|
|
|
Mujician
Ciclo "Jazz ao Centro –
Encontros Internacionais de Jazz" (Coimbra - Portugal)
-
Lugar: Centro Norton de Matos
-
Fecha: 6 de Dezembro / 6 diciembre de 2003
-
Hora: 21:30 horas
-
Músicos:
Keith Tippett - piano
Paul Dunmall - sax tenor / saxo tenor
Paul Rogers - contrabaixo / contrabajo
Tony Levin - bateria / batería
Resenha - Reseña
Portugués: Eduardo Chagas Español: Eduardo
Chagas - traducción: Diego Sánchez
Cascado
-
Resenha:
Cerca de uma quinzena de anos após a sua formação,
o quarteto Mujician assumiu?se definitivamente como uma espécie
de emblema do free jazz europeu em geral e britânico
em particular.
Ao grupo que se apresentou em Coimbra para o concerto de encerramento
do JAZZ AO CENTRO-ENCONTROS INTERNACIONAIS DE JAZZ DE COIMBRA/2003,
formado desde o seu início por Paul Dunmall, Keith
Tippett, Paul Rogers e Tony Levin, resolvida que está
desde há muito a questão da sua mais que comprovada
competência técnica, e sendo consensual o brilhantismo
de que se reveste a execução dos quatro Mujician,
resta nos dias de hoje demonstrar, concerto após concerto,
se a fórmula continua ou não perene e consequente
em termos estéticos e musicais. Que não é
desafio nada pequeno, convenhamos, e se torna tanto mais difícil
quanto mais o tempo flúi.
E é justamente o “tempo”, numa outra acepção,
o elemento absolutamente determinante na música dos
Mujician, manifeste-se ele na forma de exposição,
assente em longas e caleidoscópicas suites de arrevesadas
formas e motivos de cor, que se conhecem das gravações
editadas pela Cuneiform Records, seja na “respiração”
que se joga entre momentos de grande tensão dramática,
quase em bruto, e outros de maior descompressão, com
laivos de pastoral delicadeza.
O tempo foi e está visto que continua a ser o elemento-chave
na música do Quarteto, isso sentiu-se plenamente no
concerto de Coimbra. Foi marcante a existência de uma
linha divisória, uma clivagem entre uma primeira parte
porventura mais morna, quase preguiçosa, que serviu
de aquecimento para o que se viria a passar na segunda, notoriamente
mais animada e a atingir altas temperaturas. Foi aí
que a incandescência gerada permitiu elevar o espectador
a estados de alma próximos do sublime.
E não se tratou apenas de improvisar colectivamente
– aquilo que eles melhor sabem fazer, com a coesão
e a musicalidade de sempre. Tempo e espaço houve também
para a expressão individual, sob a forma de diálogo,
conversa a três e interessantes monólogos em
que couberam alguns dos mais profícuos silêncios
que ouvir se podem na música improvisada moderna.
Neste último caso, a palma vai por inteiro para Paul
Rogers, o mais distinto Mujician em palco, moderado ao ponto
de não fazer arrefecer a paixão que emana do
sax tenor de Paul Dunmall; o piano cerebral e muito estudado
de Tippett, a fazer uso dos habituais harpejos e preparações,
a certa altura mais decorativo do que seria desejável;
e a força condutora do grande percussionista que é
Tony Levin, responsável número um pelas descargas
avassaladoras que desabavam a espaços sobre a assistência
que preenchia a quase totalidade do espaço reservado
ao público, que saiu altamente recompensada no final
da actuação.
Mais do que permitir desvendar todos os segredos, o concerto
de Coimbra representou antes uma porta entreaberta para o
mundo maravilhoso dos MUJICIAN, o da mais elevada e espontânea
criação musical. E serviu ainda de excelente
epílogo para um grande Festival Internacional de Jazz
que, mais do que a propalada “pedrada no charco”,
constituiu (assim se deseja) “o princípio de
uma bela amizade” entre o público, maioritariamente
de Coimbra, e as formas criativas do jazz mais ousado e estimulante
do nosso tempo.
E agora, 2004? Que sequência nos trazes?
Eduardo Chagas
-
Comentario:
Cerca de una quincena de años después de su
formación, el cuarteto Mujician se ha asumido definitivamente
como una especie de estandarte del free jazz europeo en general
y británico en particular.
El grupo que se presentó en Coimbra para el concierto
de clausura de JAZZ AO CENTRO-ENCONTROS INTERNACIONAIS DE
JAZZ DE COIMBRA/2003, está formado desde sus inicios
por Paul Dunmall, Keith Tippett, Paul Rogers y Tony Levin.
Tras quedar resuelta desde hace mucho la cuestión de
su más que comprobada competencia técnica y
estar plenamente aceptada la brillantez con que se reviste
la ejecución de los cuatro Mujician, queda por demostrar
a día de hoy, concierto tras concierto, si la fórmula
continúa o no perenne y consecuente en términos
estéticos y musicales. No es un desafío nada
pequeño, podemos convenirlo, y se torna tanto más
difícil cuanto más pasa el tiempo.
Y es justamente el “tiempo”, en otra acepción,
el elemento absolutamente determinante en la música
de Mujician, tanto si se manifiesta en forma de exposición,
asentado en largas y caleidoscópicas suites de formas
enrevesadas y motivos de color, que se conocen por las grabaciones
editadas por Cuneiform Records, o en la "respiración"
utilizada entre los momentos de gran tensión dramática,
casi en bruto, y otros de mayor descompresión, con
retazos de delicadeza pastoral.
El tiempo fue -y está visto que continúa siéndolo-
el elemento clave en la música del cuarteto, lo que
se advirtió plenamente en el concierto de Coimbra.
Fue patente la existencia de una línea divisoria, una
diferenciación entre una primera parte más fría,
casi indolente, que sirvió de calentamiento para lo
que se vería en la segunda, notoriamente más
animada y que alcanzó altas temperaturas. Fue allí
cuando la incandescencia generada permitió elevar a
los espectadores a estados de ánimo próximos
a lo sublime.
Y no se trató solo de improvisar colectivamente, lo
que ellos mejor saben hacer, con la cohesión y la musicalidad
de siempre. Hubo también tiempo y espacio para la expresión
individual, sobre la forma de un diálogo, conversación
a trío, e interesantes monólogos en los que
cupieron algunos de los más fructíferos silencios
que se puedan escuchar en la música improvisada moderna.
En este último caso se lleva la palma Paul Rogers,
el Mujician más diferente en escena, moderado hasta
el punto de no hacer enfriar la pasión que emana del
saxo tenor de Paul Dunmall; el piano cerebral y muy estudiado
de Tippett, que hizo uso de sus habituales arpegios y preparaciones,
a un nivel más decorativo de lo que sería deseable;
también la fuerza conductora del gran percusionista
que es Tony Levin, responsable número uno de las descargas
avasalladoras que caían por oleadas sobre la asistencia
que llenaba la casi totalidad del espacio reservado al público,
que resultó altamente recompensado al final de la actuación.
Más que desvelar todos los secretos, el concierto de
Coimbra fue una puerta entreabierta al mundo maravilloso de
MUJICIAN, el de la más elevada y espontánea
creación musical. Sirvió también como
un excelente epílogo para un gran Festival Internacional
de Jazz que, más que la “piedra lanzado al charco”
que se propaga, constituyó (así lo deseo), "el
principio de una bella amistad" entre el público,
mayoritariamente de Coimbra, y las formas creativas del jazz
más osado y estimulante de nuestro tiempo.
Y ahora 2004, ¿qué continuación nos traes?
Eduardo Chagas
Traducido por Diego Sánchez
Cascado
|
|
|
|
|
|
|
|
|