Comentario: Un concierto de menos a más.
Como un gran acontecimiento
cultural y mediático se celebró el concierto del trío de uno de los
pianistas más prestigiosos de la historia del Jazz, así como sus integrantes
a nivel individual. Su último trabajo editado "Up for it" ha tenido
una de las mayores aceptaciones por parte de la crítica y aficionados. Con
este CD han vuelto a los estándares del jazz, tras el paréntesis
estilístico de sus últimos álbumes ("Inside out" y "Always
let me go") igualmente muy destacables en calidad.
Había gran expectación. El
concierto reunió gran cantidad de público, medios de comunicación, famosos
televisivos, etc... Como nota meteorológica, un calor y humedad ambiental
sofocantes. En cuanto a las restricciones, las típicas de los conciertos de
Jarrett: prohibido fumar o hacer fotos, obviamente tampoco grabarlo mediante
ningún medio electrónico. No obstante, mucha gente a hurtadillas, utilizó
sus cámaras fotográficas.
El concierto se dividió en dos
partes, con un entreacto de unos veinte minutos. El repertorio compuesto
íntegramente por estándares. Empezaron la primera parte de forma suave, por
decirlo de una manera gentil. El genio de Jack DeJohnette se cuidó mucho de
no alterar el sosiego musical que reinaba en las interpretaciones.
Aunque el dominio técnico era
más que evidente, la llama del concierto era un poco baja. Les faltaba la
chispa que hace vibrar a los espectadores ante el arte musical de alto nivel.
Todos tocaron de forma limpia y precisa sin aventurarse en complicaciones.
Jarrett al piano destila emoción en todos los sentidos, aparte de sus
consabidos eventuales grititos siguiendo la melodía o exclamaciones; a veces
se estremece en el asiento, levantándose, luego agachándose; parece estar
dentro de la música que sale de su piano. Al final de la primera parte,
pensé: "ha estado bien, pero tengo ganas que se comprometan más".
Por suerte la segunda parte fue
más vigorosa y originó situaciones musicales nuevas. Por ejemplo: Jarrett en
una ocasión, tal como hace en algunos temas grabados, con una mano mantuvo
unas notas durante varios minutos, un tanto de forma minimalista; esto dio
pié a que durante ese tiempo Jack DehJonette realizase toda una serie de
toques magistrales con su batería, intercambiando solos con Gary Peacock. En
este punto, fue cuando la audiencia respondió con mayores exclamaciones y
aplausos. El concierto alcanzó su punto culminante.
Tras dos bises, los músicos se
despidieron con repetidos agradecimientos gestuales a los congregados.
Consiguieron ofrecer lo mejor de sí mismos y finalmente cumplieron con las
expectativas.
Bernat
Comerna