Ciclo "Jazz ao Centro –
Encontros Internacionais de Jazz"
Centro Norton de Matos, Coimbra
28 de junho de 2003, 22:00 horas
Aforo: aprox. 180 pessoas
Alex Cline: Bateria / batería
Fotografías © Nuno Martins, 2003
Español: João Pedro Viegas - traducción: Diego Sánchez Cascado
Este foi, de todos os concertos do
“Jazz ao Centro”, aquele que mais me preencheu.
E não é facil, no meio de tanta boa musica, ter uma prestação
que alcandore esta banda a um “must see”.
O poliinstrumentismo de Vinny Golia é arrepiante. A sua musica é tão inteligivel no clarinete (que me parece ser o “seu” instrumento) como em todos os outros registos. A lucidez do seu discurso musical é tão evidente e a clareza de processos tão simples, que chega a ser desarmante. Homem de muitos e variados recursos musicais, Golia não só lidera o proceso criativo como, aínda, lhe adiciona o acessório.
Não é por acaso que
aqui sopra Bobby Bradford. Este trompetista carrega consigo toda a memória
do Jazz. Toca tão bem. A sua musica é a ponte entre a vanguarda,
as novas ideias e a mais pura tradição. Terá sido também
ele, um dos responsáveis pela onda de “swing” que inundou o concerto.
Ele e uma secção ritmica deslumbrante.
Na verdade, quer Ken Fliano quer Alex Cline foram unidades de grande produção
no concerto do Centro Norton de Matos.
Embalado por uma prestação marcante na noite anterior, Filiano
mostrou-nos como pode ser livre e inovador um instrumentista. O seu discurso
é “polifónico” o que confere à musica do conjunto uma dimensão
quase erudita. Tecnicamente irrepreensivel, ele consegue misturar linguagens
que não são, à partida, compativeis. Mas são. É
que a paleta musical do baixista vai muito para além do Jazz. Há,
na sua musica, tantas cores e influências. É impressionante como
se sente à vontade nos mais variados registos.
Também o precussionista Alex Cline mostrou porque é, nos dias de hoje, um baterista requisitado por muitos dos grandes improvisadores mundiais. Para além de marcar com precisão os andamentos do grupo, Cline conseguiu surpreender e mostrar um discurso criativo que enriqueceu, de sobremaneira, a musica do conjunto. Os seus solos foram impressionantes, quer pela multiplicidade de recursos apresentada quer aínda pela riqueza dos sons que estraía do seu set.
Resumindo, assistimos a um concerto de musica nova mas constantemente pontuada por iconografia tradicional.Muitas vezes, no meio do concerto, ouviram-se passagens que soavam a jazz de camara. Golia e Bradford revelam uma quimica que só está ao alcance dos sábios. Socorrendo-se de alguma “sheet music” que abanava nas estantes, os sopradores arrancaram belos unissonos que conferiam aos extensos improvisos uma coerência que é pouco comum neste tipo de musica. É verdade que este quarteto gravou em conjunto o fantástico “Lineages” e que adquiriu cumplicidades várias, mas também é verdade que tem a capacidade de se reinventar permanentemente, para usufruto próprio e para usufruto de todos os que têm a felicidade de os ver e ouvir.
De todos los conciertos de "Jazz ao Centro", éste fue el que más me ha llenado. Y no es fácil, en medio de tanta música, asistir a una actuación que eleve a un grupo a la categoría de "no hay que perderse".
El multiinstrumentismo de Vinny Golia es escalofriante. Su música es tan inteligible al clarinete (que me parece es "su" instrumento) como en los demás registros. La lucidez de su discurso musical es tan evidente y la claridad de los procesos tan sencillos, que llega a resultar desarmante. Hombre de múltiples y variados recursos musicales, Golia no sólo dirige el proceso creativo sino que también le añade lo complementario.
No es casualidad que en este grupo sople Bobby Bradford. Este trompetista carga en sus espaldas toda la memoria del jazz. Toca tan bien... Su música es un puente entre la vanguardia, las nuevas ideas y la más pura tradición. Él también fue uno de los responsables de los aires "swing" que inundaron el concierto. Él y una sección rítmica deslumbrante.
En realidad, tanto Ken Filiano como Alex Cline fueron unidades de grande producción en el concierto del Centro Norton de Matos. Estimulado por una prestación destacada la noche anterior, Filiano nos mostró lo libre e innovador que puede ser como instrumentista. Su discurso es "polifónico", lo que confiere a la música del conjunto una dimensión casi erudita. Técnicamente irreprochable, consigue mezclar lenguajes que, en principio, no son compatibles. Pero lo son. Porque la paleta musical del bajista va mucho más allá del jazz. En su música hay muchos colores e influencias. Es impresionante cómo se siente a gusto en los más variados registros.
También el percusionista Alex Cline mostró por qué es, a día de hoy, un batería solicitado por muchos de los grandes improvisadores mundiales. Además de marcar con precisión los pasos del grupo, Cline consiguió sorprender y mostrar un discurso creativo que enriqueció sobremanera la música del conjunto. Sus solos fueron impresionantes, tanto por la multiplicidad de recursos presentados como por la riqueza de los sonidos que extraía de sus percusiones.
En resumen, asistimos a un concierto de una música nueva pero constantemente marcada por la iconografía tradicional. Muchas veces, en medio del concierto, se escucharon pasajes que sonaban a jazz de cámara. Golia y Bradford muestran una química que sólo está al alcance de los sabios. Ayudándose de algunas partituras que se agitaban sobre los atriles, los dos sopladores arrancaron bellos unísonos que conferían a las extensas improvisaciones una coherencia poco común en este tipo de música. Es cierto que este cuarteto ha grabado el fantástico Lineages y ha alcanzado una gran complicidad, pero también es cierto que tiene la capacidad de reinventarse permanentemente, para disfrute propio y de todos aquellos que tienen la dicha de verlos y oírlos.
João Pedro Viegas Traducido por Diego Sánchez Cascado