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JAMES CARTER ORGAN TRÍO

JazzAlbacete 2003, Festival Internacional de Jazz de Albacete
  • Fecha: 14 Noviembre 2003
  • Lugar: Teatro Circo
  • Hora: 20 h
  • Asistencia: 400 personas aprox.

  • Componentes:
    Gerard Gibbs (órgano)
    James Carter (saxofón)
    Leonard King (batería)
  • Comentario: Esto ya lo sabíamos todos, pero porqué no volver a recordarlo. James Carter es un superdotado. La facilidad, comodidad y dominio con que controla sus saxos es sencillamente espectacular, y éste concierto fue eso, un espectáculo ya que Carter posiblemente sea el mejor “showman” dentro del jazz del momento. Sabe como mantener la emoción de la actuación sin espacios muertos durante dos horas sin un solo minuto de aburrimiento abarcando prácticamente cualquier estilo jazzístico contemporáneo. Hasta para esto es un autentico maestro, conociendo al publico que asiste a los conciertos de Albacete nunca me hubiera imaginado que alguien pudiera mantener sentado en sus asientos obnubilado ante una interpretación totalmente free al publico, sin ninguna concesión comercial y exhibicionista. La larga introducción al tema Killer Joe de Benny Golson fue tan aterradoramente libre que hasta hubiera dejado con la boca abierta al propio Peter Brotzmann. Evidentemente estos espacios fueron solo un ejemplo del repertorio expresado anoche. También tuvieron cabida los bailables temas funk, standards interpretados de forma nunca convencional (casi imperceptible fue The Girl From Ipanema que en mi opinión superó con creces la versión de Archie Shepp), baladas jamás cursis y tremendamente emotivas.

    Ya sé que todo es reprochable, incluso de este fascinante catalogo que nos ofrecieron, habrá quien tilde estos espectáculos como circenses, incoherentes, superficiales y vacíos de creación artística. En parte no les faltará razón, y aquí entraríamos a discutir sobre las finalidades y objetivos de una interpretación creativa. Evidentemente los recursos que el trío de James Carter utiliza son los propios de los elementos lúdicos en el arte, la celebración popular de lo festivo sin mayores exigencias. Y la dificultad de lograr esto con validez y respeto es enorme. Habrá a quien le interese en mayor o menor medida otras propuestas musicales, pero el espectáculo del trío difícilmente puede decepcionar a nadie si uno se enfrenta a él sin prejuicios establecidos y sin ninguna predisposición determinada.

    Para quien crea en que el arte debe ser accesible al pueblo no educado, poseyendo éste una carga emotiva de utilidad cultural, el trío de James Carter es idóneo.

    El trío está completado por otros dos músicos con unas aptitudes asombrosas, si bien sus nombres no han transcendido demasiado al conocimiento del aficionado medio.En dominio de sus instrumentos y profesionalidad están al mismo nivel que el líder. 

    Gerard Gibbs es un jovencísimo organista pasmoso que por sí solo podría mantener un concierto. El baterista Leonard King es sencillamente increíble, de quien uno se pregunta cómo puede ser prácticamente una figura anónima. Sus posibilidades y recursos son infinitos y sorprendió a propios y extraños cuando se puso a cantar una balada. Una voz  de barítono apareció en un momento dado; la mitad del teatro pensó en ese momento que era una cinta pregrabada de Johnny Hartman, pero nos quedamos estremecidos cuando vimos que era el propio Dr. Leonard su interprete, con una dicción y perfección rítmica inhabitual. Evidentemente los acompañantes de James Carter no son colegas de su barrio aficionados al espectáculo.

    Por una vez hubo unanimidad absoluta sobre la valoración de un concierto entre el publico. Si el 90% del publico no conocía a James Carter, ahora ya no se les olvidará el nombre. Los discos en venta a la salida del concierto (únicamente estaban disponibles uno de Gerard Gibbs y tres diferentes de Leonard King) se agotaron.

    Antonio Martín