de Montgomery, "Four
on Six", al que siguieron temas propios y estándars
como "Alone Together" y "Here's That Rainy Day".
Y hay que reconocer que la destreza técnica de los tres
músicos es increíble, casi insultante, con un
conocimiento enciclopédico de la historia del jazz...
pero hasta los años sesenta. Tres años y medio
juntos han forjado una compenetración perfecta demostrada
en la forma de reaccionar a un simple gesto o una mirada (aunque
tal y como anunciaron el de ayer fuera el último concierto
del organista Steinar Nickelsen con el grupo). La pena es que
se expresen en un lengüaje tan poco novedoso, porque con
esos mimbres...
Diego Sánchez Cascado