|
|
|
JOHN PINONE / BALDO MARTÍNEZ
GRUPO
4ª jornada MUESTRA DE JAZZ INJUVE – IBIZA 2004
www.jazzinjuveibiza.com
- Fecha: 30 Julio 2004
- Lugar: Baluarte de Santa Lucía, Ibiza, España
- Asistencia: Algo más de media entrada.
- Componentes:
JOHN PINONE
Carlos Pérez Cruz: trompeta, fiscorno y voz
Javier Adán: guitarra
Javier Gallego: batería, maracas y voz
BALDO MARTÍNEZ GRUPO
Baldo Martínez: contrabajo
David Herrington: trompeta
Eduardo Ortega: violín
Antonio Bravo: guitarra
Pedro López: batería
Comentario:
JOHN PINONE
Frescura y sana irreverencia. De todos los grupos jóvenes
seleccionados por el festival del Injuve, el trío John
Pinone ofreció la propuesta más original, mezcla
ecléctica de estilos, tanto jazzísticos como rockeros,
caribeños, cabareteros y hasta marciales (y no hablamos
de artes... o sí...). Y con el añadido de un humor
nada banal.
La instrumentación, aunque atípica, tiene el claro
referente del jazz con tintes balcánicos del Tiny Bell
Trio de Dave Douglas; pero John Pinone consigue escapar a esta
influencia –salvo, tal vez, en la composición “Don’t
Go Crazy”- y sabe sacarle un gran partido (a la instrumentación,
me refiero). Carlos Pérez Cruz es el principal solista
(y showman desatado en el concierto de Ibiza), aquel que tiene
las credenciales más jazzísticas de los tres,
con interesantes ideas en sus improvisaciones y una notable
capacidad para los efectos sonoros. A la batería, Javier
Gallego sabe impulsar con eficacia la maquinaria musical repleta
de cambios de ritmo. Por su parte, Javier Adán, pese
a no sentirse del todo cómodo durante el concierto al
tener problemas con uno de sus pedales de efectos, sabe interpretar
muy bien su doble papel melódico y armónico y
es un gran creador de atmósferas.
John Pinone abrió el concierto con “Pachinko”,
cruce de música medio-oriental y japonesa con aires lounge
(si es que se pueden hacer una idea) precedido por una interesante
introducción “free atmosférica”. Otros
de los puntos álgidos de la actuación fueron “Máquina
de Pelar Gatos”, una interesante “suite abstracta
y obstinada” (perdón por la expresión, pero
es muy difícil definir la música inclasificable
del trío) y “Patriotas Sin Fronteras”, un
tema que adónde va siempre triunfa y que combina tres
himnos, nuestro sacrosanto himno español de España,
el del imperio americano de la bandera del pijama y el de Riego
(el de la República Española, hijos míos).
Además de las composiciones propias de ellos mismos personalmente,
realizaron dos versiones, ambas con una interesante rearmonización:
“In Walked Bud” de Monk, en la que destacaron los
abundantes cambios rítmicos, y “Una Muy Bonita”
de Ornette Coleman, en la que Baldo Martínez se unió
al trío con su contrabajo. En este tema pudimos disfrutar
de un hermoso dúo entre la trompeta y el bajo (con un
Baldo muy a lo Charlie Haden) y apreciar las dotes de solista
de Javier Adán, un guitarrista que debería prodigarse
más en esta faceta.
Servidor, que conoce bien la corta trayectoria (no más
de cinco meses) de este trío puede afirmar y afirma que
el grupo desarrolla su propuesta a pasos agigantados y su margen
de mejora es grande. Hay que seguirles la pista.
BALDO MARTÍNEZ GRUPO
Hay que dejar de decir que Baldo Martínez (y su grupo)
es uno de los mejores exponentes del jazz español. Lo
es, pero este calificativo se le queda corto. Como demostró
una vez más en Ibiza, se trata de uno los más
destacados músicos de jazz europeos, con una propuesta
original y una maestría instrumental indudable (no sólo
del líder, sino de todos los miembros del quinteto).
El Baldo Martínez Grupo ofrece un jazz de vanguardia
con fuertes influencias del folclore gallego, una música
exigente para los músicos y para el oyente: composiciones
complejas (todas ellas firmadas por Baldo), con multitud de
texturas, estructuradas y abiertas a la vez.
En Ibiza, el quinteto ofreció temas incluidos en su último
disco en estudio (“Nai”, en Nuba Records) y otros
que serán grabados en los próximos meses. Sonaron
como verdaderas sinfonías en miniatura, con arreglos
muy trabajados, un juego de asociaciones entre músicos,
solos, dúos, tríos, temas secundarios que dan
pie a nuevas improvisaciones. Así, en cada tema se entretejen
relaciones, se crean nuevos vínculos y la sorpresa está
siempre a la vuelta de la esquina, muy lejos de la sempiterna
“exposición del tema, rueda de solos y reexposición”.
Para que el armazón musical no se venga abajo es necesario
contar con unos músicos de muy alto nivel que además
trabajen juntos desde hace años, como así ocurre
en este quinteto (el miembro más reciente es Eduardo
Ortega, que sustituyó hace año y medio al saxofonista
Alejandro Pérez). Destacar a un músico en concreto
en el Baldo Martínez Grupo sería baladí:
todos ellos son grandes improvisadores, cada uno con verdadera
voz propia.
Tras el concierto, Baldo Martínez comentaba el escaso
número de conciertos que realiza, pese a la buena aceptación
generalizada que reciben tanto su quinteto como sus demás
proyectos (sin ir más lejos, hace poco en plazas de primera
como Munich y Colonia). Lo que no deja de resultar una verdadera
lástima (“vergüenza”, debería
decir), dada la calidad que atesora su música.
Diego Sánchez Cascado
|
|
|
|
|
|
|
|
|